Ex Ministro de Planificación de Chávez pide prisión para Giordani, su equipo y hasta el Jefe Máximo

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Ex Ministro de Planificación de Chávez pide prisión para Giordani, su equipo y hasta el Jefe Máximo

Felipe Pérez Martí fue ministro de Planificación del presidente Hugo Chávez desde el segundo trimestre del 2002 hasta el 22 de abril de 2003 cuando el caudillo le pidió la renuncia para volver a colocar en el cargo al ingeniero eléctrico Jorge Giordani quien hoy en el gobierno de Nicolás Maduro vuelve a tener los dos cargos en uno: Ministro de finanzas y planificación.

 

Pérez se destacó en el cargo por enfrentar a las empresas globales de software y abogar por el software libre. No fue bien visto por algunos revolucionarios que como el diputado Luis Tascón le prohibió la entrada a una discusión sobre el tema tecnológico en la Asamblea Nacional.

 

Felipe Pérez ha mantenido según sus amigos una línea clara e independiente al abordar el tema económico, pragmática enfrente a los radicales que no ven más allá de sus narices comprometidas con un comunismo trasnochado que lleva al país por la calle de la amargura.

 

Hoy Venezuela con la más alta inflación del planeta, la corrupción creciente y el desabastecimiento inducido desde el alto gobierno militar-cívico arrincona a sus ciudadanos y es por ello que Pérez reacciona ante los escritos de sus otrora compañeros de ilusión con Chávez.

 

En su respuesta a un documento del grupo llamado “Marea Socialista” Felipe Pérez Martí lanza acusaciones y alertas ante la crisis que se nos presenta, el golpe que parece llegará, la pérdida de las elecciones de diciembre, la corrupción desatada y le carga las culpas al equipo económico comandado por Jorge Giordani no sin antes pedir hasta prisión para el comandante en jefe en éste párrafo: “A quien hay que meter preso por este inmenso crimen contra el pueblo, y contra la inteligencia, es al equipo económico, y al Presidente mismo”.

 

Ya antes, comenzando su respuesta, en referencia a las culpas que Nicolás Maduro achaca a la oposición y a los sectores económico y productivo del país por la inflación rompe récord mundial: “En primer lugar, la inflación es responsabilidad fundamental del gobierno, no del sector privado”. Desde el desmoronamiento del Gobierno hasta un posible escenario de golpe de estado y la pérdida por paliza de las elecciones del 8D son analizadas en su duro documento. Llega a desvelar el seudónimo que usa Giordani para escribir a su propio favor: Simón Andrés Zúñiga.

 

AQUÍ COMIENZA SU CARTA PÚBLICA A “MAREA SOCIALISTA”:

De Chávez a Maduro: Habilitar al Pueblo Bolivariano antes de que sea demasiado tarde

Caracas, 20 de octubre de 2013, día del “Golpe de Timón”

Carlos Carcione, Stalin Pérez, Juan García, Gonzalo Gómez, Zuleika Matamoros, Alexander Marín, por la coordinación nacional de Marea Socialista.

 

Introducción

El nombramiento de Rafael Ramírez como Vicepresidente del área económica frenó en seco el avance del nuevo sistema de cambio de divisas elaborado en cinco meses de negociaciones entre el gobierno, la oligarquía local y el capital financiero. Sistema que de haberse aplicado, hubiera significado un golpe mortal para el control estatal de la Renta Petrolera[1]. Al mismo tiempo la noche del martes 8 de octubre, el discurso del Presidente Nicolás Maduro, leído ante la Asamblea Nacional, despertó expectativas en el angustiado pueblo chavista, que espera resultados contundentes y rápidos en la lucha contra la gran corrupción, contra la usura, la especulación, el desabastecimiento y el chantaje que continúan.

 

La guerra económica no se ha detenido y sigue horadando la base social y política del gobierno. Mientras que los voceros de la oposición declaran a los cuatro vientos su propósito de salir como sea del presidente. La situación ha entrado en una nueva fase. La apuesta de los dirigentes de la MUD, más allá de sus diferencias internas, es convertir las elecciones de Alcaldes y concejales en un plebiscito nacional contra Maduro.

 

Pretenden demostrar la supuesta ilegitimidad del gobierno actual y forzar y acelerar los tiempos del reemplazo del presidente[2]. Para conseguir este plan que no ocultan, mantienen y profundizan la guerra económica, la batalla mediática y, si logran su objetivo electoral, buscarán desarrollar un calentamiento de calle con violencia incluida, exponencialmente superior al del 15 al 17 de abril pasado. Está vez apoyado en la parálisis y desmoralización que pretenden conseguir del Pueblo Bolivariano, castigado brutalmente por la especulación, la usura y por la desorientación provocada por meses de política errática, equivocada y que conduce a una conciliación abierta con la burguesía por parte del gobierno. En este escenario la burguesía y la MUD pretenden jaquear la supervivencia en el cargo del presidente Maduro y, con ello, la suerte futura del proceso bolivariano.

 

Sin embargo no es el único peligro que amenaza al proceso. Está a la vista, para el que quiera ver la realidad, que la ausencia física del comandante Chávez ha abierto una disputa interna por la hegemonía política dentro del chavismo. El debate sobre las medidas económicas y el otorgamiento de dólares, debate que por cierto no ha terminado[3], ha sido hasta ahora la primera expresión categórica y pública de esta disputa. Pero no la única. Mientras el presidente Maduro ha comenzado a denunciar a la burguesía parasita, y a declarar que entramos en una etapa de la revolución donde hay que avanzar a la destrucción del Estado Burgués, calificadas voces del Alto Gobierno insisten en llamar a cooperar a una supuesta “burguesía patriótica o nacionalista” con la que añoran llegar a acuerdos estratégicos, desnudando así su carácter conciliador.

 

En este escenario el pedido de Habilitante que ha hecho el presidente es una batalla política importante. Una oportunidad para poner en marcha un cambio en la correlación de fuerzas que nos permita salir de la posición defensiva que hoy tiene el proceso. La condición para que esto sea posible es que: el contenido político de esa Habilitante, las medidas que se diseñen a partir de ella, vayan en el sentido de atacar los graves problemas que tiene el pueblo que vive de su trabajo y lo haga de manera inmediata. No se puede hablar de Guerra Económica, que la hay, sin un plan de contraofensiva que movilice todas las fuerzas que defienden el proceso.

 

La preparación de la contraofensiva en nuestras filas es esencial: ha llegado el momento de abrir al interior de las fuerzas bolivarianas, el debate de fondo sobre la orientación de la actual etapa de la Revolución. Es el momento de poner en claro las ideas. Las de los dirigentes que quieran defender el legado de Chávez y las del pueblo bolivariano, que está llamado a volver a ocupar su lugar como fuerza motriz y vanguardia en este momento crucial.

 

I. Un cruce histórico

Hace apenas 7 meses fallecía el Comandante Chávez y 6 meses desde que Nicolás Maduro fue llevado a la Presidencia por el Pueblo Bolivariano. El impacto político de la ausencia de Chávez en nuestro proceso es tan fuerte como lo fue el impacto emocional que causó su fallecimiento en nuestro pueblo. Estamos atravesando un momento en que si no se vuelve a las claves de la Revolución Bolivariana nos puede conducir a poner en peligro la continuidad del proceso revolucionario.

 

Decíamos en mayo pasado: “Están dispuestas fuerzas sociales irreconciliables cuya tendencia es al choque y el resultado de esa confrontación determinará el carácter de la nueva etapa abierta en el país por la desaparición física del Comandante. El mínimo margen en la elección presidencial del 14 de abril, que ganó Nicolás Maduro con los votos de Chávez, es el emergente de un mar de fondo que anuncia que los tiempos de la definición han llegado”[4].

 

Ahora, el momento del choque de esas fuerzas sociales irreconciliables se acerca. Pero la oligarquía y la oposición tienen una ventaja: Ellos siempre estuvieron claros en lo que buscaban. Por eso a pesar de la falsa ilusión que en el gobierno despertaron las promesas realizadas por Mendoza a Maduro, en el terreno de la calle, el desabastecimiento, la carestía y la usura se profundizaron y cuando la oposición se percató de la desorientación de un gobierno que no reaccionaba frente a las consecuencias que estaban provocando esos pactos, se decidieron ir a fondo: ahora es por el control de la Renta Petrolera y la retoma del país que perdieron en 1999. Y salir así, de una vez, de esa pesadilla, que los relegó del control de la renta. La pesadilla es de ellos, claro, en nuestro caso es un sueño. Y como en el Sabotaje Petrolero no volverán para atrás a menos que los derrotemos.

 

En un sentido estamos en una situación política similar a la de diciembre 2002, enero 2003. Para que se entienda lo que estamos diciendo, nos vamos a permitir transcribir una extensa cita de un trabajo de Germán Sánchez Otero, sociólogo y embajador cubano en el país en la época del Sabotaje: [5] (…) Una de esas primeras noches de diciembre (2002), Chávez convoca a una reunión muy importante en el espacioso salón del Consejo de Ministros, en Miraflores, para evaluar los aspectos medulares del plan enemigo y de la contraofensiva. Allí se encuentran todos los principales dirigentes políticos, militares y del gabinete, casi cincuenta personas. Desde los días anteriores afloraron posiciones divergentes sobre la táctica a seguir frente al paro.

 

Algunos, más vinculados a la actividad técnica o por inclinaciones ideológicas suponían que sería necesario negociar con los gerentes de PDVSA. Otros, con un enfoque más estratégico, sostenían que no había arreglo con ellos, y que había llegado el momento de la ruptura y de avanzar hacia la toma definitiva de la empresa. Chávez conocía esas dos posturas (…) Trae consigo, lee en voz alta y comenta un documento valorativo –sin identificar a los autores-, que le sirve de base para esclarecer el complejo momento que vivía la Revolución Bolivariana y el camino que debía seguirse (…)

 

Desde esa premisa el texto regresa a la actualidad:

“Hoy, después de casi doscientos años de patria, aparecen una vez más en el escenario político nacional los aspectos del monteverdismo y de la capitulación, como formas de truncar los sueños de un pueblo. Los monteverdistas como abanderados de la restauración de la IV República, y los conciliadores, haciendo su labor de zapa infiltrados en el campo revolucionario, pactan solapados por debajo de la mesa la entrega de la Revolución Bolivariana. Persiguen adulterarla y maniatarla en la negociación, despojarla de su esencia: el fervor popular y la voluntad de cambio”.

 

Chávez pone énfasis en esta idea, que es crucial:“No nos engañemos a nosotros mismos, las únicas variantes son revolución o fascismo, paz revolucionaria o guerra contrarrevolucionaria. Para ello el único camino es profundizar la revolución con apego a la Constitución”. (…)

 

El pueblo bolivariano, el verdaderamente chavista, percibe, siente, huele y sufre el clima de cruce histórico que vivimos. Por eso es que sucede el impacto positivo que tuvo el discurso del presidente leído en la Asamblea Nacional al pedir la Habilitante. Y es eso también lo que explica la sensación de alivio por la salida de Merentes de la vicepresidencia económica. Sin embargo este alivio fue breve, la velocidad con la que se pierde el nivel de vida de la población que vive de su trabajo exige respuestas concretas y mucho más rápidas.

 

Este pueblo mantiene viva la disposición de cambio, la voluntad de lucha, de entrega amorosa. Están enteras las fuerzas que demostró frente al Golpe de Abril y el Paro Sabotaje, en el revocatorio, en la nacionalización de Sidor. En la felicidad compartida el 4 de octubre de 2012 cuando bailó con Chávez bajo la lluvia, y en el juramento combatiente de hacer irreversible la revolución que le ofreció al Comandante en esos tristes días después del 5 de marzo. Hace falta poner esa fuerza, hoy confundida, en movimiento.

 

Para eso, en este momento de definiciones, ese pueblo necesita una dirigencia a la altura de la convocatoria histórica. No será conciliando con los que odian a Chávez como moralizaremos a nuestro pueblo. No será con los supuestos modales “civilizados” y “negociadores” de la burguesía. Pero tampoco con amenazas que justifiquen, a los ojos del mundo, las acciones desestabilizadoras de la oposición.

 

Los dirigentes que aspiran a heredar a Chávez se ganarán el derecho de entrar en la historia grande de la Revolución Bolivariana activando las claves del Proceso. Los cuadros y dirigentes que sinceramente buscan construir el liderazgo y la institucionalidad de esta nueva etapa del proceso deben sumergirse en esas claves que lo hicieron fuerte hasta ahora, como por ejemplo: la participación activa, movilizada y democrática del pueblo bolivariano, su rol protagónico de pueblo constituyente.

 

II. Aprovechar la Habilitante y convertirla en programa revolucionario de gobierno en la emergencia

Si el presidente Maduro cree que el simple trámite parlamentario de la sanción de la Ley Habilitante que ha pedido a la Asamblea Nacional, le dará el poder político para aplicarla en la lucha contra la corrupción y la usura, lamentablemente se equivoca. Sin embargo él viene adelantando que su diputado 99 es el Pueblo Bolivariano: Apoyarse en ese pueblo y activarlo es, a nuestro entender, el camino para emprender la contraofensiva.

 

Pero: ¿cómo activar la voluntad de lucha de ese pueblo que viene siendo castigado en estos meses de retroceso en sus conquistas? Para eso hay que poner en pie y por delante, los objetivos políticos de un nuevo rumbo, un Golpe de Timón como anunciaba Chávez el 20 de octubre de 2012, que le dé un viraje a la Revolución.

 

La Habilitante debe tener, en el papel y en la acción, un claro objetivo contra la gran corrupción sea esta blanca, amarilla o roja rojita. Debe estar dirigida con un lenguaje claro y contundente contra los responsables burgueses o burocráticos de la guerra económica, planteando y ejecutando rápidamente soluciones radicales para la superación de la usura inflacionaria, la estafa de los precios y el criminal desabastecimiento.

 

Las medidas para las que será habilitado el Presidente deben tener un claro sentido de restituir las conquistas, el nivel de vida y los objetivos del Pueblo Bolivariano y de nuestro proceso, nivel de vida que cae estrepitosamente luego de la devaluación de febrero pasado. Del contenido de la Habilitante debe quedar claro que se va a combatir el verdadero motor de la guerra económica que sirve a los propósitos políticos de la burguesía, que es la apropiación de la renta, este es uno de los principales objetivos de esta guerra que hay que desmontar.

 

En este sentido, es equivocado el texto genérico con lenguaje simplemente legislativo que se presentó a la Asamblea Nacional, nada adecuado para el momento y más parecido al que se encuentra en un libro de texto del derecho burgués. Corregido luego en declaraciones más concretas por el presidente Maduro. La forma, el lenguaje, el contenido de la Habilitante debe ser radical y de ruptura con los que nos han llevado a esta situación. Debe marcar un rumbo claramente anticapitalista.

 

Proponemos como ejemplo tres puntos sobre los que el presidente debería estar Habilitado y defender como plan de gobierno para la emergencia.

 

1) Corrupción

El Pueblo Bolivariano necesita saber quién se robó los 20.000 millones de dólares del SITME, y que los responsables de ese crimen contra el estado en especial los banqueros y los burócratas sin cuya complicidad no se hubiera podido cometer la estafa, paguen duramente con prisión y confiscación de bienes.

 

Para hacernos una idea de lo que significa esa cifra diremos que: Es igual al costo de construcción de 330.000 viviendas a 60.000 dólares cada una, precio estimativo de construcción de los apartamentos de la GMVV. O, 100.000 apartamentos[6] de 70 mts2 en Miami. Otra comparación es válida: con esos 20.000 millones se pudieron haber construido en Panamá 200.000 apartamentos de 70 mts2[7].

Estos son el sustento del boom de la construcción en Panamá que, como secreto a voces, se sabe que es gracias a la inversión de “capitales venezolanos” (¿amarillos o rojo rojitos o los dos?), como parte de la fuga de capitales de nuestro país. Para que se entienda mejor aún el precio que está pagando en desatención el Pueblo Bolivariano por este crimen diremos: ese robo se puede calcular como el costo de construcción de 400 hospitales a 50 millones de dólares cada uno, que es lo que costó aproximadamente construir el Cardiológico Infantil de Caracas.

 

Si se castigara ejemplarmente a los responsables de esta estafa maldita y se recuperarán esos recursos podríamos afirmar que empezó una verdadera revolución anticorrupción.

 

2) Guerra Económica

Si el Estado ha entregado los dólares para importaciones[8] a 6,30 Bsf por dólar ¿por qué seguimos permitiendo que los productos sean calculados para su venta al pueblo venezolano a 40 Bsf o más por dólar? O lo que es lo mismo ¿por qué seguimos tolerando una ganancia del 600% sólo por la operación de importación? Hay que frenar esta verdadera “liberación de precios”.

 

Llegó el momento de concentrar en manos del Estado y bajo un estricto control social y popular todas las importaciones que necesita nuestro pueblo para que los dólares de la Renta Petrolera no vayan a construir fortunas a base de esta usura descarada. Y sobre todo de fijar claramente un límite a las ganancias de los comerciantes.

 

Y los bancos. ¿Es que son necesarios los banqueros? ¿No fueron ellos los que manejaron discrecionalmente las asignaciones de dólares del SITME? ¿No fueron ellos los que provocaron la crisis bancaria de finales de 2009? ¿No fueron ellos, con las casas de bolsa, los que fugaron 30.000 millones de dólares en esa crisis? ¿Es necesario que saquemos la cuenta de cuantas viviendas y hospitales se robaron en aquella oportunidad?

 

El poder del crédito como el del monopolio del comercio exterior son palancas poderosas para el diseño de un nuevo modelo productivo. La nación es quién, a través del Estado con los controles sociales y populares imprescindibles debe monopolizar el crédito para asegurar el financiamiento de la construcción de un nuevo modelo productivo.

 

En la lucha contra el desabastecimiento y la especulación tienen un papel fundamental las empresas del Estado. Un contundente ataque al manejo burocrático y arbitrario de la gestión de esas empresas puede desplegar el potencial que ellas tienen. El sector de alimentos por ejemplos y el sector papel estarían en condiciones de solventar entre el 40 y el 60% (de acuerdo a los sectores) de la demanda interna. Ese manejo burocrático lo impide.

 

En el sector privado por otra parte, el otorgamiento de dólares para la producción se ha convertido en una herramienta de manipulación de las divisas. Sectores industriales que reciben dólares para la producción desvían esas compras hacia otros rubros en los que los precios son más usurarios. En estos casos, para romper las prácticas mafiosas es necesario desplegar un verdadero control de los trabajadores en las empresas.

 

3) Nuevo Modelo Productivo

Al tiempo que se aborda la emergencia de la epidemia de corrupción y la guerra económica es necesario abrir el debate sobre el diseño de un nuevo modelo productivo. Este diseño no es de resolución inmediata ya que es necesario un gran debate nacional en proceso constituyente con todos los sectores involucrados. Los ejes que proponemos para el debate en este punto se pueden ver en el documento Merentes a contravía de Chávez: ¿Qué esconde la guerra económica contra el Proceso Bolivariano?[9]

 

Sin embargo hay tres palancas fundamentales para el diseño de un plan de la nación que incluya un nuevo modelo productivo, ellas son: a) El control absoluto de la Renta Petrolera y de las divisas en las que se cuantifica. b) El monopolio estatal del comercio exterior con absoluto control social. c) El monopolio estatal del crédito, o lo que es lo mismo la nacionalización de todo el sistema bancario y de crédito nacional, también con un control social estricto.

 

Para este debate, con estos puntos o similares pero concretos es que debe utilizarse la Habilitante. Llevando la discusión a todo el Pueblo Bolivariano, para que enriquezca las propuestas y se prepare, y vaya a la lucha por medidas de ruptura contra el capital. Verdaderas medidas revolucionarias frente a la emergencia que sufre el pueblo que vive de su trabajo.

 

III. Ratificar en Referendo la Habilitante para Maduro

El contenido de la Habilitante que debe aprobar la Asamblea Nacional, debe ser tomado como un programa de gobierno para la emergencia que enfrentamos. Si es cierto que hay una guerra económica contra el Proceso Bolivariano, la tarea fundamental es construir la fuerza política y activar la fuerza social para ganar esa guerra, y para aplicar las medidas que cambien firmemente el rumbo en el que se venía actuando.

 

El problema de fondo de la actual crisis política es producto de la ausencia física del Comandante Chávez que fue uno de los pilares centrales del sistema político del Proceso Bolivariano, no podemos confiar en medidas parlamentarias que en algunos casos se obtienen con votaciones forzadas. La salida es apoyarse en el pueblo trabajador que sostuvo al proceso y al liderazgo de Chávez. Hay que salir de la quietud y despertar el espíritu revolucionario del Pueblo Bolivariano que hoy paga las consecuencias de la guerra económica y la confusión que genera la actuación que hasta ahora tiene el gobierno.

 

Por otra parte la debilidad política del gobierno es de origen. Tiene que ver con la mínima diferencia electoral que se obtuvo el 14 de abril. Pero esto no nos obliga a acuerdos con sectores políticos o económicos de la oposición en la creencia equivocada de que así se consolidaría el gobierno.

 

Es necesaria la construcción de un nuevo liderazgo que aún está pendiente, el presidente Maduro tiene la oportunidad de encabezar la construcción de ese liderazgo que, necesariamente será colectivo y apoyado en las organizaciones y voluntad de lucha del pueblo bolivariano civil y militar. Y para construirlo tiene que aplicar de manera democrática medidas revolucionarias que permiten superar la actual crisis.

 

El futuro liderazgo deberá construirse sobre la base de la activación del Pueblo Bolivariano. En diciembre de 2012 en el documento llamado “De que estamos hablando: Chávez y el liderazgo de la Revolución Bolivariana”[10] describíamos el recorrido de la construcción del liderazgo de Chávez. El punto común en ese recorrido fue haber apelado a la movilización popular, al poder originario. Una de las claves de Chávez fue impulsar o cabalgar la participación activa del Pueblo Bolivariano en cada uno de los momentos críticos del Proceso.

 

La oportunidad que presenta la Habilitante, es proponer un programa revolucionario de gobierno para la emergencia, que vayan en el sentido de Independencia Nacional que tiene el Programa de la Patria, es apelar a la movilización popular para debatir y ratificar refrendariamente su contenido y para construir la fuerza material, política, que conquiste la aplicación de las medidas anticorrupción, y contra la guerra económica. Es llamar a la participación en el compromiso refrendario de la Ley, a ese pueblo, activado en el debate político y con el objetivo de diseñar y darle fuerza política y social a un rumbo claramente anticapitalista.

 

Desatar la movilización obrera y popular del proceso revolucionario frenaría las amenazas que enfrenta hoy. Y sería el punto de apoyo para pasar a la contraofensiva. Que quede claro: no estamos hablando de marchas de participación muchas veces “obligada” a escuchar discursos que no hablan de la realidad que sufre cotidianamente nuestro pueblo. Sino un llamado al espíritu revolucionario, bolivariano, de lucha, alimentado por un profundo debate sobre el rumbo del proceso y por acciones prácticas contundentes que permitan dar un giro a la situación actual. El referendo sobre la Habilitante puede ser una palanca en este objetivo.

 

Es la forma de enfrentar con posibilidades de éxito los peligros que amenazan al proceso en las próximas semanas y meses, algunos de esos peligros son:

 

a) La maniobra de convertir las elecciones municipales en plebiscito contra Maduro

En la última semana todos los principales voceros de la MUD han declarado que su intención en las elecciones municipales es convertir el resultado electoral en un plebiscito contra el gobierno de Nicolás Maduro. Esperan ratificar su campaña de que es un gobierno ilegítimo y forzar su salida y una nueva elección presidencial. No hay que tener mucha imaginación para adivinar que apelarán a la violencia como ya lo hicieron en abril pasado. Sólo que si esta vez su pronóstico electoral se cumple estarán moralizados para ir mucho más lejos que en aquella oportunidad.

 

De darse el resultado que buscan y que muchas voces desde el proceso también anuncian, el gobierno nacional quedaría en una situación de defensiva, contestando desde una posición de desventaja y en el marco de una situación donde el pueblo bolivariano todavía sigue desorientado sufriendo la guerra económica.

 

La ubicación y activación del Pueblo Bolivariano en Batalla Constituyente, refrendando sobre la base de una política revolucionaria y con avances concretos adelantados de esa política, la Habilitante para el Presidente, desmontará esa maniobra y hará mucho más difícil que se imponga el argumento cínico de que unas simples elecciones municipales serán un plebiscito revocatorio. Esto es posible en la medida en que la Habilitante tenga un claro contenido revolucionario y que se empiece a avanzar desde ahora mismo en medidas concretas que frenen la caída del nivel de vida de los que viven únicamente de su trabajo.

 

b) La situación en las Fuerzas Armadas

La ola de rumores que recorren el país sobre una situación de malestar en los mandos de la FANB pretende ser utilizada por la oposición. Desde los sectores más extremos de la derecha local, esa que ve en Uribe un ejemplo a seguir, no cesan los llamados abiertos o encubiertos, a mandos de la Fuerza Armada para que ayuden a la salida del presidente.

 

Más allá de la veracidad o no de estos rumores, lo que sí es un hecho es que nuestra Fuerza Armada, tiene, en la mayoría de sus componentes, profundos lazos que lo unen al Pueblo Bolivariano. Nuestra revolución es una revolución cívico militar. Por lo tanto no es de extrañar que gran parte de la FANB sufran la misma angustia que nuestro pueblo por la situación de guerra económica, y de desorientación que ha generado el plan de los conciliadores de entregar en la mesa de negociaciones la Renta Petrolera, frenado, por ahora, la primera semana de octubre.

 

La apertura inmediata de un debate en clave constituyente en el seno del Pueblo Bolivariano sobre las medidas efectivas que la Habilitante del Presidente debe definir como un verdadero plan revolucionario de gobierno, habilitará, y así tiene que ser pensado, la participación de los sectores chavistas mayoritarios en la Fuerza Armada.

 

La convocatoria a ratificar sobre la base de ese debate y de esas medidas la Habilitante en un multitudinario proceso de discusión y referendo terminará también con las dudas que pudiera haber en la Fuerza Armada, consolidando su papel de organización militar de nuestro proceso revolucionario y sus claves democráticas y participativas.

 

c) El papel del movimiento de trabajadores y del movimiento popular

Las organizaciones del movimiento obrero en especial la Central de Trabajadores, CSBT, deben cambiar su papel pasivo y alejado de los reclamos y las necesidades de los trabajadores. El papel de “apaga fuegos” que muchos dirigentes se adjudican en público, no hará más que borrarlos de la memoria de un pueblo trabajador que ha dado grandes batallas.

 

Los trabajadores, los sindicatos de base, las federaciones deben exigir a la Central e impulsar desde ahora mismo un gran debate nacional de la clase trabajadora. Miles de verdaderas asambleas obreras deben recorrer la geografía del país donde los trabajadores clarifiquen sus ideas, dimensionen el sentido histórico del momento, fortalezcan los músculos aquellos que rescataron la industria petrolera.

 

Un movimiento obrero clarificado es imbatible en la búsqueda de sus derechos. Y no hablamos de mítines donde hablan dirigentes que hace mucho abandonaron la lucha comprometida, que insultan y maltratan a simples trabajadores, que ellos pretenden que cumplan un papel de oyentes obedientes. Hablamos de verdaderas asambleas donde el debate de las propuestas y la resolución democrática sea la norma y que pongan en movimiento de manera organizada, como verdaderos círculos o brigadas de lucha, esa fuerza que ya hemos visto actuar en tiempos no tan lejanos.

 

Por su parte el movimiento popular tan asociado en su mística al poder popular luce desorientado. Unas pocas y valiosas movilizaciones autónomas que han logrado hasta conseguir un derecho de palabra en la Asamblea Nacional para ser escuchados, han empezado a desarrollarse y muestran que hay reservas morales para la pelea.

 

Una reconcentración en la vuelta a las raíces de su nacimiento puede poner en movimiento a miles de ciudadanos hoy abandonados en medio de la guerra económica. La realización de Foros, conversatorios, caminatas, casa por casa y comunidad por comunidad, movilizaciones despertará a ese poder hoy dormido que bajó de los cerros un 12 de abril de 2002 sin esperar las indicaciones de los dirigentes públicos, muchos de los cuales se habían escondido.

 

Si desde el gobierno se avanza en la resolución de alguno de los problemas urgentes que angustian a ese pueblo y si logramos transmitir con fuerza y determinación la hora de definiciones en la que se encuentra el proceso, no hay fuerza capaz de detenerlos.

 

Hagamos que se escuche otra vez la diana de la Batalla de Santa Inés en todo el territorio y llamemos al Pueblo Bolivariano a defender su derecho constitucional a la participación y protagonismo decisorio.

 

IV. La más amplia unidad en la acción y la más amplia libertad en el debate crítico, democrático y participativo.

 

Si somos capaces de reconocer esta realidad de cruce de caminos y el gobierno tiene la audacia revolucionaria suficiente para convocar al Pueblo Bolivariano y hacerlo participar activa y democráticamente de la construcción de su destino, será posible construir la más amplia y poderosa unidad en la acción.

 

Pero para que esa unidad sea indestructible es necesario el respeto absoluto por la diversidad de opiniones que conviven en el proceso revolucionario.

 

Todas las voces deben ser escuchadas. La descalificación debe dar paso al debate de ideas. La persecución debe dar paso al respeto por las minorías, respeto que incluye la oportunidad de que esas supuestas minorías sean escuchadas.

 

El síntoma peligroso del desplazamiento de todas o casi todas las voces críticas de los medios públicos, incluso de aquellos que siguiendo a rajatabla la línea oficial del momento cumplieron el papel fundamental de develar la política de la oposición, ha debilitado enormemente a la revolución en lo que tiene de más fructífero: la diversidad de ideas.

 

Todos los medios públicos deben ser abiertos como parte de este verdadero cambio de rumbo donde se abra paso al Pueblo Bolivariano a ratificar en referéndum el programa de emergencia que debe constar en la Habilitante para el Presidente, todas las voces deben ser escuchadas con sus propuestas, todas las voces de los que defendemos el proceso, deben tener su espacio.

 

Los que hasta ahora han ejercitado el papel de censores, y descalifican a los que piensan distinto, lo volverán a hacer. Nosotros que hemos atado indisolublemente nuestra suerte a la del pueblo trabajador movilizado seguiremos luchando en defensa de las conquistas de la revolución hoy atacadas. Todavía estamos a tiempo de poner las fuerzas bolivarianas en movimiento. Pero alertamos, hay que actuar ya, antes de que sea demasiado tarde.

 

[1] Merentes a contravía de Chávez: ¿Qué esconde la guerra económica contra el proceso bolivariano? http://www.aporrea.org/trabajadores/a173971.html

 

[2] Julio Borges: “El país no puede soportar más meses con Maduro en el poder”http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/131014/el-pais-no-puede-soportar-mas-meses-con-maduro-en-el-poder

 

[3] La batalla por la renta petrolera: el dólar como apariencia. Simón Andrés Zúñiga.http://www.aporrea.org/tiburon/a174918.html

 

[4] El Proceso Bolivariano después de Chávez: Llegó La hora.http://www.aporrea.org/ideologia/a166151.html

 

[5] La Nube Negra. Golpe petrolero en Venezuela. Germán Sánchez Otero. Ediciones PDVSA, págs. 132 y 133. Los paréntesis son nuestros.

 

[6]http://invierteconmigoenflorida.com/ sitio web que ofrece apartamentos y casas en Miami, Florida, EEUU con teléfono en Carcas para realizar la operación.

 

[7]http://www.aptospanama.com/?gclid=CLea4Ke5oboCFSlo7Aodri8ARQ#!for-sale/cobq allí se puede constatar que el precio de un apartamento es de 1525 $ por m2.

 

[8] Según informó el Vicepresidente Ramírez a la prensa, al 30 de septiembre ya se llevaban entregados 33.000 millones de dólares. Cifra similar a la del año pasado para la misma fecha.

 

 

AQUÍ LA MISIVA DEL EX MINISTRO DE PLANIFICACIÓN A SUS AMIGOS SOCIALISTAS DONDE DEJA CLARÍSIMO DE QUIÉN SON LOS ERRORES EN LA CONDUCCIÓN ECONÓMICA DEL PAÍS, ATORADO ENTRE LA INFLACIÓN MÁS ALTA DEL PLANETA Y EL DESABASTECIMIENTO DE UN PAÍS DONDE QUINCE AÑOS DE GOBIERNO ROJO ACABARON CON LAS INDUSTRIAS Y LA PRODUCCIÓN:

 

“Me he tomado la libertad de incluirlos en esta lista de discusión, pues la gran mayoría de ustedes los conozco personalmente (cuando quieran pueden retirarse ustedes mismos, o me dicen que lo haga, ya que soy el administrador).

 

Quisiera resumir mis observaciones, que podemos debatir largamente en la lista si les parece. Invito a todos a participar en este debate 

1. Sobre el diagnóstico económico

En primer lugar, la inflación es responsabilidad fundamental del gobierno, no del sector privado. Esto está claro desde el punto de vista económico, dada la incompatibilidad del régimen cambiario con la política monetaria activa, sobre todo emisión de dinero sin respaldo ni de reservas ni de producción, que se usa para financiar la deuda pública consolidada. Les anexo el documento QH en que se habla de esto teóricamente, y el cambiario, en que se habla de los diferentes regímenes cambiarios y sus limitaciones. Por otro lado, ni siquiera un monopolio puede elevar sus precios a voluntad por encima de un límite en un entorno dado. Si el entorno cambia, por ejemplo con inflación de costos debidos a una espiral inflacionaria como en nuestro caso, es natural que suban los precios, no solo del monopolio, sino de cualquier empresa, por pequeña que sea (como las bodegas de las cuales ha hablado Betty, los buhoneros, los taxistas, las busetas).

 

Culpar al sector privado de la inflación es totalmente erróneo. Hay un componente político indudable, pero sin corregir las políticas monetarias y cambiarias, que son evidentemente inflacionarias por toda la teoría y la evidencia empírica conocida en Economía, y la cuantía de los montos en cuestión, como se explica en QH, no se puede señalar al enemigo como culpable de la propia derrota en este campo. El fenómeno de acaparamiento también surge de aquí, fundamentalmente, y es un comportamiento conocido en Economía, no solo de los productores, sino de los consumidores en un ambiente así. Tiene que ver con la velocidad de circulación del dinero en un ambiente inflacionario, de expectativas inflacionarias retroalimentadas (y racionales, por lo demás, por lo que decimos de las políticas de financiamiento del déficit).

 

Por otro lado, culpar al sector privado de la apropiación de la renta petrolera vía ganancias cambiarias es como culpar a un zamuro de comer carne. El gobierno (su equipo económico, más específicamente) les ha puesto esa carne a esos zamuros, y ahora no puede venir a querer matarlos, o meterlos en una jaula de pájaros malignos. A quien hay que meter preso por este inmenso crimen contra el pueblo, y contra la inteligencia, es al equipo económico, y al presidente mismo. Son los responsable directos. Si hay que ir contra la corrupción, pues hay que meter preso a los verdaderos responsables de la inmensa pérdida de la riqueza del pueblo. La ignorancia de la ley (económica) no exime de la responsabilidad en la falta de su cumplimiento. En este caso, la “cárcel” tendría que ser, por lo menos cambiar las políticas por unas que protejan los intereses del pueblo (cambiar al equipo económico es absolutamente imprescindible para hacer justicia, o empezar a hacerla; el pueblo, la sensatez, la vergüenza, y la inteligencia lo reclaman).

 

2. Sobre el diagnóstico político

La situación presente no es la misma que en 2002 durante el golpe, o el paro petrolero. Suponer esto nos llevaría a un diagnóstico completamente erróneo, y a recomendaciones totalmente erróneas. Mientras en ese entonces el gobierno gozaba de inmensa popularidad, y el pueblo identificaba muy claramente a la burguesía parasitaria y entreguista como el culpable, en este momento el gobierno está en franca sospecha, por decir lo menos, entre ese pueblo, como uno de los problemas.

 

Y con razón, por lo que hemos dicho. Las encuestas dicen claramente que la percepción sobre la economía es muy mala, y ya casi el 70% de (¡toda!) la población piensa de esa manera. Y con razón, repito. Un golpe puede muy bien ser bienvenido por el pueblo llano, por las mismas razones, o muy similares, a las que planteaba Bolívar como causa de la pérdida de la Primer República en su Manifiesto de Cartagena:

 

“/La disipación de las rentas públicas en objetos frívolos y perjudiciales, y particularmente en sueldos de infinidad de oficinistas, secretarios, jueces, magistrados, legisladores, provinciales y federales, dio un golpe mortal a la República, porque la obligó a recurrir al peligroso expediente de establecer el papel moneda, sin otra garantía que las fuerzas y las rentas imaginarias de la confederación.

 

Esta nueva moneda pareció a los ojos de los más, una violación manifiesta del derecho de propiedad, porque se conceptuaban despojados de objetos de intrínseco valor, en cambio de otros cuyo precio era incierto y aún ideal. El papel moneda remató el descontento de los estólidos pueblos internos, que llamaron al comandante de las tropas españolas, para que viniese a librarlos de una moneda que veían con más horror que la servidumbre”.

 

El golpe y el paro de 2002 fueron rechazados por el pueblo. La caída del gobierno hoy puede ser favorecida por el pueblo. Ese es el análisis del que hay que partir, el diagnóstico que hay que identificar para poder actuar. El pueblo clama por soluciones. Y el gobierno puede (personalmente pienso que no puede solo a estas alturas), y debe, hacerlas.

 

3. Sobre el diagnóstico institucional

Se plantea como un objetivo primordial la lucha contra los corruptos en el artículo de ustedes. Como explicamos en QH, pretender luchar contra las manifestaciones de la corrupción, sin cambiar las circunstancias que la producen, es el mismo error que se ha cometido al pretender poner a Samán a resolver el problema de la inflación sin corregir sus causas.

 

Por si fuera poco, en el artículo de ustedes no solo no proponen corregir las causas, sino que proponen fortalecerlas: aumentar el poder del estado corrupto-corruptor, aumento del poder del capitalismo de estado, creyendo ingenuamente que poniendo en esas instituciones nuevas “revolucionarios probados” se va a solucionar la cosa (y por cierto, como no se confía en nadie, lo que ocurre es que se hacen nuevos enroques con los “cuadros confiables”, recargándolos de nuevas tareas, más y más, sin que ni siquiera humanamente puedan gerenciar tantas cosas).

 

Solo el pueblo salva al pueblo, queridos amigos. Dar el poder al pueblo es el cambio institucional, el cambio estructural, que podrá no solo controlar, sino eliminar, no solo la corrupción, sino también la ineficiencia. Tanto en lo productivo, con las empresas socialistas, como en lo administrativo.

 

En eso consiste realmente el golpe de timón: dar poder al pueblo. No seguir quitándoselo mediante instituciones “representativas” que lo sustituyen y fortalecen al estado corrupto-corruptor que nos ha hecho tanto daño, que está engendrado y desarrollado como un mecanismo de acaparamiento de la renta petrolera, tanto de quienes lo gerencian, como, sobre todo, de quienes tienen el poder económico, la burguesía parasitaria de ayer y de hoy, que al fin y al cabo, con sus largos y efectivos tentáculos, controla cual dragón maligno a ese aparato, esté quien esté ahí.

 

4. Las medidas propuestas

Las medidas que ustedes proponen como “nuevo modelo productivo” consiste en estatizar el comercio exterior, y estatizar toda la banca privada. Consisten básicamente en fortalecer el estado corrupto-corruptor. Fortalecer el capitalismo de estado. Eso no es socialismo, amigos. Ustedes hablan de radicalizar el proceso. Y es cierto. Pretenden radicalizar el capitalismo de estado. Pretenden fortalecer lo negativo en el gobierno, lo que no ha resultado, y lo llaman golpe de timón, cuando el golpe de timón consiste en dar poder al pueblo. Esa radicalización le quita más poder al pueblo, y lo pretende utilizar una vez más para perjudicarse a sí mismo. No es un nuevo modelo productivo, sino el viejo radicalizado.

 

Las consecuencias de estatizar el comercio exterior van a ser más corrupción, y más ineficiencia. En relación a la banca, lo mismo (solo pensemos en el Banco Industrial de Venezuela, “el banco de los trabajadores”). Lo que está planteado es democratizar el comercio exterior, por un lado, y democratizar el negocio bancario, con las empresas socialistas asumiendo un rol protagónico, pero triunfando en el terreno, porque son más eficientes, no porque se expropian las empresas existentes y se manejan como empresas del estado en un modelo fracasado que no es socialista, sino que desprestigia al socialismo. Resolver el problema cambiario no tiene que ver con esto. Son cosas distintas, sencillamente. Y hay que usar el mecanismo de mercado (que no debe confundirse con capitalismo) a nuestro favor, y usar el monopolio de las reservas a nuestro favor. Es lo que proponemos en el documento QH y el cambiario.

 

5. Sobre las elecciones como plebiscito

Ustedes dicen que oposición va a usar las elecciones como plebiscito. Es cierto. Pero quien está desbocado en esta materia es nuestro gobierno. Está usando, a mansalva, el gasto de clientelismo político para eso, con lo de la construcción de viviendas y otras cosas. Ha nombrado candidatos a dedo en uno y en otro sitio. No ha dejado que las bases hagan sus propuestas. Nunca lo ha hecho, siempre con el pretexto de que si no lo hace, la oposición se aprovecha. No ha habido una voluntad, y una claridad política en esta materia, pensando en el largo plazo y la irreversibilidad de la revolución, que consiste en el empoderamiento del pueblo. Si fallamos en las elecciones, va a haber un plebiscito claro contra el gobierno.

 

Y por culpa del gobierno, no de la oposición. Hemos actuado por miedo, y no por principios y claridad ideológica y conocimiento de la materia económica. Estamos a la defensiva, en caída franca, y a la desbandada. Lo serio sería pensar en el largo plazo, y dar por perdidas unas elecciones que ya están perdidas, no concentrarse en dar una batalla donde, por nuestros errores garrafales, hemos perdido ya.

 

6. Sobre la fuerza armada

Una vez más ustedes confían en la fuerza armada, como institución. Eso tiene dos problemas. Uno, que es falso. He conversado con militares de inteligencia, que monitorean estas cosas, tanto en el pueblo, como en la fuerza armada, y me dicen que la cosa se cae. El descontento generalizado no es solo en el pueblo, sino en la fuerza armada. Llega a grados inverosímiles de ira y rechazo. Ya no aguantan más. Y con razón, amigas y amigos. Por otro lado, institucionalmente, es un error confiar en la fuerza armada como el bastión de la revolución. De nuevo, solo el pueblo salva al pueblo.

 

Es lo que proponemos en materia militar en el documento QH. Potenciar lo que se hizo el 13 de Abril de 2002: el pueblo en vanguardia, y el apoyo de las fuerza armadas que son revolucionarias. Pero en pos de un proyecto en el cual crean, y en el cual tengan entusiasmo, no en un proyecto fracasado, que está al borde del abismo, y que no representa ya nada para ellos, más allá de las nostalgias.

 

7. Sobre la vanguardia y la retaguardia

El pueblo está pidiendo a gritos que se solucionen sus problemas económicos, de costo de vida. Pretender que ese pueblo sea “pastoreado” una vez más para apoyar a un gobierno que ha fracasado (independientemente de las responsabilidades) para resolverle esos problemas, bajo una arenga “revolucionaria” que está equivocada en la identificación de sus intereses, es como pedir a una víctima que apoye al mismo abogado que le ha perdido un juicio a costa de mucho dinero, para que recurra en una instancia judicial superior. Lo que hay que proponerle a esa víctima es contratar a un nuevo abogado que realmente represente sus intereses, por un lado, y que sepa de la materia que está tratando, por otra.

 

Si a eso se le llama “vanguardia” de una marea socialista, hay un error fundamental de concepto, pues se está claramente a la retaguardia del pueblo, quien, a pesar de su “poca formación” ideológica, dirían algunos, sí que está a la vanguardia de lo que se debe hacer: reclamar al gobierno un golpe de timón. En las asambleas propuestas, tanto de trabajadores, como de comunidades, no es de extrañarse que surjan reclamos muy fuertes al gobierno. Una insurrección popular contra el gobierno y contra la burguesía parasitaria sería una propuesta más acertada para el contexto en que nos movemos, pues el descontento popular está llegando a niveles extremos, según lo podemos observar quienes somos parte del pueblo y sufrimos junto con él los tremendos problemas que se están presentando.

 

Pedir al pueblo que apoye al abogado que no lo ha representado no es estar a la vanguardia de ese pueblo, sino a la retaguardia, dejando que sea ese pueblo quien experimente las bajas de guerra mayores por nuestra falta de claridad, amigos. Por eso los invitamos a clarificar todo lo que haya que clarificar sobre esto, pues está mucho en juego: la vida de la gente, si bienestar, su futuro.

 

8. Sobre los ideólogos de la propuesta

Ustedes citan a Giordani (Zúñiga, su seudónimo) como uno de los justificadores de su propuesta. Él es el líder del modelo que ha fracasado estrepitosamente. Leyendo el artículo, ustedes piensan que hay que fortalecerlo. Ha llegado la hora de las definiciones, amigos, como dicen ustedes. O estamos con el pueblo, o estamos con el equipo económico del gobierno, en particular Giordani, que es el líder indiscutible del modelo que ha imperado en prácticamente toda la gestión económica, tanto en vida del comandante Chávez, como ahora (hubo un intento de “desvío” con Merentes ahora, pero se desató una campaña, dirigida por el propio Zúñiga, que fue seguida por mucha gente sin saberlo, para decantarse por una de las partes en ese conflicto). Los responsables de esta debacle económica son tres: Giordani, Merentes y Armando León. O los apoyamos a ellos, o apoyamos al pueblo. Nuestra propuesta QH pretende apoyar al pueblo, y nos gustaría saber qué piensan ustedes en ese sentido.

 

Sobre la calificación de Giordani lo dejamos claro en el artículo en que respondemos a Zúñiga cuando nos ataca de monetaristas y neoliberales:

Déjeme decirlo más claramente: el peor enemigo del pueblo es el equipo económico, y el gobierno si lo apoya. No por intención, sino por los resultados de sus acciones. Los intelectuales que apoyan a esta gestión económica, por ignorancia, son cómplices inadvertidos de esos enemigos. Eso lo dejamos claro en el artículo sobre la verdadera quinta columna:

 

9. Sobre la crítica

Ustedes dicen que el gobierno debe admitir la crítica. Lo primero que les digo es que el documento de ustedes no va a ser criticado por el gobierno. Al contrario. Asume las banderas de Giordani y su vocería. Quienes hemos sido criticados somos nosotros, con estilos estalinistas y fascistas. No nos cabe duda de que seguiremos siendo atacados. Y en su artículo se ve claramente que nos critican de querer claudicar ante el enemigo de la burguesía y el imperialismo, a través de propuesta neoliberales, y de negociación.

 

Llegó la hora de las verdades, de hablar de estrategias de guerra, no de simples apoyos superficiales a una falsa idea, a una idea fracasada. Usando todas las armas a nuestra disposición, teniendo en cuenta la situación real. Como si estuviéramos en el gobierno. No como si quisiéramos ganarnos el beneplácito del gobierno. Como lo hizo Lenin, por ejemplo, cuando planteó la NEP. No era un traidor, sino un estratega.

 

10. Conclusión

Por favor debatamos este asunto con profundidad, pues lo que está en cuestión es el modelo político-económico de este proceso. Uno de ustedes dijo en una reunión en que yo estaba, que había que incorporar el análisis de lucha de clases en el diagnóstico y las propuestas. Les pregunto: esa propuesta de ustedes ¿es a lo que se referían cuando decían esto? ¿La lucha de clases consiste en fortalecer el capitalismo de estado? Si se lleva a cabo lo que ustedes proponen, el fracaso de este proceso, según mi opinión, será aún más rápido del que estamos viendo, y el derrumbamiento del gobierno, que ocurrirá con certeza después de las elecciones, no me cabe duda, implicará violencia, y mucha confusión en nuestras filas, en parte por la confusión de liderazgos como el que ustedes están proponiendo, que está muy alejado de la realidad.

 

La propuesta de ustedes no es habilitar al pueblo, sino habilitar al equipo económico, sobre todo a Giordani. Habilitar al pueblo es darle poder, no quitárselo. No seguírselo quitando. Habilitar al pueblo no es acercarnos más al abismo, para que los enemigos declarados del pueblo, el fascismo, tome el poder por esos errores, y se pierdan las vidas de nuestro pueblo en un proceso de golpe o de posible escarceo de guerra civil.

 

Fuente: Runrunes

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