(EFE) Dos hombres, ayudados por más de 100 personas, completaron una conversación de 40 horas ininterrumpidas en Venezuela, logrando el récord del pódcast más largo del mundo, una suerte de homenaje que han querido brindar a la Internet, el medio que les permitió transmitir en directo esta agotadora experiencia.
El prolongado «streaming», para el que se habían tomado un cúmulo de previsiones, salió bien librado de los fallos eléctricos y de conectividad que son comunes en el país y, por el contrario, sirvió para mostrar «el talento» de decenas de personas que se involucraron en el trabajo.
Así lo dijo a Efe, extenuado, Jhon Da Silva, uno de los narradores del «pódcast eterno», al término de la jornada, cuando el reloj estaba próximo a marcar la una de la madrugada de este sábado y todavía parte del equipo estaba llorando o aplaudiendo.
Una larga conversación
A lo largo de la transmisión -durante 40 horas, 16 minutos y 22 segundos- Da Silva y su compañero, Juan Carlos Martínez, hablaron sobre la evolución del internet, el desarrollo del mundo tecnológico en las últimas décadas, la aparición y auge de las redes sociales y muchos otros temas.
Ahora bien, no lo hicieron solos, entrevistaron a casi 40 invitados, también de variada índole, entre ellos, el ‘youtuber’ español Édgard Caro. Todos intercambiaron opiniones sobre el periodismo, la música, el marketing, la historia, el deporte y, obvio, sobre la hazaña que estaban escribiendo juntos.
«Acabamos de hacer un registro de 40 horas de una conversación muy enriquecedora y yo creo que ese registro ya genera como mucha información y mucha educación. Obviamente, creemos que hay un impacto de positivismo sobre las capacidades que tenemos como venezolanos y las capacidades de hacer récords», consideró Da Silva.
Martínez, por su parte, destaca que la oportunidad fue propicia para «la construcción de la marca país», toda vez que durante el jueves y viernes un grupo de personas pudo exponer «lo que están haciendo bien y (hablar) de las cosas que se pueden hacer en este país en este momento».
Una gran logística
Mientras cerca de 50 personas colaboraron indirectamente con este proyecto, otro centenar participó directamente en la ejecución del pódcast, entre ellos técnicos, ingenieros, personal de limpieza, periodistas, publicistas, personal de seguridad, entre otros.
Sin embargo, nada estuvo más vigilado que la salud de los narradores, quienes fueron agotándose a medida que avanzaban las horas y tuvieron que ingerir medicamentos para controlar la tensión arterial, por recomendación de los médicos y enfermeros que los acompañaron durante toda la jornada.
Cuando alguno de los dos debía ir al baño, el personal de salud aprovechaba para hacerles rápidas evaluaciones que, en ningún caso, los mantuvieron fuera de los micrófonos por más de 20 minutos.
El récord no lo marcaron solo quienes hablaron durante tanto tiempo, también lo hicieron los trabajadores que no abandonaron el lugar -un acomodado centro comercial del este de Caracas- y que, en cambio, garantizaron la continuidad de la operación, cuidaron cada detalle y atendieron a los curiosos que no paraban de llegar.
Una apuesta Guinness
La marca a vencer era la del británico Mike Russel, quien logró transmitir en vivo durante 36 horas seguidas. El objetivo, aseguran los organizadores del «pódcast eterno», ha sido alcanzado y las pruebas de ello están al alcance de todos en plataformas como YouTube y Twitch.
Pero los venezolanos quieren una certificación indiscutible de su hazaña y para ello harán una solicitud al comité evaluador de los Récords Mundiales Guinness, un proceso que esperan llevar a feliz término aunque no pueden estimar cuánto tiempo tardarán en conseguir esa validación.
«La verdad es que ya están registradas las 40 horas en ‘streaming’, están demostradas y hay una demostración física de que ahí ya está logrado nuestro objetivo. Tener el récord Guinness sería lindísimo, pero nuestro objetivo era lograr las 40 horas», recordó Da Silva.
Sobre los inconvenientes vividos durante esas 40 horas, nadie del equipo parece recordarlos pues, aún extasiados, repetían que «salió todo increíblemente» como lo imaginaban.
Sin embargo, lejos de la euforia de la victoria, alguien admitió que el arranque de la transmisión se retrasó 15 minutos el jueves, por lo que decidieron extenderlo un poco más al final para compensar, con creces, esa brecha.
«Estoy súper orgulloso de la mística de todas las personas que estuvieron acá estos dos días (…) coordinar tantas personas y que todo el mundo llegara es un trabajo increíble y una colaboración increíble de muchísimos talentos para que eso pueda lograrse», concluye Da Silva.
Mientras tanto, Martínez, también emocionado, resume el experimento como algo «maravilloso» que refleja cómo la diversidad de puntos de vista puede aportar a la construcción en una Venezuela que intenta salir de su más severa crisis económica. EFE