Han pasado tres meses y aún las autoridades venezolanas no han logrado rescatar los restos óseos de Vittorio Missoni, heredero italiano de la firma de modas, quien perdió la vida en el siniestro aéreo ocurrido el 4 de enero del año pasado, en el Archipélago de Los Roques.
El 16 de octubre de 2013, un grupo de buzos halló 19 muestras biológicas en el fondo del mar, y los expertos de la Unidad Criminalística contra la Vulneración de Derechos Fundamentales del Ministerio Público, determinó días después, que diez de ellos correspondían a los cadáveres del piloto de la avioneta, Hernán Marchán; dos a Maurizia Castigliori (esposa de Vittorio Missoni), y dos al copiloto Juan Carlos Ferrer.
El mismo día del hallazgo, expertos aeronáuticos sacaron del agua parte del fuselaje trasero de la avioneta (el 30% específicamente). Hasta la fecha no ha habido avance en la investigación, según destacó una fuente del Ministerio Publico. Aún sumergidos están los restos de Vittorio Missoni, y sus amigos Elda Scalvenzi y Guido Foresti.
Se conoció que el 22 de enero de este año, en el salón Pichincha del Círculo Militar se realizó una reunión privada donde participaron representantes del Ministerio Público, el jefe de Gobierno del Territorio Insular Miranda, almirante Armando Laguna Laguna, el ministro de Transporte Acuático y Aéreo, Hebert García Plaza, además de representantes de las víctimas del siniestro, para definir detalles y continuar con la investigación.
Una de las conclusiones fue reasignarle el caso al fiscal José Gregorio Morales, quien había sido apartado de la investigación, ya que «las únicas actuaciones positivas habían sido las conducidas por él», destacó la fuente.
Se espera que en los próximos días se determinen los siguientes pasos para continuar con las labores de reflotamiento de la aeronave y buscar de nuevo más restos óseos de las víctimas que aún faltan por ubicar, ya que de los 11 puntos con objetos ajenos al fondo marino que fueron detectados durante las labores de localización por parte de la empresa SEA, solo se exploró uno, y se movieron las evidencias.
El Universal
