Los líderes de la OTAN se comprometieron hoy a seguir financiando a las fuerzas de seguridad de Afganistán tras completar la retirada militar aliada del país asiático, la cual se espera concluir antes del próximo 11 de septiembre.
“La OTAN seguirá proporcionando entrenamiento y apoyo financiero a las Fuerzas de Defensa Nacional y Seguridad Afganas, también a través del Fondo Fiduciario del Ejército Nacional Afgano”, señalan los mandatarios en el comunicado que aprobaron durante la cumbre que celebraron hoy en la sede de la Alianza, en Bruselas.
El pasado 14 de abril, los ministros de Defensa y Exteriores aliados acordaron comenzar a retirar sus tropas de Afganistán el 1 de mayo, tras la decisión de Estados Unidos de poner en marcha la salida de sus militares del país asiático desde esa fecha y completarla antes del vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La OTAN ha mantenido desde 2015 en Afganistán la misión Apoyo Decidido para asesorar, entrenar y formar a las fuerzas de seguridad locales.
“Retirar nuestras tropas no significa terminar nuestra relación con Afganistán. Ahora abriremos un nuevo capítulo. Afirmamos nuestro compromiso para seguir junto a Afganistán, su pueblo y sus instituciones en la promoción de la seguridad y la defensa de los avances logrados con gran esfuerzo en los últimos veinte años”, dicen los líderes.
La OTAN asegura que mantendrá una oficina civil en Kabul para continuar con su implicación diplomática y mejorar su asociación con el país asiático.
“Reconociendo su importancia para una presencia diplomática e internacional duradera, así como para la conectividad de Afganistán con el mundo, la OTAN proporcionará financiación de transición para garantizar el funcionamiento continuado del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai. También aumentaremos el diálogo sobre Afganistán con socios internacionales y regionales relevantes”, añade.
Además, indica que siguen respaldando el proceso de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes, y pide a todas las partes interesadas ayudar al país asiático a “promover una solución política duradera inclusiva que ponga fin a la violencia, proteja los derechos humanos de los afganos, en particular, mujeres, niños y minorías; defienda el Estado de Derecho y garantice que Afganistán nunca más sirva como un refugio seguro para terroristas”.
Delegaciones de los talibanes y del Gobierno afgano se encuentran en Catar para retomar el diálogo intraafgano, que dio comienzo en septiembre de 2020, pero quedó estancado en enero de este año.
El país vive un periodo especialmente violento en las últimas semanas, producto de los enfrentamientos de las fuerzas de seguridad afganas y los talibanes.
“Tras casi veinte años, las operaciones militares de la OTAN en Afganistán están llegando a su fin. Hemos negado a los terroristas un refugio seguro desde el que preparar ataques contra nosotros, ayudado a Afganistán a construir sus instituciones de seguridad y entrenado, asesorado y asistido a las Fuerzas de Defensa Nacional y Seguridad Afganas”, dicen los líderes.
Agregan que las fuerzas de seguridad ahora están asumiendo “total responsabilidad” en Afganistán.
También rinden tributo a los fallecidos o heridos durante los años de presencia militar en el país asiático.
Los últimos 24 militares españoles destacados en el país asiático aterrizaron en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) el pasado 13 de mayo, mientras que Estados Unidos ha retirado ya a más de la mitad de sus tropas, según confirmó el jueves el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin.
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU llevaron a Washington a poner en marcha la operación Libertad Duradera en Afganistán para luchar contra Al Qaeda y los talibanes, a la que se añadió la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) aprobada por la ONU y cuyo mando asumió la OTAN desde agosto de 2003 hasta el fin de sus operaciones, en diciembre de 2014. En enero de 2015 empezó la misión Apoyo Decidido.
EFE