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Pedro Palma: «Si continuamos así vamos derecho hacia un precipicio»

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Pedro Palma: «Si continuamos así vamos derecho hacia un precipicio»

«No hay varitas mágicas, la verdad es que estamos en una situación de deterioro tremendo» «Un gobierno puede violar leyes económicas básicas por un tiempo pero no por siempre »

 

Pedro Palma advierte que la economía necesita un ajuste integral que atienda los desequilibrios, de lo contrario la situación empeorará

 

En medio de la violenta aceleración de la inflación, la escalada del dólar en el mercado paralelo, descenso de las reservas internacionales y desaceleración del crecimiento Pedro Palma advierte que son síntomas de una enfermedad que requiere tratamiento urgente, de lo contrario, las consecuencias para la población serán mucho peores a las sufridas en los últimos nueve meses.

 

El expresidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas explica que la situación es similar a la de alguien que lo muerde un animal y opta por no someterse al doloroso tratamiento que le receta el médico. «Al tiempo regresa al hospital, pero entonces ya tiene gangrena y le dicen que hay que amputarle un dedo del pie. Tampoco se quiere someter a eso y se marcha. Cuando vuelve no hay más salida que cortarle la pierna».

 

El tratamiento al que se refiere es un ajuste integral que ataque la enfermedad por distintas vías. En el flanco cambiario indica que «es evidente que el tipo de cambio oficial de 6,30 bolívares por dólar no puede durar, está absolutamente sobrevaluado, por eso los economistas tenemos la opinión de que va a tener que venir una devaluación. Pero también hay que actuar sobre el tipo de cambio paralelo que está artificialmente alto».

 

Para esto señala que «hay que actuar en la oferta y la demanda. Crear un mercado legal donde Pdvsa, el Banco Central, exportadores y turistas puedan vender divisas a una tasa superior al tipo de cambio oficial. Entre otras cosas esto permitiría que Pdvsa obtenga más bolívares por parte de sus dólares y alivie sus problemas de flujo de caja».

 

Complementa la idea y explica que «en el lado de la demanda hay que intervenir sobre la cantidad de bolívares existentes para adquirir dólares, absorbiéndolos con emisiones de bonos del Banco Central, aumentando el encaje (parte de los depósitos que las entidades financieras no pueden prestar) y también tendrían que aumentar las tasas de interés».

 

Hay más. «Es indispensable atacar el desequilibrio fiscal, ir realmente a un proceso de expansión de la producción petrolera y estimular la actividad privada, considerar seriamente la devolución de las empresas expropiadas que hoy producen mucho menos que cuando estaban en manos privadas. Respetar el estado de derecho, crear reglas claras para la inversión, tampoco puedes seguir vendiendo petróleo a descuento. Ir a un ajuste profundo de la realidad económica».

 

-Plantea restricción del gasto, restricción monetaria, devaluación del tipo de cambio oficial. ¿Sería un ajuste contractivo?

 

-Sin duda alguna, pero son ajustes que pueden instrumentarse si tienen coherencia para ser creíbles y se explican con una estrategia de información muy bien manejada que diga por qué se toman y que si bien van a tener efectos negativos temporales eso es mejor que las consecuencias de continuar un proceso insostenible. Otro aspecto es que se acompañen con programas sociales muy bien concebidos.

 

Inmediatamente agrega que «no hay varitas mágicas, estamos en una situación de deterioro tremendo, afortunadamente el precio del petróleo nos da holgura pero no lo suficiente como para hacer algo que no afecte a la población».

 

-El deterioro comenzó a mostrarse hace un año. ¿Cuál es el costo de seguir sin aplicar un ajuste integral?

 

-Profundizar los desequilibrios hasta que llegues a un momento en que la situación se haga inmanejable con inflación galopante, escasez dramática, deterioro de la calidad de vida. Entonces se llega a la situación donde hay que tomar medidas porque de lo contrario no se sostiene el Gobierno.

 

Recurre a la historia. «Pongo el ejemplo del expresidente Caldera en 1996, cuando anunció las medidas de la Agenda Venezuela. Lo hizo porque se dio cuenta de que su Gobierno ya corría riesgos de no sostenerse, que aquella situación podía llegar a un colapso».

 

-El Gobierno afirma que lo que ocurre es una guerra económica. ¿Qué opina?

 

-Pura propaganda, una política goebbeliana de culpar a todos menos a ti. Eso te puede dar algo de tiempo y a lo mejor el beneficio de la duda, pero el tema es que un gobierno puede violar leyes económicas básicas pero no por siempre y aquí estamos llegando al punto donde hay que tomar medidas. Si continuamos así vamos derecho a un precipicio y antes de llegar a ese punto y que haya que tomar medidas heroicas para no caer al vacío con consecuencias descomunalmente peores es mejor hacerlo ahora, ese es el mensaje de muchos de mis colegas y yo.

 

-¿Cuánto puede ser el margen de maniobra antes de llegar a una situación mucho más grave?

 

-Creo que el margen de maniobra es pequeño, no es enorme, no tenemos recursos para aguantar dos o tres años y ya veremos que ocurre, ni remotamente estamos en esa situación. Percibo que el tiempo mínimo que está tratando de ganar el Gobierno es llegar a las elecciones de diciembre.

 

-Un gabinete económico que no es capaz de ponerse de acuerdo sobre como abrir un mercado para bajar el dólar paralelo, mucho menos va a acordar un ajuste que iría contra la ideología de muchos de sus miembros.

 

-Estamos en una etapa en la que el Gobierno tendría que preguntarse si va a continuar empecinado en una ideología que fracasó en todas partes del mundo y está fracasando de una manera rotunda entre nosotros.

 

-Puede imponerse el ala radical del gabinete, decir que hay que aumentar los controles, no permitir un mercado cambiario libre, que la inflación es un fenómeno especulativo.

 

-Sería como el cuento del monasterio donde morían monjes y mandan a uno de ellos al médico. El médico le dice que no pueden seguir comiendo albondigón y deben disminuir las grasas. Cuando el monje regresa dice que el médico recetó albondigón y caiga quien caiga. Pues aquí sería socialismo y caiga quien caiga. Eso no es realista, es lo que llevó a la Unión Soviética, a Vietnam a cambiar.

 

-¿Qué tanto puede ayudar la relación con China para evadir el ajuste?

 

-Si Venezuela pretende imaginarse que China va a ser su tabla de salvación y la fuente inagotable de recursos para obtener lo que no le da el petróleo, hay que decir que no va a ser así. China está buscándole mercado a su sector productivo, ojalá que el financiamiento y las inversiones que se han anunciado redunden en beneficio del país.

 Fuente: El Universal

 

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