Las alas de Twitter
marzo 26, 2013 7:19 am

La gaviota que se posó en la chimenea de la Capilla Sixtina horas antes del anuncio de la elección del Papa Francisco, por unos instantes pasó a ser el ave más famosa del mundo. Pero la fumata blanca acabó por centrar el interés en el balcón de la Plaza de San Pedro y otro pájaro, de color azul y símbolo de Twitter, recuperó su preeminencia como el ave más influyente y célebre del planeta.

 

Este mes se cumple el séptimo aniversario del primer tuit que se puso en órbita en el espacio cibernético desde unas oficinas en San Francisco. Aquel primer mensaje de 140 caracteres fue de Jack Dorsey, uno de los fundadores de Twitter, y desde entonces este microblogging se ha impuesto como el rey de las redes sociales. A diferencia de Facebook, que es más el patio de vecindad donde se asoman los usuarios para estar al tanto de la vida de los otros, la brevedad a la que están obligados los tuiteros se presta a la divulgación de comentarios precisos sobre la actualidad.

 

Gracias a Twitter en muchas ocasiones se conocen noticias de última hora o se siguen acontecimientos en desarrollo. Así fue cómo se pudo seguir el estallido de la “primavera árabe” en la plaza Tahrir en El Cairo. O los pasos que siguió la bloguera cubana Yoani Sánchez tras recibir la visa que le permitiría viajar al extranjero. O sencillamente se suceden los tuits en una noche como la de los Oscar que se adelantan a las crónicas del día siguiente.

 

Twitter es una criatura viva que nunca descansa y entrelaza unos diálogos con otros en un constante piar, conformando una suerte de periodismo ciudadano, que si bien puede adolecer del rigor de la comprobación, tiene el valor que proporciona la inmediatez de lo que está sucediendo. Basta con asomarse en las noches a este espacio para hallar a los tuiteros insomnes y que hacen guardia, siguiendo de cerca temas de interés que pueden tardar en aparecer en las webs de los grandes diarios. A fin de cuentas el periódico español El País se enteró por un tuit de un usuario de que la foto que había publicado de Hugo Chávez era, en verdad, una vieja imagen de un paciente intubado en México y no la del fallecido gobernante venezolano.

 

No tuvo Twitter una acogida instantánea como el entusiasmo que provocó en su día Facebook, con su intercambio de fotos y la posibilidad de recuperar viejos afectos que se han perdido en el laberinto del tiempo. Más bien los tuits forjan nuevas alianzas o propician debates entre tribus de tuiteros que intercambian informaciones. Del tuit puede surgir el retuit, los hashtags y hasta enemigos virtuales, los temidos trolls, que desatan actos de repudio (eso sí, limitados a 140 caracteres) con la intención de desplumar a alguien en particular. En la actualidad se emiten unos 400 millones de tuits diarios.

 

Tanto vuelo ha alcanzado Twitter desde que lo conocimos hace siete años, que hasta la gaviota del Vaticano que sorprendió a todos tuvo su propio avatar antes de que se reactivara @pontifex, que es la cuenta papal que comenzó Benedicto XVI y que ha heredado Francisco. Hace siete años fue el primer tuit. #FelizAniversario.

 

Fuente: Nuevo Herald

Por Gina Montaner