Desde la fundación de su programa, titulado El Nacional en el Aula, nuestro periódico ha cumplido la meta de colaborar con la educación de la muchachada del país, especialmente con los alumnos de las escuelas públicas. El programa comenzó en el ya lejano año 2000, y desde esa fecha no se ha interrumpido bajo ninguna circunstancia.
El periódico ha soportado todo tipo de amenazas, arremetidas policiales, campañas de desprestigio y a la vez el boicot del oficialismo empeñado en hacernos sufrir por la falta de papel, como se ha denunciado nacional e internacionalmente, pero por encima de todas esas dificultades tomó la sabia decisión de continuar su colaboración con los niños y los jóvenes para cuyo progreso escogió a un equipo de especialistas.
Bajo ningún respecto se detendría el acercamiento, fue la afortunada disposición que se tomó en lo más duro de la crisis, y El Nacional ha cumplido. Gracias al talento y a la dedicación de un equipo especializado en materia pedagógica y en ayuda social, el periódico se ha ocupado sin intermitencias del auxilio educativo y de actividades artísticas o de recreación que hoy llegan a un nuevo año en plena actividad.
El 4 de diciembre se cumplió una jornada estelar en relación con el asunto que nos ocupa. Culminó un concurso que hacemos cada año para regocijarnos con la creatividad de la nueva generación. 36.000 escolares de planteles de 9 estados de la república participaron en un concurso de tarjetas de navidad, que fueron seleccionadas con afecto y con rigor por un jurado que terminó escogiendo, no sin dificultad debido a la calidad de los envíos, 43 muestras excepcionales que se premiaron en la sede del periódico.
Fue una fiesta de alegría, un regocijo en torno a la sensibilidad de los chamos que recogieron sus distinciones en medio de un jolgorio en el cual no faltaron los villancicos y las ovaciones. En sus tarjetas navideñas los premiados hablan de la importancia de la amistad y del valor de la solidaridad, de la obligación de establecer una convivencia pacífica que les permita crecer en armonía. Se hizo una exposición de los mensajes galardonados, para que sus palabras se multiplicaran en el edificio del periódico y en el trabajo de quienes vivimos en su seno. Con estas palabras de reconocimiento de hoy, queremos que corran hacia las calles y hacia los campos de todo el país, como clamor obligante y urgente.
Nuestro periódico libra una larga batalla por la supervivencia, y especialmente por la defensa de la libertad de expresión en estos tiempos de oscuridad que nos han impuesto un grupito de fanáticos civiles y algunos militares que se han alejado de sus compromisos con la patria, pero también festeja los pensamientos positivos y los elementos constructivos que todavía abundan en la sociedad. No todo es lóbrego en Venezuela. Hoy reconoce los anhelos de una vida mejor en la sensibilidad de los escolares de todo el país, a quienes se ha acercado el equipo de El Nacional en el Aula para que sean cada vez más luminosos y más obligantes.
Editorial de El Nacional