La ganadora del Premio Nobel de la Paz 2023, la Iraní Narges Mohammadi ha sido arrestada de forma violenta en Irán. El mensaje es claro. Activistas reconocidos que tienen el apoyo de occidente, a la cárcel o al cementerio
La concesión del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado ha alterado la geografía política global. No se trata sólo de un reconocimiento moral: es una reubicación del conflicto venezolano en el mapa de las prioridades democráticas del mundo.
Desde Oslo Venezuela volvió a la escena internacional con fuerza inesperada. Sin embargo ahora surge la pregunta crucial y pertinente: ¿Debe Machado regresar de inmediato a Venezuela?
El discurso del Presidente del Comité del Nobel Jørgen Watne Frydnes [10/12/25] es una pieza memorable, fuera del formato protocolar y ceremonial. Fue una denuncia inédita desde el estrado de un Nobel. Una acusación contra las dictaduras. Reivindicación del poder ciudadano y un llamado urgente a la comunidad internacional para que adopte posiciones más contundentes en la defensa de la democracia. Su profundidad lo sitúa entre los discursos más fuertes del Nobel desde su fundación en 1901 […] El Comité acusa explícitamente secuestros, torturas, desapariciones, crímenes de lesa humanidad; militarización del estado, participación de potencias extranjeras autoritarias (Cuba, China, Rusia, Irán y Hezbolá). Un quiebre histórico que increpa a Maduro y exige su renuncia sin evasivas.
Esto transformó el Premio Nobel en un instrumento político de presión global, una plataforma que coloca en la mira al derecho internacional, los DDHH y la dignidad humana frente al autoritarismo. Es la ruta y el espaldarazo que se desprende del galardón más prestigioso del planeta; es el camino abonado que debe andar Maria Corina en los principales foros internacionales.
Maria Corina debe tomar como suyo un discurso que rompió con la neutralidad, poniendo fin a la ambigüedad diplomática. El Nobel adoptó [su] línea: acción, hasta el final. Poco o nada podrá hacer Maria Corina regresando ahora mismo a Venezuela. Su voz en libertad es la de una Venezuela iluminada que clama justicia, paz y retorno democrático. Qué actor más válido para reimpulsar esa lucha y canalizar la tarea que hace falta para volver a casa y relanzar la democracia moderna en Venezuela.
La verdadera batalla no es Maiquetía, trochas, ni celadas.
La verdadera batalla es el tablero internacional y en su momento, la reactivación del país. Volver ahora sería caer en la trampa que históricamente han diseñado los regímenes autoritarios: permitir el retorno para neutralizar, detener, aislar o simplemente desgastar. María Corina de regreso en estos momentos, pone a riesgo su vida, y si toma la clandestinidad, sería un aislamiento riesgoso e improductivo, perdiendo además reuniones con aliados como UK, Italia, UE; La Haya, EEUU, entre otros.
Los regímenes autoritarios aplican la dosis de persuasión, captura y desaparición. En 1936, Andreu Nin regresó a Barcelona desde su exilio en Moscú para encontrarse con una espiral que lo conduciría al secuestro y desaparición por la NKVD. [Naródny Komissariát Vnútrennij/Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos]. Esta fue la policía política y de inteligencia de la Unión Soviética durante el régimen de Stalin [precursor del KGB]. ¿Cómo operaba? Durante la Guerra Civil (1936–1939) la URSS fue el principal apoyo internacional de la República española. A cambio la NKVD operó clandestinamente en España-Madrid y Barcelona- controlando servicios de inteligencia republicanos. Persiguió y eliminó a trotskistas, anarquistas y comunistas no-alineados con Stalin. Así operaban, así operan…cuidado.
En la Rusia contemporánea, Alexéi Navalny regresó a Moscú desde Alemania decidido a enfrentar a Putin “de frente”. Su detención inmediata, su prisión en régimen extremo y su muerte en un penal ártico demuestran que el martirio no siempre acelera la libertad; muchas veces la paraliza […] Nelson Mandela-ícono de la resistencia pacífica-entendió que su liberación negociada sólo sería viable si el movimiento anti-apartheid contaba con una estructura diplomática en Londres, Washington y Naciones Unidas sosteniendo la presión exterior.
Líderes chilenos recorrieron Europa en los años 80, moviendo al mundo para condenar la dictadura de Pinochet […] En 1946 el líder yugoslavo en el exilio, Mihailović, regresó esperando una negociación con Tito. Fue capturado y ejecutado. […] En 1905, Francisco I. Madero regresó a México tras su breve exilio en EEUU. Regresó confiando en que Porfirio Díaz cumpliría sus promesas de apertura. [Madero] terminó encarcelado en San Luis Potosí y murió más tarde traicionado por sus propios revolucionarios […] En 2011, Ibrahim Sharif, líder opositor Baréin, regresó a su país tras una gira internacional; fue detenido horas después [2011-2015].
La ganadora del Premio Nobel de la Paz 2023, la Iraní Narges Mohammadi ha sido arrestada de forma violenta en Irán. El mensaje es claro. Activistas reconocidos que tienen el apoyo de occidente, a la cárcel o al cementerio. La historia advierte: estos regímenes preparan la celada, aparentan diálogo, apertura y diplomacia para culminar en prisión tortura o muerte. Venezuela ha sido víctima de este señuelo. Cuba ha enseñado que en fases decisivas, una ficha de canje ‘salvavidas’ es la joya de la Corina-sic-.
Un líder Nobel no está llamado a resistir en una celda, sino pilotar las bases de la transición. No existe foro ni nación democrática que no desee recibirla. [Ella] es la puerta que abre la fase final de la dictadura en Venezuela[…]Regresar sin garantizar estos cimientos sería como construir un país democrático sobre bases frágiles. Incluso la Casa Blanca sería favorecida por la revisibilización que Maria Corina le dé al caso Venezolano. El acompañamiento del Presidente Trump es fundamental, por lo que también es vital comprender su política exterior con Venezuela y desmentir narrativas confusionales que desvían la atención e impide concreción.
María Corina Machado debe regresar a Venezuela, sí…pero cuando su seguridad esté garantizada, cuando la comunidad internacional esté alineada y el camino esté despejado para una transición sostenible, pacífica y ordenada.
El capital político del Nobel no debe arriesgarse en el terreno del régimen.
El Premio Nobel coloca a Machado en un pedestal único: ningún dirigente opositor latinoamericano desde Rigoberta Menchú ha recibido una investidura moral comparable. Este tipo de reconocimiento no es un trofeo simbólico. Es un pasaporte político que abre puertas, cancillerías, parlamentos y foros que normalmente tardan años en conquistar. Perder ese impulso por un retorno inmediato sería como “entregar el arma estratégica antes de usarla”.
Decíamos que figuras como Václav Havel [revolución de terciopelo] y Nelson Mandela entendieron que el tiempo político debe madurar fuera del alcance del represor. Mandela negoció su liberación mientras el Congreso Nacional Africano movía las piezas en Londres, Nueva York y la ONU. Havel, desde la clandestinidad y el exilio interno, contó con una “diplomacia paralela, el poder sin poder” que hizo inviable su detención final.
Como concluye Timothy Snyder en The Road to Unfreedom: “Los autoritarismos colapsan cuando el costo internacional de reprimir a un líder se vuelve mayor que el costo de tolerarlo.”
Huelga alertar: el costo de perder el liderazgo de Maria Corina, sería devastador y moralmente irreparable, siendo que el régimen de Caracas, está dispuesto asumir costo político de apresar a Maria Corina por verlo inferior a perder el poder. Es lo que creen haber “ganado” en su momento con la presión de Leopoldo López. El regreso de Guaidó, por cierto, no cristalizó porque el Covid entre otros factores [más la unidad frágil y saboteada] liquidó el gobierno interino. Fue preso de las circunstancias y del desgaste colectivo.
El liderazgo de María Corina es otro y el agente externo [aliado] demoledor. Su momento es mucho más sólido, amalgamado y universal que cualquier otro momento. Es la joya…y no debe arriesgar ese capital geopolítico. Regresar sin capacidad de movilización, posibilidad de arresto y riesgo de su propia vida, no luce rendido ni apropiado.
Una nueva doctrina: la democracia como base indestructible de la paz
El Comité del Nobel construyó una teoría clara: La democracia es el fundamento de la paz. Esto corrige décadas de relativismo que aceptaban la “estabilidad” de regímenes autoritarios como sustituto de la paz […] Aquí el Comité se hace eco de Bertrand Russell y Karl Popper: La libertad no sólo es un derecho; es un requisito para la vida pacífica entre los pueblos.Entonces la respuesta—política, diplomática, estratégica e histórica—sobre un regreso prematuro a Venezuela, es no. Al menos por ahora.…
¿Permitiría Maduro que una Nobel llegue al país a movilizar masas, recorrer ciudades y galvanizar la transición? La pregunta se responde sola […] Una gira internacional en este momento no sería un capricho, sino la estrategia más racional, pragmática y eficaz para convertir el Nobel en una herramienta de presión global.
Europa admira la persistencia y firmeza del compromiso. El Parlamento Europeo—históricamente uno de los aliados más firmes de la oposición democrática—ahora tiene la oportunidad de elevar el caso venezolano al nivel de Ucrania vs. Rusia, donde el pliegue de naciones a la diplomacia coercitiva sea entendido, acompañado y digerido. Nos jugamos además el cambio del orden público internacional. La soberanía y no intervención de estados fallidos, no puede seguir estando por encima de los DDHH de los pueblos indefensos.
ONU, Washington, y que haya justicia en La Haya.
La presencia sostenida de Machado en Bruselas permitiría asegurar compromisos por la libertad de presos políticos, y consolidar el apoyo de EEUU en la lucha contra el crimen organizado internacional y el deber de prevenir y proteger a los pueblos de regímenes terroristas y autoritarios. También ayudaría a catalizar decisiones que Washington no ha querido tomar. ¿Por qué? Machado sabe que darle gobernabilidad a una transición política depende de la vigilancia externa. ¿Ese apoyo está comprometido? Hay que asegurarlo.
El camino hacia una transición venezolana también pasa por La Haya. No hay reforma posible mientras las cadenas de mando militar entiendan que la impunidad está garantizada. Una visita de Machado a la CPI enviaría una señal inequívoca: “El mundo está mirando y la justicia es inevitable.” Así ocurrió cuando Aung San Suu Kyi llevó el caso rohingya ante la Corte Internacional de Justicia: su presencia movió más agujas geopolíticas que diez discursos en Yangon. Son miles de incidencias y víctimas que aún no ven justicia en La Haya. María Corina podría convertirse en un bastión para que haya justicia en La Haya. [MCM] es una de las víctimas pero además, Premio Nobel de la Paz.
El impulso de órdenes de arresto contra criminales del régimen de Caracas ampliará la cooperación internacional y el cerco geopolítico. Y la Corte Penal Internacional no podría decir que “no acepta la politización de la justicia”, porque un Nobel clama justicia para garantizar la paz, no un cambio de régimen.
Trump: la llave del equilibrio hemisférico
En la política venezolana, EEUU es un actor clave. Un encuentro de Machado con Donald Trump en Washington tendría un impacto geopolítico inmediato: Reforzaría la legitimidad de la defensa democrática en Venezuela, aseguraría nuevas alianzas [En Chile acaba de ganar Kast, otro afecto a la agenda Venezuela libre] e incluso quiebres. Alineará además la política bipartidista sobre Venezuela. Generaría un mensaje directo a las FFAA: el mundo libre respalda el cambio político en Venezuela.
Ningún regreso al país ofrece semejante retorno estratégico. La diáspora es además, el nuevo “pueblo político”. Los más de 7,8 millones de venezolanos en el exterior son hoy un actor que ningún régimen puede controlar. La gente en Venezuela comprendería perfectamente que Machado-por ahora-debe cumplir una agenda en el exterior a la par de un merecido reposo. Ella no abandona su pueblo. Regresará. Pero una gira internacional de Machado aprovecharía su poder fuera del poder, canalizando energías dispersas hacia una estrategia reunificada, juntando los de afuera con los de adentro, y a ellos entre sí.
La politóloga Anne-Marie Slaughter lo explica: “Un Nobel es un multiplicador de poder blando que convierte a un activista en un actor geopolítico.” Esto significa algo concreto: Machado posee hoy una plataforma de legitimidad global que ningún régimen puede desactivar mientras permanezca fuera de su alcance físico.
Desde la Guerra Fría, las grandes causas por la libertad han encontrado en Europa su caja de resonancia. El polaco Lech Wałęsa recorrió París, Bonn y Estocolmo antes de desafiar al régimen comunista. Los disidentes soviéticos —de Solzhenitsyn a Sájarov—entendieron que sin Europa no había presión suficiente para una transición. Washington es la joya de Maria Corina.
Un respaldo explícito a Machado marcaría un antes y un después en la geopolítica venezolana y en el apoyo decisivo urbis et orbis. El autoritarismo latinoamericano también ha dejado ver sus costuras. La historia reciente ofrece ejemplos sistemáticos: Nicaragua apresó y desterró a los 222 presos políticos; Cuba impide la entrada a disidentes a los que previamente les permitió salir; Venezuela detiene, persigue y asesina a disidentes.
Hector Cámpora y Perón fueron una excepción de percepción pactada. Pero pronto el Gral. Alejandro Agustín Lanusse aprovechó un Peronismo fragmentado entre montoneros, sindicalistas, nacionalistas y verticales anticomunistas. La masacre de Ezeiza [20/6/73], acabó con el retorno de Perón. Cámpora duró 49 días y Perón muere enfermo y débil en 1974. Le sucede Isabel Perón, un gobierno sin liderazgo. Las transiciones y retomas de poder, deben nacer bien sólidas y cimentadas. Seguid el ejemplo de Betancourt y otros líderes en el exilio, y el alumbramiento democratico de 1958. La unión cívico militar, es fundamental.
¿Estamos en Venezuela realmente unidos? ¿Existe un consenso democrático en las FFAA y la sociedad civil, y entre nosotros? El 90% quiere que se respete la voluntad popular de las elecciones del 28/7/24. Pero el cambio hoy en Venezuela no es personal ni político. Es ciudadano. No podemos solos y ella tampoco puede sola y aislada. La removilizacion ciudadana será piedra angular de sostenibilidad. Ese día ella estará en Venezuela para liderarlo, oportuna y disciplinadamente
Maria Corina tiene una oportunidad de oro.
Maria Corina ha vivido un año y medio en la clandestinidad sin abandonar el país. Pocos líderes globales han pagado un costo personal tan alto por la democracia. El Comité del Nobel ha reconocido a Maria Corina como “uno de los ejemplos más extraordinarios de valentía civil en la historia reciente de América Latina.” Desde la creación del Premio Nobel en 1901, no había existido tanta épica y heroísmo en torno a este galardón.
Junto a Oscar Arias, Rigoberta Menchú, Adolfo Pérez Esquivel, Martin Luther King, Maria Corina entra en la galería de la historia de las personalidades más notables del hemisferio. Su autoridad moral, humanitaria y ciudadana para lograr la liberación de una nación muy sufrida, pasa por elevar su voz en libertad en los principales foros y escenarios del mundo.
Maria Corina tiene la posibilidad de detener ese contador de muerte y desolación, haciendo historia no como mártir sino como liberadora. Un retorno prematuro podría ser fatal. Su llama esperanza, amor, paz y reencuentro no puede ser apagada. Maria Corina es el pilar fundamental de un regreso a casa, sostenible, ordenado, con un pueblo reunificado y redimido. Su regreso debe ser triunfal, libertario…no traumático. No es el reposo eterno y forzado del guerrero. Es y será el regreso glorioso de un Nobel.
Vuestra lucha [María] es hasta el final del régimen…Es reconquistar la democracia, la verdad, la paz y la identidad de un pueblo profanado y esquilmado. Mantened la antorcha viva y fuerte. Eres la llamada a redimirnos y alcanzar un pacto histórico para el milagro venezolano, la alegría que viene.
Que tengas un merecido descanso y que Dios te bendiga a ti, a los tuyos y a toda Venezuela.
@ovierablanco vierablanco@gmail.com
