Cuando irrumpieron voces de protesta en Túnez, Libia y Egipto, de inmediato aparecieron en plan «Stars» los eternos sabihondos, esos que se lanzan a opinar y pontificar de todo y más desde su infinita audacia, prepotencia y bastante ignorancia. Rápidamente acuñaron un calificativo bien alejado por cierto de la violencia y el odio que sacudía a esos países: «primavera árabe». En Europa y América se hizo un cliché y sobraron las peroratas donde se aseguraba que la democracia se imponía en ese mundo islámico violento, rencoroso y profundamente cruel.

Frente a los horrores en Libia, la violencia en Túnez, el encono en Egipto y ahora esta masacre brutal en Siria, donde han muertos más árabes que en todas las guerras que ellos han emprendido contra el Estado de Israel, no he podido dejar de recordar lo dicho por la gran Golda Meir. Ella, visionaria expresó: «la paz en este lado del mundo (Oriente próximo) no vendrá hasta cuando los árabes amen más a sus hijos que lo que odian a los judíos».

Y allí lo vemos… Están muriendo miles de árabes a manos de sus propios correligionarios. Chiitas y sunitas enfrentados en una guerra de exterminio. Miles de muertos que por cierto no alborotan a las «Plañideras Progres» porque no conviene hablar mucho de ellos, ni hacer escándalo ya que no se les pueden endilgar a los judíos.

Sin embargo esas «Stars» no dejan de meter su cuchara y decir absurdos como los expresados cuando el Ayatollah Ali Khomenei, único mandamás de Irán, puso a invernar al súper bestia Mahmud Ahmadineyad e impuso al «Moderado» o mejor educado Hasán Rouhaní Ayatollah duodecimano, y los audaces sabelotodo celebraban la llegada de la «democracia»…

Traigo palabras de Gabriel Albiac: «ya no hay remedio. A esto lleva poner emoción en vez de análisis». Y termino agregando que también pusieron una gran dosis de ignorancia, porque allí mayoritariamente hay malos y más malos, crueles y más crueles.

ebuzual@gmail.com / @eleonorabruzual

Por Eleonora Bruzual