Fervor zuliano
noviembre 18, 2013 7:39 am

Esta semana siempre resulta especial para los zulianos. El 18 de noviembre es el día de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, igualmente conocida como La Chinita de Maracaibo. La alegría se desborda acompañando las múltiples manifestaciones de una fe mariana que crece en el alma de los zulianos.

 

Maracaibo se viste de fiesta. La iluminación de calles y avenidas, de casas y edificios y el espíritu de Navidad adelantados con viejos y nuevos gaiteros a pleno pulmón, ofrecen momentos inolvidables que se renuevan anualmente.

 

La fe es inquebrantable. Este año ha tenido de particular la dura situación por la que atraviesa el país. El Zulia tiene los mismos problemas que el resto de Venezuela y otros, distintos y exclusivos, tanto o más graves que los conocidos en las demás regiones. Como pocas veces antes el anhelo de cambio radical y profundo está en el ambiente.

 

El pueblo aspira salir pronto del régimen actual, así como también a asumir progresivamente un grado mayor de autonomía política y administrativa. El Zulia tiene recursos y gente para salir adelante, sin depender de la administración central. En estos días ratificamos nuestra visión autonomista de la región y la municipalización de la vida pública.

 

Está cerca la hora final del centralismo totalitario, del presidencialismo agudo y de la espantosa corrupción de los tres últimos quinquenios. Muchas oraciones de la semana caminan en esa dirección, aunque convencidos de que ni la Virgen, ni el Espíritu Santo harán por nosotros los que nos corresponde. Ellos cumplirán su parte, exigiendo que cumplamos la nuestra sin más dilaciones ni excusas.

 

Virgen de Chiquinquirá, patrona de los zulianos, “virgencita soberana de la grey maracaibera”, a ti nos encomendamos de nuevo. Eres patrona, además, de la Guardia Nacional de Venezuela y de toda Colombia, de donde nos vienen la historia y la tradición arraigadas en lo más profundo del alma zuliana. En vos confiamos, eres la guía orientadora de la batalla.

 

oalvarezpaz@gmail.com

Por Oswaldo Alvarez Paz