Astrónomos de todo el mundo mantienen la respiración para saber cuál será el destino del cometa Ison, que realiza este jueves su máximo acercamiento al Sol, una aproximación que puede acabar por desintegrarlo debido al calor y las fuerzas gravitacionales de nuestra estrella. Porque Ison, como el resto de los cometas, son bolas en un gigantesco juego de billar.
Los cometas son «bolas de nieve sucia», que habitan en los confines del Sistema Solar, en una gigantesca envoltura compuesta por la Nube de Oort y el Cinturón de Kuiper, que probablemente se formó, junto al resto de nuestro hogar cósmico, hace unos 4.500 millones de años, según informa el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Sometidos a la fuerza de la gravedad, de vez en cuando sucede que choques entre ellos o el «tirón gravitatorio» de una estrella cercana los arrancan de su nube precipitándolos hacia el Sol. Es el primer golpe. Una vez iniciado el viaje, su órbita dependerá de nuevos encuentros gravitatorios. Como indica el IAC, una órbita parabólica o hiperbólica (ambas curvas abiertas) significa que el cometa caerá hacia el Sol, lo rodeará y se alejará de él para no volver nunca más. Una órbita elíptica (curva cerrada) indica que el cometa volverá y, cuanto menos alargada sea la elipse, menos tiempo tardará en hacerlo.
Cola de cientos de millones de km
Los cometas están compuestos de hielo, vapor de agua, polvo, dióxido de carbono, amoníaco y otros gases, materiales que provienen del tiempo en el que se formó el Sistema Solar y que pueden dar muchas pistas respecto a cómo fueron sus comienzos. El núcleo helado está rodeado por una gran nube de gas y polvo (lo que se conoce como coma), que aparece cuando el Sol calienta el núcleo y este se evapora. Pero la parte más espectacular de este objeto celeste es la cola, que en realidad pueden ser dos cuanto más se acerca al Sol: Una recta de gas, creada por el viento solar y que se aleja de la coma, y una curva de polvo, que sigue la órbita del cometa. Las cola puede medir hasta cientos de millones de kilómetros de longitud, lo que hace que estos objetos celestes sean tan espectaculares.
Fuente ABC