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Venezuela, de lo ficticio a lo correcto

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Venezuela, de lo ficticio a lo correcto

 

Italia | Tres escenarios para desbancar al Narco Madurismo intentan colonizar el debate político. Uno la intervención ficticia, dos las elecciones ficticias y tres el gobierno interino, calificado por el régimen madurista de ficticio. Obviamente no comulgo con esta colonización de laboratorio diseñada por el castro comunismo cubano; no tengo dudas de su utilidad al servicio de la organización criminal que nos ocupa al inocularnos la desesperanza inducida.

 

 

Es así como llegamos a la presentación de la “intervención ficticia” que sin duda refleja los niveles de atraso histórico a los que nos indujo Chavez en la demarcación de su ruta de resentimientos, odios y militarismo caudillescos absurdos al punto que parecieramos ver a José Tomás Boves como el primer caudillo chavista que anduvo por nuestros predios y recordar cómo Bolívar tuvo que recurrir entonces a la “Legión Britanica”.

 

 

Chavez hizo de Venezuela un territorio ocupado. Tema que ya abordamos en notas anteriores.

 

No descarto la utilidad de la intervención como instrumento en el marco estratégico, pero desestimo la instrumentación de la propuesta al contextualizarla en un debate dentro de la AN, con la supuesta aprobación del artículo 187 numeral 11 o el TIAR. El planteamiento es tácticamente incorrecto, si valoramos que en el cuerpo colegiado no goza de consenso, único poder legítimo para propios, extraños y aliados; y termina convirtiendo a la idea en una derrota cantada en la plenaria con consecuencias irremediables. Aparte, en el supuesto negado de ser aprobada, no es garantía de “intervención”, mientras que al ser desaprobada se convierte en un obstáculo para su eventual ejecución por parte de nuestros aliados, justamente porque es la decisión colegiada del único poder legítimo existente. Eso coloca a esa idea, en el plató escenográfico, como ficticia.

 

 

Luego tenemos las elecciones ficticias. Todos estamos claros en que el proceso “electoral” en cuestión es un fraude. De modo que participar es una vulgar claudicación ante el Narco Madurismo cuyo único propósito es sacar del juego a la AN, dinamitar lo avanzado con el reconocido gobierno interino y descabezar a su interlocutor más calificado, Juan Guaidó como Presidente interino. Esto se ejecuta, no para beneficiar al país, sino para allanar el camino de egolatrías mezquinas con despropósitos históricos y devolvernos al punto cero.

 

 

Finalmente el escenario real es el Gobierno interino legitimado por la AN, es el reconocimiento de 59 naciones libres del mundo y significa él desconocimiento de Maduro. Esto se traduce en persecución, búsqueda y captura por crímenes de lesa humanidad a los capos del régimen con precio a sus cabezas, sanciones a sus colaboradores más cercanos, el resguardo del patrimonio en oro de la República en manos del poder legítimamente constituido. Hemos avanzado tanto que el único capítulo productivo de PDVSA, que es CITGO, se encuentra a buen resguardo. Así como Monomeros del Caribe, CVG internacional y poder usar los bienes y capital incautado a los saqueadores en honrar a los héroes de la salud. Hemos avanzado. Ah ¿que no es suficiente? Cierto. Por eso hay que continuar en el camino correcto. Debemos fortalecer la ruta correcta, la legitimidad tiene que ser ratificada. El método es la continuidad constitucional de la legítima AN amparada por el artículo 333 de la constitución. Que ella trascienda y mute de Gobierno interino al de emergencia nacional. El oportunismo de las ficciones anteriormente expuestas son despropósitos que nos conducen a calles ciegas vendidas por el régimen y adquiridas por sus usuarios con vocación suicida. Ficciones que fueron puestas en el escenario con el propósito de estimularle las aspiraciones a quienes ven la política con criterios de marketing propagandístico y no como herramienta para lograr el objetivo superior.

 

 

Son momentos de sensatez, de consolidar la ruta correcta sin atajos. Es hora de pensar en Venezuela y no en “¿cómo quedo yo ahí?”. Esa es la diferencia entre la intervención ficticia, las elecciones fraudulentas y por ende ficticias y el realismo complejo de la ruta para consolidar el Gobierno de Emergencia Nacional; que no es tarea mágica.

 

 

Américo De Grazia

 

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