La desaparición del submarino argentino ARA San Juan fue precedida por casi una hora de conversaciones entre la tripulación y la base de operaciones. Si bien la Armada estaba al corriente, no había sacado a la luz pública la información.
Familiares y amigos de los 44 tripulantes argentinos del submarino ARA San Juan. Efe
Cuando se reportó un principio de incendio en las baterías del submarino, el capitán hizo ocho llamadas satelitales con la base que duraron 55 minutos.
La primera llamada fue a la 1h00 de la madrugada del 15 de noviembre; la última, a las 7H19 de ese mismo día. Ahí fue cuando el ARA San Juan dio por última vez su ubicación, 450 kilómetros de la costa de Chubut, en el golfo San Jorge.
Esta información, que la Armada no había sacado a la luz pública, fue difundida la víspera por la prensa gracias a los registros de la compañía de telefonía satelital que hizo de intermediaria.
Lo que sí se había filtrado, dos semanas después de la desaparición del submarino, fue un mensaje a las 8h42 evocando el ingreso de agua de mar por el sistema de ventilación.
Los datos fueron suministrados por Tesacom, auditora de las comunicaciones de líneas satelitales Iridium, a la Armada en cuanto fue declarada la desaparición del ARA San Juan, el 17 de noviembre pasado.
El portavoz de la Armada, Enrique Balbi, reconoció hasta este martes la existencia del listado, pero le restó importancia. Se trata, según Balbi,” de las primeras llamadas que hizo el comandante de la unidad informando de la falla, del cortocircuito y el principio de incendio, humo sin llama”.
Este nuevo elemento alimenta la polémica. El ministro de Defensa, Oscar Aguad, dijo que creía que la Armada Argentina ocultó estas llamadas desde el inicio de la tragedia. (RFI)