Cuando pensamos en un sonámbulo nos lo imaginamos caminando dormido con los brazos extendidos hacia delante. Y enseguida recordamos que, bajo ningún concepto, se le puede despertar.
Que no se debe despertar a un sonámbulo es algo que se oye decir. Que puede ser peligroso para su salud y que le puede causar todo tipo de daños cerebrales.
Pero ni caminan con los brazos extendidos, ni caerán en coma o algo por el estilo si lo despertamos.
¿Y por qué se dice esto?
Al parecer existía la creencia supersticiosa de que, durante el sueño, el alma escapa del cuerpo, por lo que si se despierta a la persona, el alma no podría encontrar el cuerpo nuevamente y éste quedaría en un estado de trance.
Ahora sabemos que las personas que presentan sonambulismo (también llamado noctambulismo), llevan a cabo actividades motoras automáticas que pueden ser sencillas o complejas.
Desde bajar de la cama, caminar, hablar, realizar tareas sencillas, e incluso salir de su casa, mientras permanecen inconscientes y sin probabilidad de comunicación.
Es difícil despertar a un sonámbulo porque el sonambulismo se da en las fases 3 o 4 del sueño, es decir, en la etapa denominada sueño lento o sueño de ondas lentas (SOL).
Difícil, pero no peligroso.
Al menos para el que padece este trastorno del sueño, porque sí puede serlo para el que lo despierta. En el sentido de que arrancar a alguien de un sueño tan profundo puede causarle confusión, agitación y angustia, y puede hacer que reaccione violentamente.
¡Cuidado con recibir un tortazo!
Nota sabionda: Es más frecuente en niños y adolescentes.
Nota sabionda: Su causa es desconocida y no existe ningún tratamiento eficaz.
SaberCurioso
Por Confirmado: Oriana Campos