Cuando la confianza es traicionada la relación tambalea. Sin embargo, muchas mujeres optan por dar una segunda oportunidad
Si te enteraste porque te lo contó alguien más, él te lo confesó o lo descubriste in fraganti no tiene importancia. Seguramente, al estar consiente del desliz, atravesaste las fases de shock, negación, enojo, culpa y tristeza. Y ahora es momento de decidir qué pasará: continuar o desistir.
Lo mejor que puedes hacer es sentarte con tu pareja y hablar, pero sin preguntar detalles, con eso solo lograrás torturarte. Es muy probable que él busque excusas para justificar lo que hizo, cualquier razón que considere válida: “no estás tan pendiente de mí”, “me desatiendes”, “ya casi no tenemos sexo”.
Lo que importa es que admita que cometió un error y asuma su responsabilidad. Si intenta reparar el daño, quizás este arrepentido de verdad. Por lo menos, es una buena señal de que pueden superarlo y que trabajará para recuperar tu confianza.
La ayuda profesional puede resultar beneficiosa: la terapia de pareja muchas veces es la clave para restituir la confianza rota. Eso sí, ten en cuenta que las cosas no volverán a ser como antes. No busques culpables y tampoco te victimices: ¿por qué me hizo esto?, ¿ya no me ama?, si me amara no me engañaría.
Si en tu relación hay suficiente amor, se puede volver a comenzar. Evita los rencores, solo te causarán dolor y te impedirá avanzar. El reto más difícil de una pareja es superar una infidelidad. El infiel debe arrepentirse, pedir perdón y emendar el daño causado; mientras quien sufre la traición tiene mucho en qué pensar.
Si perdonas hazlo desde el corazón. Además, es importante que le hagas entender a tu pareja que es solo por esta vez. La idea será hacer “borrón y cuenta nueva”. De lo contrario, terminarán volviéndose enemigos y el agobio y los celos serán los que maten la relación.
iMujer
