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¿Piensas siempre en sexo?

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¿Piensas siempre en sexo?

La obsesión sexual origina en el hombre una fantasía sexual compulsiva, masturbación crónica, aun cuando él pueda vivir con una pareja, la represión lo conduce a la cólera, la violencia, al síntoma universal de perderse así mismo.

 

 

Lo que nos indica que es un problema más grave es cuando se sufre. No es lo mismo una persona que aprovecha el momento -lo que llamaríamos un vividor- que disfruta con el sexo, al que se masturba sin conseguir placer en ello, explica Pilar Cristóbal, sexóloga y psicóloga española.

 

 

Dentro de la obsesión sexual encontramos dos perfiles. Por una parte, el obsesivo, que es aquel que ve sexo en todas partes (lo primero que detecta en un texto escrito son las “x”). Por la otra el compulsivo, que es el que se masturba durante horas sin encontrar satisfacción o puede llegar a tener relaciones con 20 o 30 personas en una noche sin saciarse (plasmado perfectamente en la película).

 

 

Los hombres suelen responder a un patrón más compulsivo mientras que las mujeres, por la represión sexual a las que se les ha sometido históricamente, suelen ajustarse más al patrón obsesivo; sin embargo, conforme la sociedad avanza y la mujer se libera, la mujer compulsiva es algo más común.

 

 

Una obsesión no es una esquizofrenia o una paranoia, enfermedades realmente graves, pero sí es dolorosa. En las dos primeras el enfermo no es consciente de su problema, de ahí que no exista ese sufrimiento mental.

 

 

En cambio, un obseso sexual sabe que tiene un problema, que lo que le sucede no es normal y lo pasa muy mal al ver que no le deja vivir, comenta la especialista.

 

 

Esta obsesión puede manifestarse fuertemente sólo durante ciertos períodos, que pueden estar asociados al estrés. En otros casos, es constante aunque quizás menos intensa. También existen casos que presentan una especie de anorexia sexual, por causa de su afán por mantener un estricto control sobre su obsesión.

 

 

Actualmente Internet ofrece muchísimas facilidades para generar un interés desmedido por actividades relacionadas con el sexo: chateo, cibersexo, páginas con contenido sexual, etc.

 

 

La inmediatez de la aparente satisfacción es el refuerzo que hace que la persona se enganche fácilmente. Lo que en un principio empezó como una afición se convierte en una obsesión, que puede ocasionar muchos problemas. A partir de lo cual, si le es posible diferencia entre su afición u obsesión sexual, debe acudir con un especialista para recibir atención y tratamiento.

 

Fuente: Salud180

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