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Un tema cotidiano

“Pareciera un lugar común hablar sobre la cordialidad del venezolano, su alegría desbordada, su zalamería y su ya trillada manera para hacerse de amigos en un dos por tres. Pero poco se dice sobre ese otro rostro donde anidan las bajas pasiones, las emociones que desde un tiempo para acá salen y se materializan en escalofriantes realidades y se traducen en cifras rojas, donde heridos, mutilados y muertos se cuentan por decenas, por cientos y miles.

 

Quedamos también los sobrevivientes. Nosotros los mutilados, los ciegos, los sordos y mudos de tanta pasión desbordada. De tanta maldad que desnuda la piel y la expone a la intemperie, donde solo hay llanto de quienes viven la experiencia del familiar asesinado, del amigo que sobrevivió al asalto, al robo, pero quedó mutilado, minusválido para transitar en una sociedad de lobos, de “sálvese quien pueda”. Y también el llanto contenido de tanta impotencia, de ver cómo se van aquellos niños inocentes, jóvenes promesas y ancianos desvalidos, todos indefensos frente a la barbarie de una sociedad sangrienta, dura, irreverente y mal acostumbrada a la violencia y la maldad: Material y espiritual, física y verbal.” Juan Guerrero, Opinión, diario El Universal 11 de julio de 2013.

 

Tenemos Patria

Ni los psiquiatras más avezados pueden hoy explicar con claridad cuáles la razón por la cual Venezuela se ha convertido en un país de miserables que violan niños y mujeres, atracan a mano armada para robar un celular, secuestran con saña y si no llega a tiempo el dinero del rescate descuartizan a la víctima. En los cárceles los pranes, jóvenes que no llegan a los 25 años, se imponen con sus reglas que acepta la mayor parte del personal detenido y allí escoge siempre lo que se acomode mejor a su vida, porque la saben frágil, porque entienden que la justicia no llega a tiempo y si llega, los espera un destino cruel que los regresa al punto de partida. Todos han sido lastimados en su infancia, pertenecen a familias marginadas en donde la madre es el único consuelo.

 

Así es la existencia de estos seres que casi nunca pueden resolver la tragedia que los envuelve y cada vez que se enciende la protesta en las cárceles caen siempre los menos beneficiados y así sigue rodando la rueda del infortunio que pareciera no tener vía de salida. El común de la gente los mira con horror y sienten que merecen lo que viven, pero experiencias de otros países han comprobado que dentro de aquel submundo hay manera de rescatar conciencias, aquí no, porque quienes manejan el asunto han demostrado no tener a mano la llave que pueda servir para abrir la puerta de la esperanza.

 

La Patria segura

Desde luego que en el pasado se contaban las mismas historias de manera esporádica, pero ahora ocurren cada hora, cada minuto, cada segundo. Hoy el desborde es tal que algunos policías matan por error como ocurrió en Morón con una madre y su hija, recibiendo la familia disculpas y afirmando el Gobierno que esa policía abusadora no pertenecía al grupo de la Patria Segura. Y es que el Gobierno ha resuelto dividir a los funcionarios en los que trabajan para “la patria segura” y aquellos que salen a los operativos a cumplir con la patria mala, con la patria asaltante y vengativa. Sabemos que el contrabando de gasolina es desde hace varias décadas la peligrosa vía del sustento de miles de familias en las fronteras y que nadie ha estudiado la manera de terminar con este delito altamente peligroso para la salud de quienes comercian con este líquido e involucran en el “negocio” a sus niños. Lo han dejado crecer, nadie se ha ocupado de buscar soluciones, diferentes a las violentas.

 

Hace pocos días en un operativo contra el contrabando de gasolina en la población de Orope, municipio García de Hevia en el Estado Táchira, un testigo presencial contó a la reportera Lorena Evelyn Arráiz del diario El Universal, que medio centenar de uniformados acorralaron a 18 personas entre adultos y menores: “ Les arrojaron gasolina con todo y ropa, les metieron y sacaron la cabeza en los tobos, los tiraron al piso y les seguían echando gasolina, luego los militares se les echaron encima y brincaron”.

 

Es el relato textual y escalofriante de un testigo. Los protagonistas de tal descalabro, fueron trasladados hasta el fuente Morotuto y “allí los maniataron, pero cuando se enteraron que uno de ellos, Reny Suárez, de 24 años, había fallecido por quemaduras graves e ingesta de gasolina, cambiaron la actitud,los bañaron y les dieron una muda de ropa nueva”. El asunto no quedó así porque el pueblo se alzó quemó cauchos y pidió justicia para los culpables de la muerte de Suárez. Hay 8 adultos detenidos y seis menores. El delito: Depósito clandestino de gasolina. Yo preguntó si ese es el comportamiento de los uniformados en un operativo que a buen seguro , ellos , los uniformados, también sufrieron lesiones .

 

La patria socialista

Todo este comportamiento de miembros de las Fuerza Armadas Socialistas, nos debe llamar a la reflexión después que Maduro nos hizo saber desde un acto de graduación de nuevos cadetes que está listo a formar una especie de Estado Militar para el que cuenta con científicos, artistas, intelectuales y dinero a manos llenas. No se trata de una milicia para ingresar a la PATRIA SEGURA que nos dará paz y felicidad, sino a un Estado Castrista en el cual marcharemos al son que ellos nos toquen, con la censura suficiente para que nadie se entere de los sucesos del día ni de los cadáveres que son ingresados diariamente a las morgues, víctimas de la violencia.

 

Como en la Alemania de El Führer.

 

Por Mariahé Pabón

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