Pamira Silva, de 82 años y antepasados italianos, ha sido decapitada en el jardín de su domicilio de Edmonton por un perturbando de 25 años, reducido por la policía tras un tiroteo. El modus operandi del desequilibrado, que blandía un gran machete curvo, se ha asociado enseguida con la amenaza del Estado Islámico, pero la policía descarta cualquier vinculación con el terrorismo, aunque dice que repasará también esa línea de investigación. Sin embargo, los vecinos apuntan que el homicida, que podría ser un vagabundo, se había convertido recientemente al Islam.
El agresor irrumpió en el barrio, una zona de casas con jardín al frente, esgrimiendo en alto su machete y profiriendo gritos contra los gatos y diciendo que se le había aparecido la cabeza de uno gigante. Primero intentó atacar a dos personas en la calle, que lograron huir, luego mató a un gato y cometió destrozos en varios jardines. Al final irrumpió en la parcela de Palmira Silva y la mató en el acto. La policía lo arrestó en el interior de una vivienda tras un tiroteo. Varios agentes sufrieron cortes.
La tensión fue enorme en el barrio, con los agentes desalojando a vecinos. Palmira Silva ha sido recordada como «una mujer dulce y encantadora». Era viuda y abuela, y muy conocida en la zona porque su familia regenta el café Edmont Greenpeace, al que seguía acudiendo cada día a trabajar.
Por otra parte, la policía londinense abatió esta madrugada a la una a tiros a un hombre de 40 años que retenía a una mujer en su domicilio armado con un cuchillo. Los investigadores creen que ambos se conocían. La policía envió a las once de la noche a un negociador, pero sus gestiones no fructificaron y se optó por el asalto. El hombre murió en 20 minutos por las heridas de bala. Es la primera vez en dos años que la policía de Londres se ve obligada a abatir a un delincuente. La mujer presentaba un shock nervioso, pero no estaba herida.
ABC.es
