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¿Seguiremos copiando el modelo opositor cubano?

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¿Seguiremos copiando el modelo opositor cubano?

 

 

Ayer una amiga me envió un material relacionado con el “Gobierno Constitucional de Cuba en el Exilio” (GCC). Confieso que fue una sorpresa porque no sabía que dicho gobierno existía, aunque mitiga mi ignorancia la circunstancia de que el mismo no es muy conocido ni en Miami, donde tiene su sede y a pesar de que allí vive prácticamente todo el exilio cubano. Se instauró en 1995, hace 23 años y su instalación llenó de alegría y esperanzas al pueblo cubano fuera y dentro de la isla, quienes henchidos de optimismo depositaron en dicho Gobierno su confianza de que Cuba se convertiría en un país libre y soberano, en una democracia donde se respetarían los derechos humanos.

 

 

 

 

El GCC ha tenido tres Presidentes con equipo ministerial, viceministros y asesores, es decir, con todo lo que requiere el poder ejecutivo para funcionar. El primer presidente fue el Dr. Morell Romero, a su muerte lo sucedió el Dr. Claudio Benedi Beruff, quien renunció por motivos de salud, siendo sustituido por el Dr. Rodolfo Nodal y Tarafa, fallecido recientemente, todos abogados de reconocida trayectoria, gran solvencia moral y profundamente anticomunistas. Los tres trabajaron en lo siguiente:

 

 

 

1.- Constituyeron Gobiernos (Juntas) de Transición con el fin de, una vez caída la dictadura castrista, asumir el poder y llevar a Cuba a elecciones para el retorno de la democracia y la libertad.

 

 

2.- Denunciaron ante la OEA, ONU y ante la CIDH la violación de los Derechos Humanos en Cuba por parte de la tiranía castrista, sus crímenes, torturas, asesinatos, encarcelamiento y opresión cometidos contra la disidencia. Sus esfuerzos lograron que dicha Comisión condenara en varias oportunidades al régimen comunista cubano como violador de DDHH.

 

 

 

3.- En nombre y representación del pueblo cubano, establecieron contacto con diferentes gobiernos democráticos y organismos multilaterales con el fin de lograr el reconocimiento oficial del Gobierno Constitucional de Cuba en el exilio.

 

 

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Sin embargo, pasados 23 años de su fundación, el Gobierno Constitucional de Cuba en el Exilio lo único que ha logrado es la condena de la dictadura comunista en la CIDH por la flagrante y reiterada violación de los DDHH en Cuba. La institucionalidad la sigue poseyendo la tiranía cubana y es a sus representantes asesinos, narcoterroristas y corruptos a quienes hasta hoy, la comunidad internacional reconoce y con quienes se entienden en sus relaciones políticas, institucionales y comerciales.

 

 

 

Expuesto lo anterior, retomo el título de esta nota “¿Seguiremos copiando el modelo opositor cubano?”, porque es obvio el paralelismo, por no decir la copia al carbón, entre la estrategia que la oposición venezolana ha ejecutado y la realizada por la oposición cubana, incluyendo sus resultados, aun cuando no tenemos un “Gobierno Constitucional de Venezuela en el Exilio (GCVE)” -ya ha sido propuesto-, sino un “TSJ legítimo en el Exilio”, instaurado con la misma precariedad jurídica e institucional que el GCC.

 

 

 

 

Como abogada, en varias oportunidades he manifestado mi desacuerdo con la creación del “TSJ legítimo en el exilio”. Considero que se trata de un dislate jurídico, de una desatinada táctica de la oposición y todo el tema del enjuiciamiento de Nicolás Maduro refuerza mi opinión, mas aún cuando ha sido dirigido por Luisa Ortega Díaz, una reconocida chavista, conspicua violadora de los DDHH en Venezuela, quien cumpliendo órdenes de Chávez y Maduro, persiguió a la disidencia y acusó penalmente a todos los presos políticos y exiliados, incluso antes de ser Fiscal General de la Dictadura de Hugo Chávez, primero y de Nicolás Maduro posteriormente.

 

 

 

 

Es menester recordar que la Asamblea Nacional no designó un Tribunal Supremo de Justicia, menos aún en el exilio, sino a 13 Magistrados y 20 suplentes, quienes, a causa de la persecución política de la dictadura y del abandono de la Asamblea Nacional, tuvieron que salir del país. Una vez exiliados, un día decidieron erigirse en el “TSJ legítimo en el exilio”, con muchos Magistrados pero sin sede, sin presupuesto y peor aun, sin ninguna base legal, siendo su único argumento que la situación en Venezuela era inédita y su decisión también.

 

 

 

 

Al igual que en el caso del GCC, la instauración del TSJ legítimo en el exilio ha llenado de esperanza y optimismo a los venezolanos. Conmueve oír al pueblo decir: “ya Interpol va a poner preso a Maduro”; “chamo ahora sí, el TSJ legítimo sacó a ese hijo de p…”; “pana ya vamos a poder regresar”, etc., etc., y es conmovedor porque hasta los mismos Magistrados saben que no existe la posibilidad de que ninguna de las sentencias que dicten sean acatadas por nadie dentro y/o fuera de Venezuela, por lo que al final, todo se traduce en una nueva burla de la oposición para con los venezolanos.

 

 

 

Dicha imposibilidad deriva del hecho cierto de que la dictadura de Maduro, al igual que la cubana, continúa ostentando la institucionalidad. No es con el Dr. Miguel Martín, Presidente del “TSJ legítimo en el exilio” con quien mantienen relaciones judiciales y académicas los distintos Tribunales Supremos o Cortes Constitucionales de los demás países, es con Maikel Moreno, Presidente del TSJ de la Dictadura y el ejemplo más reciente es la XIX Edición de la Cumbre de Juridicidad Iberoamericana, a la cual fue invitado y asistió en representación de Venezuela, Miguel Martín no fue invitado y así sucede con todas los órganos que integran la estructura del Estado venezolano.

 

 

 

Por último, al igual que el GCC, el TSJ legítimo en el exilio, tampoco ha logrado el reconocimiento de los gobiernos democráticos del mundo ni de los organismos internacionales. Es cierto que lo ha reconocido el parlamento colombiano pero no el gobierno colombiano, también es cierto que ha sido reconocido por muchas personalidades e incluso varios ex Presidentes democráticos pero ningún Presidente en ejercicio lo ha reconocido. Igualmente ha sido reconocido por el Dr. Luis Almagro, Secretario General de la OEA, pero no por la OEA, ni la ONU ni ningún otro organismo multilateral, repito, el mismo caso que el Gobierno cubano en el exilio.

 

 

 

Los venezolanos al igual que los cubanos, hemos constituido Juntas de Transición, pero aún no hay un sólo programa para salir de la dictadura y también hemos conseguido la condena de la dictadura comunista por parte de la OEA y de la Comisión Interamericana por la reiterada y perversa violación de nuestros derechos humanos, así como unas sanciones económicas que podríamos asimilar al bloqueo cubano, pero el reconocimiento de una institucionalidad democrática, soberana e independiente fuera del territorio de ambos países no se ha logrado y sin ánimo de desesperanzar a nadie, estoy convencida que no se logrará.

 

 

Venezuela no es Cuba pero en materia de tácticas anti dictadura “se parece igualita”, por eso pregunto:

 

 

 

¿Obtendremos resultados distintos a los de la oposición cubana haciendo lo mismo que esta ha hecho por casi 60 años? La respuesta es obvia: NO

 

 

 

 

María Viloria

 

 

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