El día de hoy fue rechazado por el Tribunal Supremo de Brasil, las apelaciones que fueron presentadas por la Cámara de Diputados. Las mismas, eran respecto a la decisión que estableció la forma en que se debe tramitar el caso de la presidenta Dilma Rousseff.
El trámite comenzó el pasado diciembre, pero un día después fue suspendido por la corte por «errores de procedimiento». La votación del Tribunal Supremo resultó en nueve votos a favor y dos en contra.
Entre los errores detectados, el tribunal citó que los miembros de una comisión especial de diputados que analizará si existen méritos jurídicos para enjuiciar a Rousseff habían sido elegidos en forma secreta, cuando debía haber sido abierta.
El tribunal también objetó que la elección de esa comisión se había dado mediante la presentación de dos listas de candidatos, cuando los posibles miembros deben ser seleccionados por los jefes de los grupos de los partidos representados en la cámara y aprobados por el pleno.
La Mesa Directora de la Cámara de Diputados había apelado esos dos puntos, pero la corte rechazó hoy los alegatos recibidos de ese órgano legislativo, que ahora podrá retomar el proceso, siempre y cuando se atenga al trámite establecido por el tribunal.
El proceso consistirá en analizar el mérito de las acusaciones presentadas por la oposición en contra de Rousseff. Estas son fundamentadas en supuestas irregularidades detectadas en los balances que el gobierno presentó en los años 2014 y 2015.
En un plazo de diez días, esa comisión deberá presentar un parecer favorable o no al proceso de destitución y entonces se abrirá un período de veinte días para que Rousseff entregue su defensa.
En caso de que el Senado decida enjuiciar a Rousseff, la mandataria deberá separarse del cargo mientras dure el proceso, para el cual habrá un plazo de 180 días.
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