Orlando Viera Blanco:Trump cerró el grifo

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Orlando Viera Blanco:Trump cerró el grifo

La política de Trump hacia la región es percibida como una combinación de pragmatismo y presión. Algunos gobiernos han valorado su postura contra regímenes autoritariosLa administración de Donald Trump ha implementado una política exterior hacia Latinoamérica y muy especialmente hacia Venezuela, de aislamiento y endurecimiento. No son sólo sanciones. Es además una política de vigilancia y control, como quién supervisa el estado de terror.

Esta caracterización de la política exterior hacia el régimen Venezuela nos permite anticipar dos realidades: i.-La administración Trump tiene a Venezuela en su agenda. ii.-Trump -literalmente-le ha declarado “la guerra” al crimen organizado internacional, colocando este factor como una amenaza para los EE.UU y para la estabilidad de la región. La Ley de Enemigos Extranjeros no es un tema de coser y cantar. Convierte al régimen de Caracas, al Tren de Aragua, carteles de droga en México, Catatumbo et al, en un agente de daño, a los que pone órdenes de búsqueda y captura.

Percepciones y retos en Latinoamérica

La política de Trump hacia la región es percibida como una combinación de pragmatismo y presión. Algunos gobiernos han valorado su postura contra regímenes autoritarios. Otros lo han criticado. La imposición de aranceles y sanciones ha generado tensiones, afectando las relaciones comerciales y diplomáticas.

Un estilo suma-cero lleva a Trump a obtener lo que mínimamente busca exigiendo todo. Va por Panamá y consigue el control del canal. Va por la paz en Ucrania, tierras raras, minerales y letras de cambio y logra un cese al fuego camino a un acuerdo. Pone aranceles a Colombia y pone a Petro a recular, sentándose la con la Directora del Departamento de Seguridad Nacional la gobernadora del Estado de Dakota Kristi Noem, firmando acuerdos de seguridad migratoria, información biométrica y combate contra la trata de personas y crimen organizado-sic-

Va por la transición en Venezuela, declaró un estado de ‘guerra y enemistad’ con el régimen [Ley de Enemigos] y logra repatriación de deportados, retorno de encarcelados americanos y vigilancia. ¿Lograremos la transición?

La reciente imposición de aranceles del 25% a países que compren petróleo venezolano ha sido repudiada por unos, aplaudida por otros y acatada por todos. El arancel indirecto afecta a países que importan gas y petróleo de Venezuela. La India [Reliance] suspendió sus encargos, Repsol desvió tanqueros, Maurel y Prom, baja la Santamaría y la estadounidense Global Oil Terminals, recibió una orden de la Casa Blanca de abandonar operaciones en Venezuela [Bloomberg. Marzo 29/25; Trump revoca permisos a petroleras de EE.UU y extranjeras en Venezuela].

La administración Trump ha revocado licencias que permitían a empresas estadounidenses operar en Venezuela, como la decisión de revisar las licencias de Chevron.

Las deportaciones y el uso de la denominada Ley “Alien Enemies Act” [1798] para deportar a venezolanos sospechosos de actividades delictivas como presuntos miembros de la banda “Tren de Aragua”, han sido otras de las medidas. Decisiones que han generado controversia judicial, en medio de una agenda que goza de una aprobación ascendente del pueblo norteamericano [Trump, más popular que Nunca. La nación va por el camino correcto. New York Post. Marzo 27.2015].

El periódico neoyorquino cita un análisis reciente de CNN del comentarista Harry Enten, que determinó que Trump es más popular hoy que en la misma fecha de su mandato anterior. El analista citando el reciente sondeo Marist, comenta que Trump goza de un respaldo del 45%, de quienes piensan que el país va en el camino correcto. Es el índice más alto obtenido por un Presidente desde 2009, siendo que NBC lo coloca en 44%, el más alto desde 2004. Enten subraya que al momento que Kamala Harris perdió la elección con Trump, solo un 27% de los americanos pensaban que EEUU estaba en la ruta correctaEs importante comprender que la estrategia de Trump hacia Venezuela, por un lado obedece a una agenda de seguridad que Trump ofreció a sus partidarios durante su campaña.

El despliegue de medidas en frontera y a lo interno de EEUU; la búsqueda y captura de criminales, ha sido prioritario. Hay que tener mucha prudencia con aseveraciones o generalizaciones críticas. La eliminación de medias temporales de permanencia migratoria [TPS/Parol] tiene ajustes, pautas y correctivos que aplican a la hora de ordenar deportaciones, como antecedentes criminales en Venezuela o EEUU.

La administración Trump ha dado reconocimiento a líderes opositores. Además ha exigido seguridad y protección para Maria Corina Machado y Edmundo González [a quién reconoce como Presidente electo de Venezuela]. La efectividad a mediano y largo plazo de políticas de aislamiento y vigilancia, está en pleno desarrollo. La permanencia de Maduro en el poder ha generado un éxodo masivo de venezolanos que ha afectado la estabilidad de varios países de la región. La política de Trump es acelerar la posibilidad de una transición democrática en Venezuela que reduciría la crisis migratoria y mejoraría la seguridad en Latinoamérica.

Queda claro que la administración Trump, más Europa, Canadá, Israel, Argentina y muchas democracias solventes del mundo, saben que un cambio de gobierno en Venezuela permitiría una cooperación más efectiva en la lucha contra el crimen organizado y grupos terroristas que cabalgan libremente desde Sinaloa hasta el corredor del Perijá y el caribe.

Enfrentamiento a la injerencia de actores externos

El régimen de Maduro ha contado con el apoyo de potencias como Rusia, China e Irán, que han utilizado a Venezuela como un punto estratégico en la región. La política exterior de la administración de Donald Trump ha generado transformaciones significativas en las relaciones internacionales, especialmente con estos actores clave como Rusia, China, Ucrania y Europa.

Durante su II mandato, Trump ha priorizado la normalización de las relaciones con Rusia, rompiendo con décadas de política exterior estadounidense. Este acercamiento incluye negociaciones directas con el presidente Vladimir Putin para resolver el conflicto en Ucrania, lo que ha generado tensiones con aliados europeos y cuestionamientos sobre la estabilidad en Europa del Este.

La administración Trump ha sido cautelosa con China. Por un lado, implementó medidas económicas agresivas, como el aumento de aranceles y restricciones a inversiones del gigante del lejano oriente, buscando proteger la industria estadounidense y sancionar prácticas comerciales desleales. Por otro lado, intentó compromisos diplomáticos con el presidente Xi Jinping, creando una estrategia que generó incertidumbre e incluso, visiones propositivas sobre la verdadera naturaleza de la relación bilateral.

Trump exigió a Ucrania la devolución con intereses de la ayuda financiera proporcionada desde 2022, condicionando futuras asistencias al control estadounidense sobre recursos naturales ucranianos. Estas demandas generaron preocupaciones sobre su soberanía y autonomía en decisiones internas. En otra dirección, la relación de Trump con Europa ha estado marcada por tensiones comerciales y políticas. Implementó aranceles a productos europeos y cuestionó la contribución de los aliados de la OTAN en gastos de defensa. Estas acciones incentivaron a la Unión Europea [UE] buscar mayor autonomía estratégica, replantear sus gastos de defensa y fortalecer lazos comerciales con otras regiones.

Impacto en Venezuela y Latinoamérica.

Han quedado descalificados por falaces “los análisis” que interpretaron la renovación de la licencia a Chevron [semanas atrás] como una política de reconocimiento a Maduro por interés energético de los EE.UU. La visita de Richard Grenell [enviado de Trump a Caracas] fue vista como un acto de legitimación de Maduro. Rápidamente este argumento se cae habida cuenta de los objetivos de rescate de ciudadanos norteamericanos encarcelados y las declaraciones del propio Garrel.

Las tensiones comerciales entre EE.UU derivada de nuevos aranceles, supone un tablero complejo donde está por definirse el alcance de estas medidas en el mercado laboral norteamericano, el crecimiento económico, la inflación o las amenazas de una recesión. Sin embargo es menester reconocer, la violación del principio de la nación mas favorecida, donde EEEUU no gozaba-en el marco del intercambio comercial de bienes y servicios-de aranceles favorables, proporcionales o recíprocos a las cuotas tarifarias mínimas [cero en muchos casos] con la cual ingresan productos a EE.UU.

La diferencia entre Trump I y Trump II con relación a Venezuela, es que en una primera aproximación, se observó cierta indefinición en la oferta política acompañada de elevadísimas expectativas de desenlace. La consigna, “todas las opciones están sobre la mesa”, fue confusa y sumo-expectante.

Hoy “el juego” no estás cantado. Lo que vemos son decisiones progresivas, duras y firmes, que empiedran la ruta al régimen de Caracas. Imposible no reconocerlo. Y no se descartan alianzas regionales de actores como Brasil y Colombia, quiénes han estado encarcelados con el régimen. La visita de Kristi Noem habla más que cualquier declaración.

Trump cierra el grifo en Venezuela, pone barreras a Canadá y México, se desmarca de China, disciplina la OTAN, cierra sus fronteras, y le declara la guerra al crimen organizado. Esta es la agenda que los estadounidenses aprueban en un 45%.

Calificar o descalificar la administración Trump sobre la base de una variable Venezolana sería una análisis incompleto, inevitablemente sesgado e incluso peligroso e inconveniente a los intereses de entrambos. El análisis de conveniencias propias es natural, pero no podemos dejar de valorar qué intereses tiene EEUU que inciden o coinciden con los nuestros.

Somos solidarios con nuestros compatriotas de cara al impacto de las medidas migratorias de la administración Trump. Pero en ese proceso solidario seamos muy cuidadosos con nuestras angustias y emociones. Lo indicado es colaborar positivamente, aportando orientación, educación, integración, lobby y apoyo técnico, para que sea la justicia, el orden y la ley quienes finalmente decantan. El que no la debe no la teme.

El cierre de grifos está generando un efecto muy importante no sólo en Venezuela, sino en Cuba y el resto del continente. Desafíos históricos que demandan otra visión, otras políticas, otro carácter.

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Orlando Viera Blanco

@ovierablanco 
 

 

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