Ingredientes.
7-8 rebanadas de pan.
3 cebollas amarillas grandes.
4 tomates maduros y grandes.
1 cucharada de mantequilla.
4 cucharadas de vinagre balsámico.
1 cucharadita de azúcar.
150 gramos de queso mozzarella.
3 cucharadas de aceite de oliva.
Sal y pimienta.
Preparación.
Comienza pelando las cebollas y picando en juliana. Se ve como si fuese mucha pero luego de cocinarlas el volumen bajará muchísimo.
Busca un sartén y pon la mantequilla ahí. Prende el fuego y deja que derrita completamente.
Agrega las cebollas picadas cuando la mantequilla esté derretida. Pon también un poco de sal y pimienta. El fuego déjalo mediano, casi bajo, para que no se quemen.
Lava los tomates y corta en cuartos. Si son muy grandes pica un poco más pequeños. Asegúrate que estén bien maduros para que tomen un sabor dulce cuando los ases.
Quita las semillas de los tomates. No es necesario eliminar todo lo del centro, solo quita por los lados. Este paso lo puedes saltar, pero yo prefiero quitarle las semillas porque no quiero que los tomates estén ácidos y además no son digeribles.
Pon los tomates en una bandeja para el horno. Agrega el aceite de oliva, sal y pimienta al gusto. Mezcla bien hasta que estén todos cubiertos con los aderezos. Mete en un horno pre-calentado a 180°C por al menos 40 minutos.
Una vez que hayas metido los tomates en el horno, regresa a las cebollas que deben estar un poco blandas. Agrega ahora todo el vinagre balsámico y el azúcar. Sigue cocinando por una media hora más a fuego muy bajo. Vigila y mezcla cada tanto rato para que no se quemen. Si quieres puedes dejar cocinando el mismo tiempo que los tomates tarden en estar listos. Quedarán como las que ves en la imagen de abajo, y tendrán un sabor ligeramente dulce.
Para este momento los tomates también estarán listos. Se verán como los de la imagen de abajo: más pequeños, tendrán un aroma muy fuerte y dulce y estarán arrugados.
Saca los tomates de la bandeja y no apagues el horno. Pon las rebanadas de pan picadas por la mitad en la bandeja y mete al horno. No laves la bandeja para que el pan tome sabor también. Mete al horno a máximo temperatura para que estén tostados ligeramente por los dos lados.
Saca el pan del horno, pon un poco de cebolla por encima, un trozo de tomate y queso mozzarella rallado o picado, como quieras, por encima. Distribuye los tres elementos por todos los panes. Mete al horno nuevamente por un par de minutos al máximo solo para que el queso se derrita. Sirve.
Observaciones.
Las cebollas que uses pueden ser amarillas, pero si consigues de las moradas y las mezclas va a quedar mejor. Si quieres también usa solo cebollas moradas porque son más dulces.
Otra buena sustitución es usar tomates miniatura picados por la mitad. Será un plato más bonito y también con buen sabor.
Las cebollas se pueden cocinar sin el azúcar, pero con esto se cocinarán un poco más rápido, tomarán ese color más fácil y les quitará el ácido del vinagre.
Si quieres puedes usar otro tipo de pan. Nosotras teníamos solo este disponible ese día. La primera vez que preparamos esta receta usamos pan francés, y originalmente se usa un pan de cáscara muy dura, pero luego de tostar queda tan fuerte que casi rompe los dientes. Depende los gustos de cada quien. Aquí preferimos este pan que es más suave.
El queso que pongas arriba también puede variar. Lo hemos probado con queso azul derretido por encima y también es delicioso pero con un sabor mucho más fuerte. Quizás un queso brie o emmental también debe quedar bien.
Es excelente pasar un poco de ajo por el pan antes de ponerlo a tostar. No lo hicimos en este caso porque con las cebollas no va tan bien.
Lo que pongas encima del pan tostado puede ser lo que quieras, pero siempre es una buena combinación algunos vegetales asados con queso.
Fuente: Todosloscomo.com