La negativa del oficialismo a reconocer y decir la verdad, en el sentido de que el presidente Chávez no está en ejercicio de su cargo por razones de salud y que por tanto se ha producido su falta temporal, junto a la adaptación del TSJ al interés político del partido de Gobierno, nos ha conducido a la actual situación de un país sin Presidente en ejercicio, sin saber quién gobierna o si las decisiones se toman en Caracas o en La Habana.
Mientras discutimos eso, el Gobierno está paralizado y crece la impresión de que el entorno del Presidente que está en el país dedica todo su tiempo al reparto del poder y no se ocupa de solucionar los problemas de la gente y de Venezuela.
En paralelo, la crisis política está acompañada por la económica y social que se ha agravado ante el fracaso de las políticas oficialistas. El propósito expresado por el presidente Chávez de lograr la mayor felicidad posible para el pueblo venezolano está muy lejos de cumplirse. A ese fracaso ha contribuido la política de confrontación del Gobierno que en vez de trabajar para unirnos hace todo lo posible por dividirnos, y solamente a través de un gobierno de unidad nacional como plantea la Mesa de Unidad Democrática es posible solucionar de manera permanente los principales problemas que sufre el pueblo venezolano.
Durante los 14 años, este gobierno ha tenido recursos inmensos, superiores a los de cualquier país latinoamericano, con ingresos diarios de aproximadamente 300 millones de dólares por petróleo, o sea, cien mil millones de dólares al año, y sin embargo hemos triplicado nuestra deuda interna y externa, tenemos la inflación más alta de Latinoamérica y por eso el costo de la vida convierte en sal y agua el salario de los venezolanos. Mientras la inseguridad personal mantiene aterrorizada a la familia venezolana, Caracas se ha convertido en una de las ciudades más peligrosas del mundo y toda la población está convencida de que hoy en Venezuela la vida no vale nada.
Ya para muchos venezolanos, la causa principal del fracaso del gobierno de Chávez en ofrecer la mayor felicidad al pueblo venezolano es que escogió un equipo no preparado y muy corrupto para acompañarlo en su gestión. Ante la posibilidad de que Chávez deje el poder, crece la incertidumbre y el temor de que sea sustituido por un equipo de hombres que no tienen su liderazgo, son incapaces y están penetrados por la corrupción./DO
Fuente: La Verdad