El abogado e internacionalista Carlos Sarmiento habla con Versión Final en Madrid y apunta al tema de reformas post-chavismo. Advierte que, pese a los mecanismos de la democracia que usa el gobierno de Maduro, todo es una fachada y así será en 2024. Ha presentado un nuevo libro para honrar a su padre, el ex-magistrado José Gabriel Sarmiento Núñez.
El contexto político venezolano parece un bucle infinito de errores. Por un lado la oposición sin terminar de cohesionar, por el otro, un régimen que, para Carlos Sarmiento, abogado e internacionalista, no hace más que levantar fachadas de democracia para anclar la dictadura.
Este experto en leyes y coordinador del Bloque Constitucional de Venezuela en España, advierte que, aún hoy día, hay corrientes políticas en el país que aspiran a salir del chavismo-madurismo para regresar a lo que fue.
“Hay muchos políticos que piensan que, una vez salga el régimen, hay que volver al sistema que existía antes, nada más errado”.
Para Sarmiento, la democracia, el sistema que permitió al chavismo-madurismo llegar al poder, está perturbado en Venezuela. Muy perturbado.
“La democracia hay que remozarla y adaptarla a los tiempos modernos”, advierte, y precisa que el propio concepto de democracia se ha ido devaluando en el mundo. Incluso en Europa las inclinaciones a la extrema derecha son recurrentes.
La adaptación democrática en Venezuela pasaría primeramente por una reacción de unidad de la oposición, que es la corriente que podría sacar al país del abismo social, político y económico. Pero Carlos Sarmiento precisa que abundan los planes individuales y no los planes de país.
“Un candidato tiene plan, el otro maneja otras ideas, y así los más de 13 candidatos que quieren ser los abanderados de oposición. Yo creo que es muy difícil porque, primero que nada, y esto también lo he dicho en otras partes, debemos partir de la base de una pregunta. ¿Qué país queremos todos? Si estamos en una mesa, ¿qué queremos como país? ¿Una república bananera o un país de primer mundo? Y una vez que definamos eso, es que podemos decir, bueno, queremos ser república bananera, sigamos entonces la fiesta. ¿Queremos ser un país de primer mundo? Bueno, busquemos los mecanismos para ser un país de primer mundo”.
¿Pero dónde están esos mecanismos?
Para Sarmiento están dentro y fuera del país, pero en las mentes de los venezolanos, de abogados, parlamentarios, financistas, médicos, educadores, de todos. Pero entonces, una vez logrados los acuerdos sociales, será necesario activar las reformas constitucionales que harán posible la renovación del sistema de país, como por ejemplo, la eliminación inmediata de la reelección indefinida, la llamada justicia transicional.
“Si seguimos que en 40 años se devuelve el péndulo y de nuevo caeremos en dictadura no llegaremos a ningún lado, tiene que haber un plan concreto”.
¿En qué mecanismo cree para un cambio de gobierno?
“Bueno, yo creo que el único cambio de gobierno puede ser por la vía democrática, no hay otra la vía democrática electoral porque no hay otra.
¿Y cómo ve usted la del 2024?
Bueno, todavía falta como un año y pico, pero no lo veo sencillo. Yo veo que, si no está claro el nombramiento de los miembros del Consejo Nacional Electoral, que de acuerdo a la Constitución y a la ley tienen que cumplir ciertas características. Si a la vez se inhabilitan y se mantienen inhabilitados a candidatos, yo no lo veo, no me parece que va a haber una elección libre y competitiva.
¿Pero cree que en algún momento con este régimen puede existir ese escenario? ¿O por el contrario cree que hay que ir a esa puerta, esté medio abierta o no?
Bueno, por lo que yo entiendo hasta ahora del proceso es que viene el tema de las primarias. De donde va a salir un candidato único, según se dice. Pero no sabemos qué va a pasar. Porque me parece, o por lo que he leído, que hay algún candidato por allí que no está de acuerdo. O sea, hay unos que vienen siendo cómplices del gobierno, que están lanzando, y que hay otro que ha dicho que no va a participar en las primarias. Entonces, va a crear definitivamente una división que puede perfectamente darle el triunfo a Maduro, incluso en una elección libre y competitiva. Porque si se ponen a pelear, los que tienen que estar unidos…
¿Usted todavía no cree en la capacidad de unión de la oposición?
Yo creo que se está trabajando en favor de eso. Cuando veo las encuestas me da la impresión de que todos tendrían que volcarse al favor del que lleva el mayor número, el mayor porcentaje.
Homenaje a su padre
El pasado 5 de julio Carlos Sarmiento presentó su nueva publicación: Estudios Jurídicos en Homenaje a José Gabriel Sarmiento Núñez, quien fuera su padre. Un exmagistrado venezolano que enfrentó con independencia los manejos del poder de AD y Copei por igual. La figura ha sido digna igualmente de representar una cátedra internacional interacadémica de Derecho Procesal y Derecho Constitucional desde 2018.
La obra ha sido amparada por la Fundación Editorial Jurídica Venezolana dirigida por el Dr. Alan Brewer Carías y se distribuye por Amazon y Barnes & Noble.
Salta una anécdota durante la entrevista. Carlos Sarmiento recuerda el momento en que, por allá por el año 1962 comenzaban a emerger las guerrillas en Venezuela. El gobierno de ese entonces, liderado por Rómulo Betancourt, idearía, según Sarmiento, una manera opaca desde las leyes de inhabilitar al Partido Comunista de Venezuela (PCD) el mismo que hoy libra una batalla contra el régimen. La inhabilitación de un partido era una trama que no tenía argumento puesto que estaba legalizado, no querían su activación porque aseguraban que tenían brazos armados en la guerrilla y no deberían participar en el juego democrático.
¿Qué sucedió?
Fue Carlos Andrés Pérez, como ministro de Relaciones Interiores. Y lo que pretendía era inhabilitar al PCV. O sea, sabían que no se podía ilegalizar porque era un acto que estaba registrado. El registro de los partidos era legítimo. Lo que estaban haciendo ellos era malo, pero el registro era realmente legítimo. Ciertos juristas buscaron darle la vuelta, y entonces decidieron ir a la inhabilitación. Que no puedan funcionar mientras se mantengan en armas, decían. Entonces, el voto que salió de mi padre, dijo, la inhabilitación no existe. Lo lamento. No existió. Y claro, la sentencia salió por mayoría a favor de la inhabilitación. Pero, él en ese momento, mantuvo esa postura.
VF