Puertas adentro, el Banco Central de Venezuela vive otra crisis, una distinta a la acompañada durante años por el directorio del ente emisor: los empleados se rebelan y se niegan a ejecutar las transacciones que se les pide desde instancias superiores.

Esto ocurre mientras Nicolás Maduro lucha por mantenerse en el poder, tras haber sido desconocido por buena parte de la comunidad internacional, y se especula que el régimen intenta saquear las reservas de oro de Venezuela, señala Bloomberg.

Las tensiones entre los técnicos de la institución van en aumento. Algunos profesionales recibieron ofertas de jubilación anticipada el viernes, informaron a la agencia cuatro personas con conocimiento de la situación.

Los empleados muestran preocupación por las repercusiones que pueda acarrear la firma de ciertas operaciones y la perspectivas de deterioro de la situación económica del país.

El gobierno procura mecanismos para obtener divisas, luego que EEUU sancionara a Pdvsa y con ello congelara las cuentas del gobierno de Maduro en Estados Unidos, incluyendo las del BCV que, según ha informado la Administración Trump, podrá manejar el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional que se juramentó el 23 de enero como mandatario encargado, tras declararse la usurpación del cargo por parte de Maduro, quien resultó reelecto en unas elecciones fraudulentas.

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