Lo lógico es que en un país, que tenga «aire» de país, uno pueda expresarse sin temor
Parece que el juego que está de moda en la política venezolana es el de grabar (ilegalmente) a voceros, líderes o pesos pesados de ambos bandos, para luego presentar esas grabaciones ante la opinión pública nacional. Eso lo que me lleva a pensar es que tanto el Gobierno como la oposición están desesperados y necesitan desequilibrar la balanza urgentemente.
Debe ser difícil para un ministro o para un miembro de la Mesa de la Unidad tener la amenaza constante de que todo lo que diga puede ser grabado y luego expuesto. Yo, bajo esa presión, no hablaría con nadie de nada importante: «¿Qué pienso del Gobierno? Yo creo que en el fondo Diosa Canales es un tipa inteligente». Así serían mis respuestas ante preguntas comprometedoras.
Creo que la política en Venezuela se ha ensuciado a tal punto de que todo lo que digas podrá ser usado en tu contra en una corte, en este caso el juicio sería por TV y no haría falta ni juez ni jurado ni abogados. Sería tremendo reality show si a alguien se le ocurre adaptar la idea. Políticos al descubierto, algo como Infieles, pero con más morbo y violencia.
La última ¿víctima?, de este estilo de espionaje, fue María Corina Machado, a quien grabaron en una conversación informal con Germán Carrera Damas. Sus opiniones son sus opiniones y, particularmente, no creo que sorprendan a nadie. La diputada manifestó que no la van a callar, pero creo que ahora se comprará algún aparato que detecte micrófonos ocultos antes de hablar con alguien.
Si yo fuera político estaría aterrado hasta de ir al baño o de hablar solo. Lo lógico es que en un país, que tenga «aire» de país, uno pueda expresarse sin temor a ningún tipo de represalia o exposición al escarnio público. Pero, bueno, Venezuela es diferente. Venezuela es Venezuela.
andyfsg@hotmail.com @andy_schmucke
Andrés Schmucke
