El mentoring es un proceso de acompañamiento de largo plazo, que parte de la creación de una relación de confianza, en la cual, el mentor contribuye para que el mentee reflexione sobre sí mismo, sus experiencias profesionales o personales, hitos fundamentales, transiciones y decisiones, sobre temas de cualquier naturaleza.
Es una relación horizontal, donde el mentor hace preguntas, procurando el desarrollo del pensamiento del mentee, pero al mismo tiempo, ambos se benefician de dichas conversaciones, cuyo resultado es un aprendizaje conjunto sobre nuevas miradas, nuevos enfoques, nuevas reflexiones, que los nutren y alimentan a ambos. El rol del mentor no es ofrecer solución a ningún problema, el objetivo es que el mentee encuentre el mismo nuevas alternativas, salvo que se trate del tipo de mentoring donde hay transferencia de conocimientos.
En una sesión de mentoring en general no hay consejos, no hay feedback, el mentor desafía la estructura y calidad de pensamiento del mente, para que la amplíe y expanda, forzándole a que salga de su zona de confort, y sea capaz de descubrir opciones distintas y lograr un horizonte de reflexión más amplio; para ello, es fundamental haber creado el debido “rapport”, generar un clima de libertad y apertura, tener escucha activa, interés en el mentee, y permitir que la conversación fluya, mostrando diversas perspectivas, sin apuro, respetando el ritmo del otro. Cada sesión puede tener una duración entre 1.30 ó 2.00 hrs.. y al final se hace un intercambio de aprendizajes, donde tanto mentee como mentor comentan que se lleva cada uno de la sesión.
El Mentoring de Desarrollo es utilizado en las empresas para diversos fines, como por ejemplo retención del mejor recurso, o transferencia de conocimientos y experiencias, aunque su uso se ha generalizado en otros ámbitos: negocios, militar, educación deportes, salud, comunidad, etc.; el éxito del proceso consistirá en que el mentor contribuya a que el mentee sea capaz de ayudarse a sí mismo, pero requerirá de apoyo, tanto del mentor como de la empresa o su grupo cercano (supervisor, compañeros, familia), para lograr que los cambios obtenidos se conviertan en bases sólidas y se puedan sostenerse en el tiempo.
El mentoring de Desarrollo denominado propiamente de esta manera, es el que más se aplica en las organizaciones, para contribuir en los procesos de desarrollo profesional individual y colectivo, también es utilizado para el manejo del adecuado conflicto generacional que hoy día conviven en las empresas, y uno de sus principales beneficios y contribución implica aprender a pensar distinto, y en consecuencia, a actuar distinto.
En estos tiempos de pandemia el Mentoring de Desarrollo es fundamental, porque las organizaciones han vivido procesos de aprendizaje acelerado a todo nivel. Se exige una nueva manera de hacer empresa, un nuevo estilo de liderazgo, un nuevo estilo supervisorio, una nueva forma de comunicación, y de coordinación de acciones, para lograr mejores resultados. Muchos de estos roles deben ser desempeñados “on line”, poniendo en evidencia la necesidad de una mayor capacitación en el manejo de las nuevas tecnologías, frente a la realidad económica de algunos sectores deprimidos, donde frecuentemente escuchamos “no hay presupuesto”.
Una de las mejores opciones de las que puede disponerse en estos casos, es la formación de Mentores Internos, para que acompañen estos procesos de cambio, sin olvidar el uso del “reverse mentoring”, que consiste en que los procesos sean conducido por mentores más jóvenes que el mentee, quienes frecuentemente también ocupan cargos de menor nivel que el mentee, pero disponen de mayores habilidades y conocimientos tecnológicos, de gran necesidad en estos tiempos, y además de conocimiento pueden mostrar realidades los distintos niveles en las organizaciones, que en los niveles superiores no se perciben, y por múltiples razones sería de gran beneficio para la empresa conocerlas.
Adela Romero Barboza
