En 1969, Mérida era un hervidero político. Los pasillos de la Universidad de Los Andes eran escenario de debates marxistas y las calles fueron campo de batalla donde los libros se cambiaban por piedras y armas: «Tenía 19 años y estuve muy cerca de dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), me marcó la muerte de jóvenes dirigentes como Luis Hernández «El Turpial», José Benito Uribe, Domingo Salazar y Carlos Bello», explica Rafael Ángel Ríos, quien dejó Upata, su pueblo, a los 19 años para estudiar Medicina en los Andes merideños.
Más de 40 años después confiesa que “colgó” el estetoscopio y renunció a su carrera como pediatra intensivista por el oficio de legislar: “Desde 1992 me vinculé al MBR-200 y en el 98 fui uno de los fundadores del MVR en Bolívar. Nunca había militado en partidos hasta que llegó el comandante Chávez y tuvimos una especie de comunión de ideas”, confiesa.
Desde entonces ha estado con la revolución bolivariana en diversos cargos como diputado en la Asamblea Nacional, donde presidió la Comisión de Desarrollo Social, tesorero del Sistema de Seguridad Social, directivo del Fondo de Ahorro Nacional de la Clase Obrera, y desde el pasado 24 de octubre, día de su cumpleaños, es el viceministro para la Suprema Felicidad Social del Pueblo.
Tendrá nueve planes sociales y fundaciones a su cargo. ¿En qué áreas piensa innovar en este viceministerio?
Desde 2003 han surgido más de 33 misiones y, con el tiempo, pasa con las instituciones como con algunos organismos, que se pueden ir deteriorando. El presidente Nicolás Maduro tiene una perspectiva de reimpulso para rearticular y armonizar los programas sociales. Las misiones deben ser mucho más efectivas, eficientes, para que las respuestas sean oportunas. De esa manera podemos cubrir mayor población y centrarnos en la población más necesitada, los vulnerables.
¿Son eficientes las misiones?
¿Qué recibimos nosotros en 1998? hay que verlo en el contexto de los indicadores cuantitativos y cualitativos. Tenemos resultados en la disminución de la pobreza en general, hemos mejorado el porcentaje de población con acceso a las tres comidas diarias, al agua potable; la disponibilidad de las aguas servidas, viviendas, y las pensiones como parte importante de la seguridad social. Pasamos de 280.000 pensiones a tener más de 2.500.000; eso es un incremento cuantitativo.
¿Por qué abundan las críticas, sobre todo hacia las misiones enfocadas en la salud?
Existen dificultades en el sistema de salud, pero sabemos que se construyeron 600 CDI en Venezuela y eso no estaba en 1998. Tenemos más de 13.000 establecimientos de salud y eso es muy importante aunque, a veces, no están en óptimas condiciones. No hemos llegado a la plenitud de un sistema público nacional de salud, estamos conscientes de ello, pero queremos mejorar todo para que sea universal, de calidad y equitativo.
¿Cuáles cree que son las deudas de las misiones?
Existen indicadores que pueden bajarse rápidamente desde la crisis en que se encuentran, pero después hay un piso duro para seguir disminuyendo. Un ejemplo es el 7% de pobreza extrema; ¿cómo la disminuimos hasta llevarla a cero? Hay que perfeccionar planes y políticas públicas dirigidas a terminar con eso. Otro caso es la mortalidad infantil, tenemos que bajar de 15 muertes por cada mil nacidos vivos, es otra tarea. Pero hay logros como los apartamentos de la Gran Misión Vivienda que cubren necesidades básicas insatisfechas de la población. Techo, agua potable, aguas servidas, electricidad y transporte cercano, son cosas que cambian la vida de los ciudadanos.
¿Qué opina de las reiteradas denuncias de corrupción en las misiones?
Eso no lo negamos, y es una preocupación muy grande del presidente Maduro. Estamos abordando esa plaga maldita contra los derechos de las personas, contra la posibilidad de vida de los ciudadanos, porque los corruptos sustraen recursos que deben servir para ser distribuidos mucho mejor. Sí, hay corrupción, pero la estamos combatiendo.
¿Cuál es el legado que quiere dejar en este viceministerio?
Las misiones son la visión de un gran reto para un gobierno ético, responsable, socialista y humanista, pero deben tener una estructura. Necesitan una reestructuración y la articulación con un sistema de redes donde la participación protagónica del pueblo, a través de organizaciones y las comunas junto al Estado (con toda su estructura organizativa, sus leyes), e incluso el Psuv.
¿Se trata de un nuevo sistema de seguridad social?
Un sistema de información nuevo donde el Estado se activa ante cualquier contingencia de los ciudadanos como enfermedad, vejez, pérdida de trabajo, etc. No visualizo que nos vamos a quedar con las misiones y ya. El presidente Nicolás Maduro habla del Sistema Nacional de Misiones y Grandes Misiones Simón Bolívar, donde todos estemos involucrados por igual.
¿Eso no incrementa la burocratización de la seguridad social?
Estamos en una transición, y los procesos de esta naturaleza no duran 5, 10 o 15 años sino mucho más tiempo. Se va desarrollando una experiencia donde están las misiones que van creciendo, se van estructurando y todo se va combinando poco a poco. Desde el consejo de ministros todos estamos contribuyendo en esa estructura donde los gobiernos municipales, regionales, el Legislativo y todos vamos diseñando un escenario de participación. Después eso se irá afinando.
¿Cómo medir la felicidad en ese nuevo sistema?
Debemos pasar a una sociedad distinta que analice qué es la felicidad y de dónde viene, porque muchos países ya lo están tratando. Han cambiado indicadores fríos económicos por indicadores cualitativos de felicidad. Hay que identificar qué es lo que le genera felicidad al venezolano, pero eso varía. Un oriental no es igual a un maracucho, un andino o alguien de Amazonas, porque tienen distintos patrones referenciales para construir su estado de felicidad.
¿Qué condiciones cree que pueden determinar la felicidad?
Lo que sí estoy seguro es que la acumulación de riqueza, de dinero, no es lo que va a determinar la felicidad de las personas. Servirá de medio para lograr cosas y satisfacer necesidades, pero no hay una condición sine qua non para que quien tenga más dinero sea más feliz. Pareciera lo contrario, porque Rico McPato no es feliz porque vive pendiente de que no se le pierda una sola moneda, siempre está preocupado y pareciera que personas con menos recursos son más felices, más tranquilas.
¿Cómo se imagina al país en 40 años? ¿Aún existirán gobernaciones y alcaldías, por ejemplo?
Creo que seguirán los ministerios, alcaldías, gobernaciones, concejos municipales y legislativos porque sabemos que son estructuras constitucionales. Allí están las competencias de cada uno, pero el problema no son las estructuras. Ahora existen nuevas herramientas que se están generando a cada momento y la dinámica misma nos va mostrando, por ejemplo, que la participación del pueblo tiene que ser una realidad. Comunas y consejos comunales tienen que ser realidad, pero eso se articula en esta estructura constitucional.
¿Qué papel juega la juventud en esa proyección?
Imagino a nuestros jóvenes ejerciendo un papel protagónico en los liceos y universidades, discutiendo temas de esta naturaleza. Cada quien debe pensar qué hace por el pueblo, por la sociedad, la comuna, y pensar en productividad. Deben estar con el Estado, las redes de misiones y organizaciones políticas, todos juntos de forma articulada.
¿Existirá una oposición política en ese futuro?
Debe haberla, es necesaria, pero en el ámbito de la racionalidad, la reflexión de análisis profundo, y que la oposición sea dentro de un ámbito humanista, en el contexto socialista. Debe haber crítica, oposición a decisiones, y creo que esa dinámica es necesaria siempre que permita construir.
¿Se considera un hombre tolerante con las ideas distintas?
Uso mucho la palabra reflexión cuando veo a compañeros de trabajo, de la vida que reaccionan mal. Me recuerdo mucho de mi tremendo amigo, Willian Lara, quien decía «mucho utilizar neuronas y no hormonas». Cuando hay un problema, me siento con las personas y les digo “cálmate y mañana hablas del problema”; hay que tratar de evitar reaccionar en ese momento y usar el pensamiento.
¿Qué pensó ante las burlas sobre el nombre de su viceministerio?
La felicidad no se impone ni se decreta, esa no fue la intención del Presidente. Cuando escuché el nombre me ubiqué en el discurso de Bolívar sobre el gobierno perfecto. Pero la reacción automática de la oposición es burlarse de todo lo que hace el Gobierno, y eso no les permitió analizar, reflexionar un poco más allá, y se fueron de bruces porque se burlaron del Libertador. Por ahí andan arrepentidos.
¿Se considera un hombre feliz?
En la vida uno hace saldos, saca cuentas y balances. Cuando miro hacia atrás y veo lo que me ha pasado, las decisiones difíciles que tomé como médico con mis pacientes y después de todos estos años haciendo política, creo que he aprendido mucho. Sí, me siento feliz más allá de cargos y responsabilidades.
UNA MISIÓN PARA MOTORIZADOS
«Pasa algo bien importante con los compatriotas motorizados. Lamentablemente, han cambiado el perfil de las incidencias, de la accidentabilidad en nuestro país. Eso trae muchas secuelas de traumatología por el aumento de los accidentes, la muerte por choques en esas motos que se ha incrementado. Es la realidad».
«Hay muchas derivaciones de toda esta situación, como son el aumento de las personas con discapacidad que llevan a las familias ese gran problema. Eso debemos tomarlo en cuenta y le decía al ministro del Poder Popular para la Salud, Francisco Armada, que debemos ir visualizando esta tendencia para introducir políticas dirigidas a la prevención de accidentes, hay que evitar las muertes y darle un tratamiento muy especial».
«Se ha producido un incremento exponencial de motorizados. El uso de esos vehículos que son muy útiles, incluso yo mismo las uso, creo que debe ser abordado con mucha seriedad por todos los venezolanos. No tiene que ser pensado sólo por el peatón o los colectivos ciudadanos, sino también por los motorizados mismos».
«Incluso creo que llegamos a hablar de una misión moto, hay que avanzar en eso para la educación, para la promoción de mejores condiciones para el desplazamiento y la prevención de los accidentes. Hay que abordarlo con mucha fuerza porque allí están padres de familia y muchos jóvenes; la edad promedio en ese sector es de personas en plena capacidad productiva, y es muy lamentable que se sucedan las muertes o que muchos queden con discapacidad. Todo eso afecta a las familias y al Estado al final».
SU PERFIL
Nació en Upata (Bol.) el 24 de octubre de 1950.
Estudió Medicina en la Universidad de Los Andes (Mér.) donde se graduó en 1975.
Asumió responsabilidades como diputado a la Asamblea Nacional (dos períodos: 2000-2005 y 2005-2010) por Bolívar, llegó a presidir la Comisión Permanente de Desarrollo Social Integral y fue promotor de la Ley del Sistema Público de Salud.
Fue miembro directivo del Fondo de Ahorro Nacional de la Clase Obrera y tesorero del Sistema de Seguridad Social.
Fuente: ÚN