Mientras en la calle lo vivaban al grito de «Francisco», el Papa se colocó a la salida de la capilla Santa Ana y estrechó la mano de todos los que habían acudido a la misa.
En otro gesto de humildad, el papa Francisco se colocó a las puertas de la capilla Santa Ana, adonde acababa de dar misa, y recibió el saludo de cada uno de los fieles que habían participado del acto religioso.
En la calle, la gente reunida gritaba «Viva el Papa» y «Francesco, Francesco». Su Santidad se tomó unos segundos para escuchar el mensaje de todos aquellos que estrechaban sus manos. En italiano, en ocasiones en su español de origen, dio cada uno de ellos un mensaje. Una niña incluso le pidió la bendición.
Finalizados los saludos, se dirigió a la valla de protección y estrechó la mano de los fieles allí reunidos.
Ante el altar Francisco agradeció con un abrazo a su titular el trabajo del Liceo Jubilar Juan Pablo II de Uruguay por su trabajo con jóvenes y niños. Su Santidad recordó el problema de los niños de la calle en Latinoamérica y la importancia de su educación.
Francisco abandonó luego el lugar para dirigirse hacia el Vaticano, adonde presidirá su primer Angelus desde el balcón que da a la Plaza San Pedro./YG
Fuente:Infobae