La estafa ideológica
octubre 29, 2013 7:10 am

Fui criado en un hogar profundamente cristiano, hasta el punto y para el mayor orgullo de mis queridos viejos, hoy me encuentro rodeado de un hermano Sacerdote y otro Diacono, pero esos valores de solidaridad y amor al prójimo, desde muy joven en mi caso, hicieron que abrazará con fe infinita, lamilitancia activa por el ideario libertario y de justicia social, al lado de socialistas democráticos, como Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff y el valiente Luis Hómez.

 

No suelo hablar en primera persona, pero de estos hechos son testigos, no sólo quienes me acompañaron desde mis días de diputado suplente, en la extinta Asamblea Legislativa del estado Zulia, sino el mismo pueblo de San Francisco, a quien le he dedicado gran parte de esta vocación de servicio y de cambio, que nadie podrá detener y menos estos antiimperialistas flochos, quienes al primer descuido, salen corriendo a entregarse en manos de la DEA, precisamente a cambio de beneficios imperiales y capitalistas.

 

He traído estas remembranzas a colación, ya que desde el discurso oficial, se ha armado toda una perorata en torno a lo que ellos llaman gobierno de calle. Gobierno donde la población mientras más días pasan haciendo colas para conseguir sus alimentos, más lejanas ven las oportunidades de progreso y bienestar, en este socialismo del siglo XXI, donde todo se ha convertido en una vulgar copia del vivido durante más de 50 años por el aislado pueblo cubano.

 

Sólo basta echar una ojeada de los desmanes que está provocando Corpoelec en San Francisco y por supuesto en todo el Estado Zulia. Nuestros vecinos tienen bastante tiempo peleando contra las multas en el recibo de electricidad, que habían impuesto de manera arbitraria y miserable, como quedó demostrado cuando el Tribunal Supremo de Justicia, después de la presión social, sentenció que esa multas eran ilegales.

 

Ahora bien, si esas multas no procedían, entonces sus cobrostambién eran ilegales, por lo tanto, estos socialistas electrificantes, tenían que devolver los reales y la pregunta es: ¿Por qué no devolvieron el dinero, una vez que fueron cobrados ilegalmente? Ya allí hubo un delito, una extorsión yuna injusticia para el pueblo venezolano. Asi actúan estos quienes hacen decirse de calle y no pasan de ser un simple atajo de burócratas incapaces, ineficaces, callejeros y pendencieros.

 

Otro elemento que pone al desnudo la falacia socialista chachareada por estos enchufados, sus candidatos maduristas y de forma particular el violento Alcalde de nuestro Municipio, es la referida a los valores éticos pregonados a nombre de la lucha contra la corrupción; pero cuando uno propone investigar hechos graves al erario público, de inmediato comienzan con la descalificación personal y hasta familiar.

 

En más de una oportunidad desde el parlamento he denunciado irregularidades, como las cometidas con los convenios del Fondo Chino, el caso del narcotraficante Makled, sus vínculos con alto funcionarios del ejecutivo nacional y el gran defalco cometido por el alto pana del presidente de PDVSA, Francisco Illarramendi, quien descaradamente se robó el dinero del Fondo de Pensiones de los Trabajadores de Petróleos de Venezuela. Claro está, las respuestas de estos fariseos de la moral pública, ha sido la negativa a la investigación.

 

En fin, esta es la verdad verdadera de un gobierno, que en poco tiempo, se ha convertido en una tragedia económica y social. Por eso, de nuevo hemos asumido la tarea junto al pueblo defraudado, de seguir en este camino de cambio; una vez que todo ha resultado una gran estafa ideológica, donde sus principales protagonistas, hablan como Carlos Marx, gobiernan como Stalin y viven como Rockefellller.

 

Por Julio Montoya