De acuerdo con un estudio de The International Journal of Obesity, los niños que toman o han tomado estos fármacos pueden ganar peso más rápido que el resto, y el efecto se puede prolongar hasta la edad adulta, incluso después de haber dejado la medicación.

El estudio no diferencia entre antibióticos; incluso culpa a la penicilina y cefalosporina, pero la conexión más fuerte entre obesidad y este tipo de fármacos se ha descrito en relación a los macrólidos, comúnmente recetados para las infecciones respiratorias (azitromicina, eritromicina y claritromicina). Otro estudio recogido por la Sociedad Española de Nutrición Parental y Enteral relaciona el sobrepeso de más de 29.000 pacientes con la ingesta de antibióticos.

En lo que hay consenso científico es en que cuanta más cantidad tomes, más probable será que los efectos negativos se queden para siempre contigo. Para evitarlo mantén tu microbiota sana aportándole prebióticos a través de alimentos como el ajo y las cebollas y probióticos como yogur y kéfir.

Sobra decir que los antibióticos solo debes tomarlos cuando sea necesario y por prescripción médica.

Womens Health