El control de precios establecido por el gobierno, la escasez de insumos para los agricultores y la inseguridad en los campos ha hecho que la producción de siete de los ocho principales rubros del país cayera este año, hasta alcanzar a cubrir apenas 30,5% de la demanda, afirmó Antonio Pestana, presidente de Fedeagro.
“Este año el único rubro que creció fue el de maíz amarillo, que no está regulado. Por el contrario, la producción de maíz blanco, sorgo, caña de azúcar, café, soya, girasol y caraotas continuó en picada”, dijo durante la celebración del Día Nacional del Comercio y los Servicios.
Pestana aseguró que desde el 19 de enero de este año, cuando se instaló el primer Consejo Nacional de Economía Productiva, Fedeagro le presentó propuestas al gobierno para que se liberaran los precios, se ampliaran los proveedores de insumos y se garantizara la existencia de repuestos para la maquinaria agrícola, y aún no han obtenido respuestas.
“De los consejos solo han salido soluciones puntuales; no se han dado los cambios estructurales que hemos pedido. Eso lo que ha traído como consecuencia es que los productores de maíz, por ejemplo, se nieguen a seguir vendiendo su cosecha a un precio por debajo de los costos de producción”.
Recordó que según la Sundde los productores de maíz deben cobrar 96,50 bolívares por kilo, aun cuando el costo de producción es de 199 bolívares. “El precio que está fijado representa apenas 48% del costo. Nosotros lo que aspiramos es que se paguen 243 bolívares por kilo, y que el precio de venta al público sea de 770 bolívares, para que haya rentabilidad en todos los eslabones de la cadena”.
Insistió en que con el aumento no se perjudicaría a la población. “Si tenemos rentabilidad podemos reinvertir; eso se traduce en producción y con eso se empieza a parar la inflación”.
Dijo que ya el Ministerio de Agricultura y Tierras le presentó una propuesta de precio al presidente Nicolás Maduro, pero aún no hay respuesta.
Carlos Albornoz, presidente de Fedenaga, coincidió con Pestana y agregó que lo que más preocupante es el abastecimiento del año que viene. “En 2017 se requerirían alrededor de 900 millones de dólares mensuales para importar alimentos y la preocupación real es porque sabemos que las divisas no están y eso va a generar una enorme presión sobre el tipo de cambio y sobre la inflación”.
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