¿Existen las capacidades predictivas? El efecto Barnum existe para desmontar la idea de que hay personas mágicas que adivinan el futuro. Estos adivinadores se valen de ideas socialmente conocidas, para afirmarnos lo que ya conocemos… ¿No entiendes? ¡Con esta nota te explicamos todo!
¿Hay una magia detrás de las ciencias auxiliares? ¿Qué clase de truco hay detrás de la persona que adivina cosas sobre ti o sobre tu futuro cuando te lee el tarot? Con el pasar de los años y el auge del mundo del espectáculo (no solo como medio de entretenimiento, sino de trabajo y subsistencia), creencias como la astrología, el horóscopo y el tarot han sido explotadas por los seres humanos, dotándolas de carácter adivinador y predictivo, contrario a ser empleadas como herramientas de autoconocimiento que, por supuesto, requiere de una investigación más profunda (como plantean algunas ramas de la psicología).
En el mundo mágico que crearon los artistas en torno a las ciencias auxiliares, surge lo que se conoce como efecto Forer/Barnum, un fenómeno que fue inspirado y posteriormente estudiado por dos hombres en distintas épocas de la historia de la humanidad: P. T. Barnum (siglo XIX) y Bertram Forer (siglo XX).
Efecto Forer/Barnum: historia e investigación previa
Phineas Taylor Barnum (1810-1891) creció viendo cómo su abuelo estafaba a la gente en la lotería y, a temprana edad y con gran ingenio, observó en aquella estafa una forma de entretenimiento. Luego de hacer trampas en su trabajo como comerciante, se hizo conocido por comprar a la esclava Joice Heth, quien era una anciana ciega, en estado casi paralítico y conocida por ser la “niñera de George Washington” y tener “161 años”. Cuando Heth murió, Barnum se fue de gira con un circo ambulante. Años después, se convertiría en uno de los showman más conocidos e importantes de Estados Unidos.
Bertram Forer (1914 – 2000) hizo un doctorado en psicología en California y, luego de atender soldados de la Segunda Guerra Mundial, abrió su propio centro de consulta para atender veteranos en Los Ángeles e inauguró un consultorio en Malibú. En 1948, mientras daba clases y hacía estudios experimentales, elaboró un test de personalidad e hizo que sus alumnos lo completasen. Luego de que lo rellenaran, el psicólogo les entregó a todos un “resultado personalizado”.
Sin embargo, Forer los había engañado: le había dado a todos el mismo resultado y todos concordaron en que esa premisa se acercaba a su personalidad. El estudioso había sacado esa descripción (el resultado) de una columna de astrología. Entonces… ¿Qué probó Forer con aquel experimento?
Falacia de la validación personal
El efecto Forer (o Barnum o Forer/Barnum) intenta explicar un fenómeno que se da cuando una afirmación es lo suficientemente ambigua o generalizada como para que se acepte como verdadera. Eso quiere decir que cuando las personas que leen, por ejemplo, el tarot y predicen algo sobre el pasado, presente o futuro utilizan frases que no son concisas ni específicas, sino que apelan a ideas aceptadas por todos, que no revelan ni afirman nada.
Estas postulaciones ambiguas son aceptadas por las personas una y otra vez por varias razones:
- Aunque la verdad que nos estén diciendo traiga consigo una idea positiva o negativa, a los seres humanos les gusta sentir que tienen el poder de conocer cosas sobre su vida y así sentir que se domina con mayor astucia el destino. Básicamente, es la idea de que podemos burlar el tiempo y anticiparnos a lo que nos depare.
- Las ideas ambiguas nos dan un sentido de reafirmación. El ser humano siente la necesidad de que se le reafirmen qué es bueno o qué es malo… Necesitamos que otra persona nos diga lo que, en pocas palabras, ya sabemos. Esta sensación se suma con la idea de que queremos siempre tener la razón.
- No puedes estar en desacuerdo con lo que te dicen, porque las afirmaciones están compuestas por una fórmula: “Eres x, pero puedes llegar a ser y”. Tienes siempre que ser una cosa u otra.
El gremio que se dedica a estas ciencias auxiliares con finalidad predictiva terminan adquiriendo una suerte de deidad, ya que tienen el don de la adivinación; por ello, es común que los clientes incidan constantemente en estas actividades.
Ahora que conoces el efecto Barnum… ¡Evita caer en él!
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