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¿Llegaremos a las elecciones?

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¿Llegaremos a las elecciones?

Constitucionalmente están previstas para este año elecciones parlamentarias en Venezuela.

 

Vamos al grano.

 

¿Por qué NO llegaremos a las elecciones?

 

1. Venezuela no vive una crisis económica. Venezuela lo que vive es una catástrofe económica, política y social de incalculables dimensiones, con un quiebre de prácticamente todas sus instituciones democráticas. Pocas naciones han llegado al extremo donde nos encontramos nosotros. El régimen venezolano se quedó sin dinero. Los bolívares los andan imprimiendo aceleradamente sin respaldo alguno. Los ingresos en dólares se redujeron a menos de la mitad de años anteriores. El resto se lo robaron. El gobierno no tiene disponibilidad de divisas para responder a sus compromisos.

 

2. Mientras pasa el tiempo, la situación en Venezuela se deteriora en forma geométrica. Escasez, inflación e inseguridad están llegando a niveles sin precedentes en nuestra historia. La gente está perdiendo la paciencia. Según el último estudio de Datanalisis (Junio 2015), 84,3% de los encuestados opina que la situación del país es mala o muy mala. Empeoró 5 puntos porcentuales desde la medición previa (Marzo 2015) lo cual es alarmante. El régimen venezolano no cuenta con los individuos necesarios para afrontar esta situación. Reciclan ministros y funcionarios. Su incompetencia e incapacidad la demuestran en cada actuación.

 

3. No existe una decisión acertada sobre los problemas de fondo. Le endosan todas las culpas a otros. Las pocas medidas que implementan son pañitos calientes que atacan las consecuencias, no las causas. Las medidas indispensables no se toman. Ni se tomarán. Nuevamente, según Datanalisis Junio 2015, un 71% de los entrevistados dice que las medidas tomadas por el Gobierno en materia de economía empeoran su situación económica actual. Ello incluye más de un 25% de chavistas y más de un 82% de ‘ni-nis’. La atrasada ideología socialista-comunista que los guía los tiene atados. Son prisioneros de un pensamiento político fracasado, superado hace décadas en el 95% de los países del mundo.

 

4. El sector militar observa. Es verdad que una cierta cantidad de oficiales se han beneficiado de la corrupción estimulada durante estos 16 años de régimen. También es cierto que muchos oficiales ven todo este panorama con asco y preocupación. La pregunta es hasta dónde están dispuestos a seguir avalando la inmundicia gobernante. En escenarios como este, una acción militar nunca se puede descartar.

 

5. El régimen ya no cuenta con el favor de la mayoría de la población. Sus niveles de aprobación se mueven entre el 18 y el 24%. ¿A cuánto se reducirán estas cifras de aquí a unas elecciones? ¿Se puede sostener un gobierno con un apoyo tan débil?

 

6. Se habla de elecciones, pero a escasos 6 meses de finalizar el año… ¡no tenemos ni siquiera una fecha cierta de elecciones! En las precarias condiciones en las que se encuentra el régimen, este podría pensar en suspenderlas o posponerlas, violando descaradamente – una vez más – la Constitución Nacional.

 

¿Por qué SI llegaremos a las elecciones?

 

1. Los venezolanos mayoritariamente deseamos paz. Eso lo indican las respuestas que se obtienen en encuestas a través de una serie de preguntas directas e indirectas. La gente no quiere violencia. Por eso, incluyendo el miedo, en las colas de los supermercados no se ven mayores protestas. La mayoría de la gente ve en las elecciones una salida pacífica a la actual situación. Una oportunidad para expresar su inmenso descontento con la situación actual. Un «te espero en la bajadita». En paz.

 

2. Sólo una pequeña porción de extremistas, algunos ubicados en Venezuela pero muchos escribiendo cómodamente desde sus computadoras en el exterior, incitan a una salida no electoral. Es una minoría que pretende que una población indefensa se enfrente a un régimen que posee armas, municiones, tanques, aviones, efectivos militares, y que no tiene el menor escrúpulo para reprimir y atacar con todo lo que se le ocurra para defender el poder que, por ahora, detenta.

 

3. La posibilidad de un estallido social existe. Por menos del 10% de lo que estamos viviendo hoy, se desataron los hechos de Febrero del 89. Una situación como esta, en las circunstancias actuales, tendría consecuencias mucho más graves que en aquél momento. El pueblo venezolano recuerda esos sucesos. Quienes no lo vivieron en carne propia – estamos hablando de 26 años atrás – conocen, por referencias, los terribles acontecimientos. Hay miedo en la población. Especialmente en aquella que pertenece a los estratos socioeconómicos menos favorecidos, porque sabe que, al final del día, ellos pondrían la mayoría de las víctimas.

 

4. La atención internacional está puesta sobre Venezuela. El escrutinio es diario. El país se convirtió en tema permanente en todos los foros internacionales. El deseo de participación de muchos países para que el caso venezolano se resuelva por la vía electoral en paz es creciente. El régimen venezolano tiene cada vez menos margen de maniobra para sus conocidas trampas y maromas anticonstitucionales. La presión internacional apuesta a las elecciones.

 

5. Aunque la situación socioeconómica en Venezuela se torna cada vez más desesperante, todos los actores no gubernamentales (partidos políticos, gremios de empresarios, sindicatos, iglesia, organizaciones no gubernamentales) presionan por una salida electoral. Hacen y harán lo imposible para que los inmensos problemas que aquejan a la población no se conviertan en el peor enemigo de unas elecciones. Varios de ellos están dispuestos a sentarse con el gobierno para buscar soluciones, así sean unas pocas que permitan llegar a las elecciones.

 

6. La celebración de elecciones parlamentarias para este año está claramente establecida en la Constitución venezolana. A principio de Enero de 2016, un nuevo Parlamento debe asumir sus funciones. La Constitución ha sido violada mil y una veces por este régimen. Pero hay violaciones y violaciones. El decidir suspender o posponer unas elecciones parlamentarias en un país no es poca cosa frente a la comunidad nacional y, especialmente, la internacional. Sería un acto de gravísimas consecuencias para el régimen. Su sostenibilidad a futuro estaría seriamente comprometida.

 

 

¿Qué opina Ud? Combine como quiera los factores anteriores y saque Usted sus propias conclusiones.

 

Bernardo Horande

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