Ayer. ante el Comité Federal del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, su secretario general y presidente del gobierno de España, llamó “héroe» a Edmundo González Urrutia y, añadió, “a quien España no va a abandonar”. Y este es justamente el momento de persistir, con palabras y con acciones inequívocas, en la defensa de la lucha democrática venezolana y el reconocimiento de la soberanía popular.
Contra Edmundo González Urrutia gira una orden de captura de la fiscalía del régimen de Nicolás Maduro. Su delito: haber ganado las elecciones del 28 de julio y exigir que se muestren y verifiquen las actas del escrutinio.
Ante su inocultable derrota, Maduro ha reaccionado con la más feroz y desesperada represión, suficiente y dolorosamente documentada y que ha sido calificada como terrorismo de Estado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ayer también, reiteró una vez más su «decepción» con el comportamiento de Maduro. “Debería probar que fue el preferido del pueblo venezolano, pero él no lo hace”, dijo el mandatario reconocido como líder de la izquierda en la región.
Pero nada parece importarle a la dictadura venezolana, salvo conservar el poder a cualquier costo: más crímenes, más exilio forzado en puertas, mayor aislamiento internacional, desapego total de cualquier forma de entendimiento y nuevas e insostenibles acusaciones de #actividades terroristas” e “intentos de magnicidio” contra Nicolás Maduro y Delcy Rodríguez, la vicepresidenta ejecutiva. El trillado expediente para desconocer el reclamo abrumador del cambio político en el país
Un comunicado oficial del régimen, con fecha del 7 de septiembre, revocó con esos argumentos malévolos e insostenibles la protección y custodia reconocida a Brasil para encargarse de los intereses de la República Argentina, en cuya sede diplomática se encuentran refugiados desde marzo pasado seis dirigentes políticos opositores de la organización Vente Venezuela, de la líder política María Corina Machado.
¿Qué pretende Maduro? ¿Asaltar la sede diplomática de Argentina? ¿Actuar como las vengativas e irracionales dictaduras militares que sembraron terror, desaparecidos y muerte en América Latina hace ya medio siglo?
Los venezolanos continúan su lucha por la recuperación democrática desde el fondo de este horror inadmisible. El mundo democrático, de cualquier signo, no la puede abandonar. Todas las horas cuentan para detener esa saña insaciable que desprecia la dignidad humana y cierra todas las rutas para un acuerdo con garantías que abra la transición democrática en el país.
Editorial de El Nacional