Su nombre es Zhuangzhuang y su historia transcurre en la Reserva Natural de Animales Shendiaoshan en China. El pequeño animal fue pateado por su madre en varias oportunidades, pese a ello, el bebé regresaba al lado de su progenitora.
Un día, los cuidadores del lugar notaron que el elefente tenía signos de maltrato en su pesado cuerpo, por ello decidieron separarlo de su madre y llevarlo a otra jaula.
Para sorpresa de los empleados de la Reserva Natural, el pequeño mamífero pasó cinco horas llorando.
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