Segura de sí misma, de carácter firme, a veces, intimidante. Así ha sido descrita Theresa May, ministra del Interior británica y una de las favoritas para suceder a David Cameron. “Creo que soy la mejor persona para ser primera ministra”, dijo en su discurso en el que anunció su candidatura como líder del Partido Conservador, que se encuentra sumido en una crisis luego del triunfo del Brexit.
May debe sus buenas perspectivas en las primarias tory a que Boris Johnson decidió salir de la carrera. Según el diario The Times, el ex alcalde de Londres le habría ofrecido un acuerdo a la ministra, en el que él se bajaba a cambio de que ella lo hiciera antes de las elecciones de 2020, algo que no fue confirmado por ninguna de las partes. En todo caso, la ministra dijo que de ser elegida gobernará hasta dichos comicios.
May, de 59 años, se propuso unir el alma euro-escéptica y la europeísta del partido y gobernar en el mejor interés del país, dividido tras el triunfo del “Brexit” la semana pasada. En los últimos meses, May había apoyado el “sí” a la Unión Europea por lealtad a Cameron, pero manteniendo un bajo perfil, al punto que parecía poco interesada en la campaña.
Cuando en la conferencia de prensa alguien la comparó con la canciller alemana Angela Merkel, la ministra se desmarcó. “Soy Theresa May, soy yo misma”, dijo. Y después lanzó un dardo contra aquellos correligionarios que les gusta estar en el centro de la noticia. “No soy una que da espectáculo, no cotilleo, no voy a beber a los bares del Parlamento. Hago mi trabajo”, dijo.
May nació en el balneario inglés de Eastbourne, ubicado al este del país. Es hija de pastor protestante -al igual que Merkel- y tuvo una educación estricta y austera. Estudió geografía en Oxford, donde conoció a su marido, Philip, gracias a su amiga Benazir Bhutto (ex premier de Pakistán asesinada en 2007), que los presentó en una fiesta de jóvenes Tories. Va a misa todos los domingos y no tiene hijos. “Simplemente no llegaron”, respondió una vez sobre el tema. Está a favor del matrimonio homosexual, pero votó en contra de las adopciones.
Debido a su carácter fuerte ha sido comparada con la ex primera ministra Margaret Thatcher (1979-1990). Incluso la prensa británica dice que al igual que la “dama de hierro” usa trajes azules para las grandes ocasiones, como cuando fue elegida parlamentaria en 1997. Y no sólo su ropa llama la atención, sino que también sus zapatos poco convencionales. Según el diario Daily Mail, cuando se le menciona sus atuendos, ella dice que son una buena forma de iniciar una conversación. “No me arrepiento (por ser famosa por los zapatos). Lo bueno es que -a menudo- es útil para romper el hielo”.
Después de terminar la universidad y antes de entrar en política, May trabajó en el Banco de Inglaterra. En 2010 asumió como ministra del Interior. En estos años se ha distinguido por aplicar una política inflexible en los temas relacionados con la inmigración, y se ganó la consideración del ala más conservadora del partido con la expulsión del predicador radical Abu Qatada.
Pero ha recibido varias críticas por parte de los laboristas y de las organizaciones de derechos humanos cuando lanzó la propuesta de hacer salir a Reino Unido de la Convención Europea por los Derechos del Hombre o cuando decidió aplicar la ley sobre terrorismo para mantener en la cárcel a David Miranda, pareja del famoso periodista Glenn Greenwald, quien escribió sobre el caso Snowden.
La Tercera