Las disidencias en las FARC
diciembre 22, 2016 4:59 pm

 

 

Las recientes deserciones recuerdan mucho el fracaso de la desmovilización paramilitar

 

 

Hace algunos días las FARC emitieron un comunicado en el cual apartaban de sus filas a cinco mandos medios, entre Jhon 40 y Gentil Duarte. El primero es uno de los más poderosos en la época del Mono Jojoy, pero desde 2012 había caído en desgracia. El segundo, Gentil Duarte, tuve la oportunidad de conocerlo en La Habana en uno de los múltiples viajes que hice. Era miembro del Estado Mayor del Bloque Oriental, un hombre de importancia para la guerrilla.

 

 

 
Estas cinco disidencias se suman a los cerca de 60 hombres que habían desertado hace poco más de tres meses y que pertenecían al Frente Primero. Los números de las disidencias están dentro de los esperados en cualquier proceso de paz, pero lo que preocupa es que los cinco guerrilleros eran mandos importantes. Estas disidencias recuerdan mucho el fracaso de la desmovilización paramilitar. De hecho, una buena cantidad de mandos medios paras fueron los que reincidieron y llevaron al surgimiento de las denominadas Bandas Criminales. 89 jefes de primera y segunda línea reincidieron a solo días de haberse desmovilizado. El jefe paramilitar Ernesto Báez en una carta el entonces comisionado de paz Luis Carlos Restrepo le decía:

 

 

 
“En fin, en medio de este panorama de equivocaciones tampoco podría sustraerse usted a sus propias equivocaciones entre las cuales brilla, por su inexactitud, aquella de afirmar en su entrevista que el paramilitarismo se había desmontado y que sus jefes están en la cárcel. Al respecto me veo forzado a recordarle que de los 40 grandes jefes que usted conoció dentro de la cúpula federada de las AUC, 19 están detenidos, esto indica que más del cincuenta por ciento de estos altos mandos, gozan de libre albedrío, entre ellos el cofundador histórico de las AUC. En igual condición están más de 500 segundos comandantes y cerca de mil mandos medios”.

 

 

 

Ahora que se da un campanazo de alerta con los mandos de las FARC se comienzan a encontrar las razones de estas disidencias. Se pueden establecer cuatro. En primer lugar, desde el 2 de octubre, después de los resultados del plebiscito, el país entró en un limbo jurídico y político que trajo fuertes dudas sobre la viabilidad del proceso a los miembros de las FARC, muchos de ellos creían que en cualquier momento los podían capturar en los sitios de pre-concentración y además que los podían extraditar. El propio Gentil Duarte decía: “Yo tengo muchas liebres encima y ellos nos van a traicionar”.

 

 

 

En segundo lugar, el punto de reincorporación económica en La Habana fue mal negociado. Se pactaron sueldos de 620.000 pesos, cerca de 280 dólares por mes, a cada guerrillero y proyectos productivos hasta por ocho millones de pesos, por una sola vez. En sentido estricto esto está bien para la base de las FARC pero no para los mandos medios. Mandos que manejaban miles de dólares al mes, que tenían a su cargo centenares de guerrilleros y que tenían poder ante la comunidad. Según la negociación, estos mandos cambian todo esto por ir a trabajar la tierra por 280 dólares. Es algo absurdo.

 

 

 

La tercera razón es que, efectivamente, en algunas zonas del país estructuras criminales están ofreciendo recursos económicos a guerrilleros de las FARC para que deserten y comiencen a trabajar con ellos. Esto principalmente se vive en el Pacífico colombiano. Una última razón que ha llevado a la disidencia es que existen una serie de instigadores, que van a los campamentos de las FARC y les dicen a los guerrilleros: “Ustedes traicionaron los principios de Manuel Marulanda”, “ustedes traicionaron los sueños de Bolívar”. Es decir, militantes urbanos de izquierda que apoyan el levantamiento de armas, pero que nunca fueron capaces de ingresar a una guerrilla.

 

 

 

Estos cuatro factores se mezclan en los territorios. No se trata de que los mandos de las FARC solo busquen plata o que estén intentando apoderarse de los cultivos de coca, la realidad es más compleja. Son los dos primeros factores los más preocupantes y los que motivaron las disidencias. En la medida que los acuerdos de La Habana no se pueden tocar, se debe buscar a la comunidad internacional para que financie un programa especial de reincorporación a los mandos medios. De no ser así el camino será difícil.

 

 

 

 

Ariel Avila