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Hablando de nepotismo

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Hablando de nepotismo

En los perfiles de Cilia Flores que han aparecido en la prensa internacional, a propósito de su reciente boda con Nicolás Maduro, se destaca la operación mafiosa mediante la cual la antigua abogada del golpista del 92 enganchó su extensa familia en la nómina de la Asamblea Nacional.

 

Es un abuso que en su momento documentó minuciosamente el periodista Miguel Salazar, quien en 2008 publicó la lista de parientes de Cilia Flores y los cargos que les fueron asignados. Un elenco que incluía hermanos, primos, cuñados, sobrinos, primos, tíos, nueras y compadres, quienes a su vez, eran vectores de contratación de más gente relacionada por vía consanguínea o política.

 

El inventario de enchufados, en desconocimiento de las normas y de la tradición de ingresos por concurso y mérito, rozaba el medio centenar; y no faltaban quienes, además, estuvieran activos en otras dependencias de la administración pública.

 

Esta práctica no ha sido, desde luego, exclusiva de la jerarca de la voz nasal. El propio Hugo Chávez atornilló a su clan a los favores del Estado, ubicándolos en posiciones de poder y, sobre todo, de proximidad a tesorerías de garantizada opacidad.

 

Y jamás despertó por ello ni el más mínimo murmullo de desaprobación en las huestes revolucionarias; ni siquiera frente a los casos en que la falta de preparación de los Chávez Frías, así como de la siguiente generación fuera escandalosa.

 

No es de extrañar, pues, que muchos hayan copiado el modelo del caudillo en cuanto a reclutar funcionarios en su órbita consanguínea. El Seniat, por ejemplo, es ejemplo de esa rotación de colaterales. José Gregorio Vielma Mora, también golpista del 92,ya había sido intendente nacional de Aduanas cuando, en mayo de 2003, Chávez lo designó superintendente del Seniat.

 

Allí estaría hasta febrero de 2008, cuando fue sustituido por José David Cabello Rondón, quien venía del Aeropuerto de Maiquetía.

 

Mientras Vielma Mora estuvo en el cargo, corrían rumores según los cuales varios familiares de su asistente habían obtenido cargos en el Seniat. Era fama que una señora muy próxima a la asistente era una bachillera que, al ser nombrada jefe de división en el Seniat, había causado malestar entre los profesionales de carrera de esa institución.

 

Idéntica cartilla siguieron los Cabello Rondón. Cuando José David Cabello asume como superintendente del Seniat, se trae un apreciable volumen de gente que no venía del área fiscal tributaria ni aduanera… sino de la burocracia de Diosdado Cabello en la gobernación de Miranda, para cuya reelección había sido derrotado. Esta imposición y desconocimiento de las correctas rutas de acceso y ascenso produjo nuevos rencores que siguen allí, callados, soterrados.

 

En los cargos importantes del Seniat ­me dice uno de esos funcionarios que han visto desfilar mucho cuñado y mucho primose nombran personas provenientes del área militar, así como del círculo familiar de los Cabello Rondón y Contreras, o del Furrial, estado Monagas. Hasta que se fue para su candidatura a diputada por Miranda, Marlene Contreras de Cabello ocupaba un cargo de jurisdicción nacional en el Seniat. Recientemente apareció en la prensa nacional el intento de robo y víctima de tiroteo de un alto funcionario del Seniat, en Macaracuay, quien era hermano de Marlene Contreras.

 

Y es común encontrar, en cargos de gerencia de muchas direcciones, a personas relacionadas familiarmente con las dos familias, desconociendo el componente profesional interno, que tiene años de carrera y conocimiento del área. Eso despierta molestias y mucho desagrado, puesto que las grandes ventajas de los puestos destinados a militares, parientes y comprovincianos estimulan entre ellos una competencia a ver quién es más cercano al jefe y merece por ello posiciones de mayor provecho.

 

Con todo, Vielma Mora es recordado como el jefe que procuró mejoras en los beneficios socioeconómicos del personal.

 

Como esas mejoras sufrieron un frenazo se dice que es una estrategia de presión para estimular la matraca y crear cadenas de complicidad.

 

En lo que sí hay continuidad es en el uso del Seniat como brazo de persecución a a políticos, medios de comunicación, periodistas y empresarios que pudieran contribuir con partidos de oposición y sus campañas electorales. Algunos de ellos han sido declarados Contribuyentes Especiales, sin cumplir con ninguna de las condiciones previstas en las leyes y sus reglamentos, o para presionarlos con el alicate tributario.

 

Igual que la invasión de Flores en la Asamblea Nacional, nada de esto es percibido por el cándido pueblo chavista.

Milagros Socorro

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