El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, denunció este domingo la «propaganda rusa» sobre las supuestas discriminaciones que con carácter sistemático habrían sufrido estudiantes africanos al huir de Ucrania y entrar en territorio de la Unión Europea (UE).
«Rusia ha desplegado una propaganda hostil» para generar «la duda» y «la sospecha» en los países africanos sobre el trato que han dado los europeos a esos estudiantes al salir con el flujo de refugiados de Ucrania, afirmó Michel en una entrevista a la emisora de radio France Inter.
Replicaba así a los relatos que han circulado sobre el hecho de que estudiantes africanos que salían de Ucrania no recibían el mismo trato que los refugiados ucranianos a su llegada a las fronteras de países de la UE, y en particular de Polonia.
Afirmó de que más allá de que haya podido haber comportamientos puntuales, no ha habido voluntad de discriminarles «ni del lado ucraniano ni del lado polaco».
Michel contó que él mismo ha estado en la frontera entre Ucrania y Polonia, que pudo hablar con algunos de esos estudiantes y que las autoridades les han ayudado, como lo prueba por ejemplo que 1.500 nigerianos hayan sido repatriados a su país gracias a Polonia.
El presidente del Consejo Europeo, que representa a los jefes de Estado y/o Gobierno de los países miembros de la UE, recordó que su estrategia ante la invasión rusa de Ucrania es «mostrar firmeza» con «sanciones inéditas» contra Moscú que buscan «hacer mal al régimen» de Vladímir Putin, pero al mismo tiempo mantener abierto el «canal diplomático».
Negó que haya una competencia entre la diplomacia de los Veintisiete y la de otros países que podrían interceder ante Rusia, como Israel o Turquía, cuyos dirigentes han mantenido contactos estas últimas horas con Putin.
Al contrario, dijo que todos esos actores se coordinan y subrayó que los europeos están con «todos los que pueden hacer presión sobre Moscú» para en un primer momento permitir la apertura de corredores humanitarios y también para abrir el camino de la desescalada. Contactos y presiones que -reconoció- no han dado resultados por ahora.
«No tenemos otra opción que hablar con quien está al mando en el Kremlin», dijo el exprimer ministro belga, que cuando se le preguntó si el objetivo tendría que ser derrocar a Putin, explicó que hay que ser prudente y que de lo que se trata es de «cambiar el comportamiento».
A ese respecto, hizo hincapié en que las sanciones europeas e internacionales están produciendo efectos, y que el régimen ruso está dando signos de que está «acorralado».
Por ejemplo, al restringir las libertades con una nueva ley que impone penas de cárcel por la difusión de informaciones que se consideren falsas o también con informaciones que circulan sobre la posibilidad de que haya racionamiento de alimentos.
EFE