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Tras el cruce con las FARC, Clara Rojas renuncia a la Comisión de Paz

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Tras el cruce con las FARC, Clara Rojas renuncia a la Comisión de Paz

La congresista colombiana, a quien la guerrilla mantuvo secuestrada por seis años, finalmente no participará en la mesa de las víctimas del conflicto en La Habana

 

Clara Rojas renunció a la Comisión de Paz y al cargo de copresidente que le habían ofrecido, por el cruce verbal con las FARC, que habían dicho que la actual congresista no era una víctima, a pesar de que estuvo cautiva en la selva por seis años junto con la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.

 

«Mediante el presente escrito, presento mi renuncia por cuanto los hechos sucedidos la semana anterior, los cuales son de público conocimiento, revisten gran importancia y sus consecuencias derivan en implicaciones personales que afectan a mi familia y a mi condición personal», señala el comunicado de la diputada del Partido Liberal.

 

Días atrás, las FARC habían afirmado en su blog que Rojas no podía ser considerada una víctima del conflicto armado porque había decido «voluntariamente» acompañar en su captura a Betancourt, de la que era jefa de debate en la campaña de 2002.

 

«Rehúsa irse y por su propia determinación decide quedarse. Afirma que cualquier cosa que suceda a Ingrid también debe ocurrirle a ella. En ese momento, parece un gesto de lealtad a su amiga y compañera de política. Más adelante se sabría que era mucho más. Tanto insistió que terminó quedándose», sostuvo el guerrillero «Andrés Paris» (alias de Jesús Emilio Carvajalino) en el texto, en el que se insinuaba una relación sentimental entre ambas.

 

SEGÚN LAS FARC, ROJAS NO ES UNA VÍCTIMA PORQUE SE FUE «VOLUNTARIAMENTE»

 

La guerrilla también se refirió al hijo que Rojas tuvo durante su cautiverio con un insurgente del Bloque Sur que la custodiaba, a quien «se entregó por su libre voluntad, aunque tal vez se arrepintiera después». «La cuestión es sencilla, se gustaron y pasó lo que pasó, a escondidas. Ese tipo de relaciones no se permiten en la guerrilla, ni en ningún Ejército del mundo», detallaron.

 

La respuesta de la congresista y del gobierno de Juan Manuel Santos no se hizo esperar. Rojas aseguró que todo era «falso» y «desafortunado» y consideró que se trataba de una estrategia de la guerrilla para desacreditarla por su «repercusión pública», ya que es la primera persona secuestrada en obtener un escaño en Colombia.

 

Por su lado, el jefe negociador de la delegación gubernamental, Humberto de la Calle, condenó ese «ataque personal» por parte de las FARC, a las que les exigió que aclararan «su sinceridad al acordar principios de reconocimiento y responsabilidad frente a las víctimas». Señaló, además, que el escrito sobre Rojas era «una muestra de desprecio a una víctima que sufrió durante años un secuestro» y «viola su dignidad como persona y como mujer».

 

Finalmente, el cruce se vio abruptamente cerrado por la decisión de Rojas de mantenerse al margen de la Comisión de Paz convocada por el Congreso de Colombia y de la participación de las víctimas en el diálogo entablado con la guerrilla en la capital cubana.

 

Fuente: Infobae

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