“Del fanatismo a la barbarie solo media un paso”. Denis Diderot (1713-1784) escritor, filósofo y enciclopedista francés. ¿Sabrá Tibisay Lucena las consecuencias de su negativa a realizar una auditoría real de los resultados del 14-A? Ella se ha echado a su espalda la responsabilidad, mejor dicho, la culpa de la violencia que se ha desatado en un país que actúa bajo la sospecha de que lo timaron.
Gran daño le ha hecho el CNE al pobre de Maduro. Él creyó que había ganado de verdad, pero esta conducta de no abrir las “transparentes” compuertas del proceso electoral, lo pone contra las cuerdas ante un país que lo acosa exigiendo una verdad que se le niega desde hace años.
Negarse a una revisión más que prevista en la Ley de Procesos Electorales, con tal empeño y alegando tecnicismos inexistentes, pretextos más que imbéciles, le dan la razón a una inmensa mayoría de venezolanos que dudan razonablemente de la veracidad de los resultados.
¿Cuál es el problema de la revisión de los cuadernos electorales, si todo está en orden? Si es por mantener el punto de honor de la impecabilidad del CNE, logran exactamente lo contrario, embarran la fe que se pueda tener al resistirse a ser auditados. ¿Quién dijo que los auditados fijaban las reglas de la auditoria? Esas están establecidas en las leyes electorales y en ella participan todos los involucrados.
El que no la debe no la teme, repetimos mil veces. ¿Qué creen ustedes que hubiese pasado si Tibisay Lucena y el CNE dicen que sí a una auditoría real? Primero, demuestran que no tienen ningún temor a ser revisados, porque son transparentes, como pregonan. Luego, si la auditoría confirma los resultados, quedan como unas reinas: El CNE sería un organismo indubitable y de paso ratificarían todos los resultados anteriores, hoy bajo la sombra de la duda. Si la auditoría resulta con disparidades y el CNE corrige el error cometido, quedan también como unas reinas, imparciales y justicieras.
Así que como organismo y como funcionarias les convenía desde todo punto de vista una revisión… claro, a menos que ellas sean chavistas furibundas interesadas en mantener el poder a cualquier precio, lo cual incluye torcer o disfrazar el resultado electoral. Tibisay Lucena, una profesora universitaria que ingresó en el CNE en 1999, pupila de Jorge Rodríguez, a quien sucedió en la presidencia del organismo, con reconocida experticia sobre procedimientos electorales, doblegó su calidad de técnica para acceder al más alto puesto, donde a duras penas se contiene para no gritar ¡Uh, Ah! Su palabra favorita: “Irreversible”. Irreversible como su adhesión al proceso. En la toma de posesión de Nicolás Maduro la pudimos ver con su brazalete del 4 de febrero, llevado también sin pudor alguno por las otras cabezas de poderes supuestamente independientes y autónomos, Luisa Ortega Díaz y Luisa Estela Morales.
Sandra Oblitas Ruzza, vicepresidenta del CNE, socióloga y especialista en gerencia Municipal. Directora encargada de la Oficina Regional Electoral del Distrito Capital. (2005), asistente III de la Junta Nacional Electoral (2003-2005). Elaboró y ejecutó la estrategia de demostración del Sistema Automatizado de Votación. Fue designada rectora principal el 27 de abril de 2006, por una Asamblea Nacional totalmente rojita, gracias a la abstención de la oposición en las elecciones parlamentarias de 2005.
Socorro Elizabeth Hernández, rectora del CNE, nombrada por esa misma Asamblea. Ex presidenta de la Cantv y ex ministra de Telecomunicaciones. Militante del Psuv, hasta el día antes de su designación como rectora, el 3 de diciembre de 2009, cuando “renunció” a su militancia. El 15 de mayo de 2009 dijo: “Estaré en cualquier rincón que me demande la Patria, cumpliendo con mi deber, en mi trinchera de lucha, respaldando al Presidente y al proceso político, estaré en la batalla desde el sitio más humilde hasta el de mayor decisión, sabemos que todos tenemos un valor para la revolución, para el país, para la transformación de la sociedad y para salvar el planeta, porque soy creyente que sin el socialismo, la vida no será posible”.
Tania D’Amelio fue nombrada al mismo tiempo que Hernández, por sus compañeros del Psuv en la Asamblea Nacional. Militante de la Juventud del Movimiento Quinta República, luego Psuv, elegida a la Asamblea Nacional por el estado Vargas. Durante la campaña del referendo revocatorio presidencial de 2004 fue coordinadora de las patrullas del Comando Maisanta, y en esa oportunidad dijo lo siguiente: “El trabajo del patrullero no es solamente ir a buscar a cada quien en su casa, sino incluso, hablar con aquellas personas que no están convencidas de que el presidente Hugo Chávez debe seguir mandando aquí en Venezuela, ese trabajo de día a día, hablar con la gente, ni siquiera de convencerlo, porque, ¿de qué lo vas a convencer?, si lo tienes tan palpable, como las misiones”.
Con un solo rector, Vicente Díaz, abiertamente alineado con la democracia, es lógica la desconfianza en estas rectoras que hasta ahora han conducido férreamente procesos electorales abrumadoramente exitosos para el chavismo. Y tal vez sean ciertos los resultados anteriores, pero ya no lo garantizamos. El Comando Simón Bolívar tiene demasiadas pruebas de irregularidades en sus manos, el ventajismo ha sido grosero y ha alterado resultados electorales.
La negativa del CNE a la revisión y la furia desatada por el gobierno contra la oposición, acusándola de golpista por pedir una revisión a la cual está en su derecho como participante en la elección, pone de relieve una gran verdad: Esta gente oculta algo gordo.
Desde el año 2004 , cuando el Registro Electoral comenzó a crecer exponencialmente, dije que algo estaba pasando allí: La presencia notoria de chinos que no hablan papa de español, de cubanos cedulados venezolanos y de muertos votando, revelan un RE envenenado, que el CNE guarda celosamente de ojos inquisidores. Al igual que los cuadernos, que según dicen los mismos Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello, la revisión de ellos es definitiva para saber quién voto y su cualidad como votante.
Claro, ellos pedían esta revisión cuando las elecciones primarias de la oposición en febrero de 2012, querían saber quiénes eran los que se habían atrevido a participar. Negaron que hubiese más de 3 millones de venezolanos interesados en tener un candidato único.
Inventaron huellas planas, firmas planas, fantasmas. El compromiso de la Mesa de la Unidad con sus electores era quemar los cuadernos después de las elecciones para evitar una nueva lista Tascón. Pero el oficialismo (que no era parte en estas primarias) exigió la entrega de los cuadernos a través de sus brazos armados institucionales. Así, el TSJ condenó a la Mesa de la Unidad y a la Dra. Teresa Albanez a una multa por no entregar los cuadernos.
¿Quién condena a estas rectoras del CNE por no entregar esos cuadernos de votación, prueba máxima de que no están todos los que son ni son todos los que están? Por ahora, los puestos están copados por puros soldados (as) de la revolución. Pero están hundiendo su propio barco. La injusticia, la mentira y la trampa tienen hartos a los venezolanos.
Flaco favor le está haciendo el CNE a la legitimidad de Maduro. Y cómo está perjudicando nacional e internacionalmente al gobierno un salvaje político como Diosdado Cabello, que cree que es el dueño de la Asamblea Nacional y aplica la barbarie porque la razón no la tiene. Que poco ayudan Villegas con sus cadenas canallas e ilegales, los ministros con sus amenazas y botaderas de empleados. Qué poco se ayuda a sí mismo Maduro viajando a Cuba, supuestamente a firmar mil compromisos más con esa paupérrima isla, provocando que el mundo entero diga que fue a recibir instrucciones de los Castro.
Maduro, Tibisay, Cabello, las Luisas, todo el combo que desgobierna sabe que están desnudos frente a un país que cada vez más furioso exige que le digan la verdad electoral. La absoluta incapacidad ante el colapso de los servicios y el tsunami económico que con la devaluación se ha llevado el bienestar de los venezolanos serán los jabs que lanzará definitivamente a la lona a este tembloroso régimen. Esos serán los únicos golpes que derrocaran una herencia de 14 años, que fue dilapidada por los incapaces y requetebrutos herederos en apenas meses. La caída de la V República ya está cantada.
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Fuente: ND
Por Charito Rojas