Venezuela vive por primera vez en su historia una etapa de hiperinflación. El debate acerca de cuándo empezó o qué metodología usar para medirla ante la ausencia de datos oficiales, quedó rezagada al hecho que se palpa en la calle cada vez que los ciudadanos van a comprar cualquier producto.
El dato más reciente de la Asamblea Nacional, que desde enero de este año lleva un índice de precios, indica que la inflación acumula un alza de 825,7% hasta octubre de 2017. Firmas como Aristimuño Herrera & Asociados indican que para final del año la inflación anual será superior al 1.500%, un resultado inédito en las estadísticas de precios en el país.
Existen diversas teorías que conceptualizan la hiperinflación en un número (cuando el aumento supera el 50% mensual), pero podemos decir que es un aumento acelerado y continuado del nivel de precios, que implica un aumento muy rápido en la cantidad de dinero de la economía no soportado por la producción interna y que conlleva a la pérdida de confianza en la moneda local (pierde valor) y se prefiere adquirir cualquier bien o servicio con tal de no quedarse con el dinero en el bolsillo ante el hecho de que al día siguiente este perderá poder de compra.
No es la primera vez que la hiperinflación se presenta en la región y todas ellas presentaron, en común, inflaciones mensuales por encima de los referentes internacionales. Seis países latinoamericanos ya pasaron por esta experiencia: Perú, Nicaragua, Argentina, Brasil, Bolivia y Chile.
Lea la nota completa en Banca y Negocios