Este gobierno de 17 años, que durante mucho tiempo tuvo la confianza y el apoyo de la mayoría popular, hoy le tiene pavor a ese mismo pueblo. Sabe que lo defraudó. Sabe que lo utilizó y que traicionó su esperanza. Sabe que dilapidó la más hermosa oportunidad que a ningún gobierno se le haya presentado en toda nuestra historia. Consciente de eso, pero más aún, claro de que su único objetivo es mantenerse en el poder, desarrolla todo tipo de maniobras para lograr ese cometido. En la Venezuela de hoy se configura una alianza macabra entre la presidencia de la república, la sala constitucional del TSJ y el Consejo Nacional Electoral –cuando sea necesario se sumará el poder ciudadano– para impedir que ese pueblo tan utilizado, tome la decisión de cuál es el rumbo que debe seguir el país en esta circunstancia.
El referendo es una opción constitucional que esa alianza se niega a aceptar. Pero tengo la convicción de que la tenacidad con la que todos en la unidad hemos manejado este tema, terminará abriendo las puertas a la posibilidad de hacerlo este mismo año. Todo depende de la actitud de lucha y presión democrática que mostremos para exigir que el CNE cumpla con un derecho político que, por serlo, es un derecho humano.
Mientras damos esta lucha, este gobierno decadente, lleno de temor, ha decidido huir hacia adelante. Ha iniciado una abusiva persecución en contra de partidos políticos y varios de sus dirigentes. En el caso del Zulia, hemos visto acusaciones de diversos actores políticos y gubernamentales en contra de Primero Justicia y Voluntad Popular. El Secretario de Gobierno, Geovanny Villalobos, personaje poco consistente de la política zuliana, de esos que como el corcho van por donde la marea los lleve para mantenerse a flote, ha cometido la irresponsabilidad de acusarnos de entregar cantidades de dinero y drogas a jóvenes para que realicen acciones desestabilizadoras. Ante esa acusación lo llamé por teléfono por cuatro días consecutivos y, cuando al fin me atendió, discutí su actitud y le exigí que consignará su acusación ante el ministerio público. El citado funcionario, con la gaguera del cobarde, me acusaba de hechos violentos de 2003 hacia acá, pero era indudable que no tenía respuesta sería a nuestro reclamo. Así que públicamente le exijo se retracte o interponga su denuncia ante el Ministerio Público.
Pero más grave que eso es que persigan a dirigentes juveniles que nada tienen que ver con delito alguno. En el municipio Mara, la policía municipal detuvo a tres jóvenes, dos militantes de Un Nuevo Tiempo y uno de Primero Justicia, quienes, además de detenidos sin razón, fueron golpeados por el funcionario Audio Acosta, al mando del señor Fallid Zambrano. Si esto fuera poco, la semana pasada fue detenido por el Sebin nuestro Secretario Juvenil Regional, Joaquín Salas, sacado violentamente de su casa y liberado a las 12 horas. Y lo más grave de todo, el miércoles pasado, el Sebin detuvo a tres jóvenes, dos militantes de Primero Justicia, de 18 y 21 años: Valentina Mavarez y Belén Salas quienes, acompañadas de otro joven, Jesús Chirinos, fueron obligadas a posar junto a materiales explosivos proveídos por los mismos funcionarios del Sebin, para luego ser todos privados de su libertad por decisión de fiscal y juez de esos que hoy abundan, a quienes no les importa la ley ni la justicia, sino las órdenes que reciben de Caracas.
A este gobierno no le importa el daño que hacen a familias humildes y decentes, solo le interesa amedrentar a toda una población que quiere cambio y que está dispuesta a luchar porque se den los mecanismos constitucionales para lograrlo. Con toda contundencia defenderemos a los jóvenes y lucharemos por la construcción de un futuro mejor para Venezuela. Venceremos a este régimen cobarde.
Juan Pablo Guanipa V.
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