La noticia de que una de las actrices más queridas de Venezuela, Tania Sarabia, tiene covid; la memoria reciente de que los venezolanos de bien tuvieron que hacer una colecta para pagar el tratamiento de la gran Soledad Bravo; la pérdida de muchos ilustres venezolanos a causa de una enfermedad que, si se trata a tiempo y con eficacia, puede ser curable. Todo eso lo que hace es poner no un dedo, sino toda la mano en la llaga del abandono en el que se encuentran los ciudadanos ante la pandemia.
Tania hace una reflexión importante en el video que se ha transmitido por las redes, y es que en cualquier país, hasta los más pobres de África, los planes de vacunación se han llevado a cabo de manera seria y planificada y ya muchos ancianos están inmunizados. Pero aquí en Venezuela, aunque anuncian con bombos y platillos a cada rato que llegan toneladas de material médico desde China o miles de dosis de vacuna desde Rusia, nada de eso lo ve la población.
Todos los días por todos los medios los venezolanos piden a gritos que se vacune a los de primera línea, porque no pasa una jornada sin que se lamente el fallecimiento de algún médico, alguna enfermera o algún trabajador hospitalario. Nada del material que llega de los amigos chinos alcanza para proteger a los que tratan de mantener a los contagiados con vida, y mucho menos las vacunas.
Tampoco hay inmunizaciones para los ciudadanos de la tercera edad, los más vulnerables. Al paso que vamos, el mundo entero estará vacunado y quedará Venezuela aislada, sin permiso de entrar a ningún otro país porque la población no ha recibido la vacuna. ¿Será eso lo que quieren para exterminar de una vez por todas a los venezolanos?
¿Dónde estarán las vacunas que llegan de Rusia?, se preguntan todos, y lo que es peor ¿cuál será el destino de las que lleguen a través del mecanismo Covax, anunciadas para mediados de año? Esto no puede ser simple ineptitud, es que sencillamente no le dan importancia a lo que realmente necesita la gente. Solo están pensando en elecciones para seguir raspando la olla.
Es urgente que el régimen, o quien sea, se ponga a planificar seriamente un programa de vacunación. Alguien que deje de ver negocio en cualquier cosa que venga de afuera y entienda que la prioridad es vacunar al personal médico y a los ancianos. Ya hay zonas de la capital y de las más importantes ciudades del país que se han relajado en cuanto a las medidas de prevención. No hemos visto el tamaño de la tragedia solamente porque los rojitos controlan la información.
Así como Tania, todos los venezolanos merecen ser vacunados contra el virus. Es ya cuestión de misericordia, la población sufre hambre y está menos preparada para luchar contra la enfermedad. En este caso, hacer nada, como lo están haciendo, es sencillamente acelerar el exterminio.
Editorial de El Nacional