Confianza y resistencia
Por Roberto Patiño
En medio del complejo panorama político en que está envuelto el mundo, la mayoría de los venezolanos hemos logrado conservar una certeza inquebrantable: Nicolás Maduro perdió las elecciones del 28 de julio y permanece en el poder gracias a un sistema represivo en el que participa un sector de las Fuerzas Armadas, los cuerpos de inteligencia del Estado y una parte muy pequeña de la población al servicio del régimen. Nicolás Maduro decidió cambiar la compleja legitimidad que se construye en democracia por la peligrosa “tranquilidad” que se impone en dictadura.
Desde el 28 de julio de 2024, día en que fue elegido Edmundo González Urrutia, el panorama en Venezuela cambió definitivamente, el desconocimiento de los resultados y la juramentación de Maduro ha obligado a los venezolanos a poner en práctica estrategias de supervivencia frente a una dictadura paranoica y violenta. Hacer política, periodismo, activismo a favor de los derechos humanos y hasta participar en proyectos en las comunidades, se ha convertido en una vocación peligrosa que puede llevar a los ciudadanos a la cárcel, la tortura o al exilio.
En paralelo a esta estrategia de perseguir y castigar la disidencia democrática, el alto mando político en Miraflores ha dedicado un esfuerzo inaudito y grandes cantidades de recursos para activar su limitada militancia de base, reconstruir los lazos entre el partido de gobierno con las comunidades y conformar una red de activistas revolucionarios e informantes. El régimen sigue adelante con una estrategia en la que fusiona el partido de gobierno con el Estado para chantajearnos, haciéndonos creer que la única garantía para recibir servicios públicos y los beneficios de los programas sociales es haciéndonos militantes del PSUV. La dictadura que gobierna a Venezuela desconfía del libre albedrío de los ciudadanos y nos quiere reducidos al rango de militantes de un partido incrustado en el poder.
Sin embargo, en nuestro país la lucha por el retorno de la democracia sigue siendo un valor que anima a los venezolanos y que se expresa en un liderazgo que no ha renunciado a su trabajo por lograr el reconocimiento de los resultados de las elecciones del 28 de julio, mientras que en las comunidades avanza un complejo pero firme proceso de reconstrucción de los lazos de confianza entre los ciudadanos y los líderes populares. Estamos en una fase de reflexión, preparación y organización para hacer frente a la dictadura.
Bajo el espejismo de tranquilidad que hay en el panorama político venezolano, se está consolidando una resistencia que se expresa en el rechazo a las iniciativas políticas del régimen, en la decisión consciente y activa de no pasar la página del 28 de julio, en el compromiso de no participar en las iniciativas políticas que ayuden a legitimar la dictadura y en el esfuerzo de reorganizar el trabajo en las comunidades para recomponer los lazos de confianza que permitan retomar los proyectos comunitarios en las nuevas condiciones que trata de imponer el régimen.
El Instituto de Prensa y Sociedad en Venezuela (IPYS) ha contabilizado 14 periodistas encarcelados y 22 en el exilio durante 2024. En respuesta a los desafíos que representa ejercer el periodismo en Venezuela, especialmente en las zonas fronterizas, Redes Ayuda lanzó el portal Seguridad Sin Fronteras, una plataforma que proporcionará a los trabajadores de la comunicación herramientas esenciales para su autoprotección y resiliencia.
Trabajar por el retorno de la democracia es luchar por la libertad de todos los presos políticos.
Roberto Patiño