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¿Entusiasmarse o resignarse?

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¿Entusiasmarse o resignarse?

En un entorno de alta volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VUCA) algunas empresas nacionales o internacionales e incluso personas optan por resignarse ante las dificultades que se les presenta.

 

 

 

Resignarse es aceptar como irremediable un estado o una situación perjudicial, sobre la cual nada podemos hacer para cambiarla. En ella nada depende de nosotros para que mejore,  asumimos que no existe posibilidad u oportunidad de lograr el propósito que nos habíamos planteado. Es como aceptar ser derrotado o morir lentamente.

 

 

 

Sin embargo, otras empresas y personas en ese mismo entorno VUCA optan por entusiasmarse.

 

 

 

Entusiasmarse es tomar conciencia del entorno, ser conscientes de nuestras fortalezas y limitaciones, equiparse y prepararse lo mejor posible. Significa entender que hay realidades que no podemos evitar(multinflación, control de precios, control de cambio, inseguridad, escasez de suministros, fuga de talento, infraestructura inapropiada, servicios públicos en decadencia, entre otras) pero que hay muchas variables y actividades que podemos gerenciar y que nos permiten tanto aprovechar las oportunidades presentes como prepararnos para un mejor porvenir. Significa poner atención, empeño, sentido e interés en el desarrollo de la actividad o acción que emprendemos. En un entorno adverso como el descrito la gestión gerencial de la empresa, del emprendedor o de la persona requiere más que nunca de un enfoque estratégico ¡A mayor dificultad más y mejor estrategia!

 

 

 

Un buen ejemplo de si debemos entusiasmarnos o resignarnos nos lo ofreció recientemente la Vinotinto cuando le tocó enfrentarse al equipo de Uruguay, en la Copa América. Aun cuando existían razones objetivas para resignarse: Uruguay es un equipo campeón del mundo y de la Copa América en varias oportunidades, sus jugadores militan en equipos de las mejores ligas del mundo. Además, nunca en 100 años de historia de la Copa América la Vinotinto había ganado dos juegos seguidos, ni derrotado a Uruguay. Sin embargo, la Vinotinto optó por entusiasmarse, consciente de que resignarse era salir al campo de juego dándose por perdida.

 

 

 

¿Qué motivos tenía y que hizo la Vinotinto para entusiasmarse? En primer lugar, tomar consciencia del entorno, de lo difícil que sería ganarle a un equipo de la calidad actual y con la tradición de Uruguay. Esto no generó resignación entre los vinotintos. Por el contrario los retó y los entusiasmó.

 

 

 

Entusiasmarse resultó ser estar consciente de las fortalezas pero también de las limitaciones. Así, para ser exitosos resultaba necesario prepararse para una buena gestión que incluyese aspectos no sólo técnicos y tácticos sino también emocionales. Entusiasmarse representó tener el doble de ilusión y pasión que en un juego normal. Cada jugador además de estar consciente de la necesidad del trabajo en equipo también asumía plenamente que tenía que ser la mejor versión de sí mismo: si el juego era difícil, pues sería necesario poner el doble de ilusión y pasión. Cada jugada ordinaria había que hacerla extraordinaria. Las emociones positivas que son las que movilizan había que compartirlas y multiplicarlas. En resumen, poner toda la atención, empeño e interés en cada jugada, como si fuese la determinante para el resultado final. Para ganar el juego.

 

 

 

Entusiasmarse no te garantiza la victoria final, pero sí la satisfacción de haber dado lo mejor de ti, de encontrar tu mejor versión y el agradecimiento y orgullo de quienes te rodean. Resignarse representa perder el juego antes de comenzar.

 

 

 

En las actuales circunstancias por las que atraviesa el país es imprescindible que predomine el entusiasmo en cada uno de nosotros, entre los miembros de cada equipo, en cada empresa, en  general en el país. Es necesario dedicación, atención y empeño en cada actividad asumida en cada una de nuestras organizaciones y en nuestras vidas diarias y particulares. Por insignificante que nos parezca, en ese entusiasmo puede estar la diferencia. No dar ninguna jugada o pelota por perdida, pues puede ser el origen del gol ganador. Hay que estar consciente de que estamos ante un juego difícil y por ende debemos poner el doble de ilusión y pasión. De esta manera, igual que la Vinotintopodemos ganarle a los favoritos, a las realidades que no podemos cambiar pero si gerenciar, al historial adverso y a los que, en teoría, son mejores jugadores o nos llevan ventaja.

 

 

 

Cuando el camino se pone duro sólo los duros lo pueden recorrer.

 

 

 

Por: Pedro Pacheco Rodríguez / Socio Principal de PwC Venezuela y

Presidente de la Cámara de Comercio Industria y Servicios de Caracas

@pachecorpedro

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