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Entre hallacas y conspiraciones

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Entre hallacas y conspiraciones

Escándalos como el caso Serra, las muertes de los colectivistas en Quinta Crespo o las detenciones de tuiteros conspiradores que desde el teclado ponen en peligro la estabilidad de la revolución, cumplen un rol anestésico en medio del caos.

 

Como una suerte de telenovela en las que la trama se va develando en cada entrega, en la que cada nuevo capítulo desmonta el anterior, las autoridades se han vuelto expertas en captar la atención de los consumidores de noticias.

 

El propio Presidente, presentó su propia historia del crimen del diputado Serra, con video y todo.

 

El asunto es complejo para los espectadores de la tragedia que ya no se conforman con una sola versión y se han vuelto expertos en desentrañar hasta lo más oculto.

 

Por ejemplo, las versiones oficiales discrepan entre si en los detalles y mientras el ministro Rodríguez Torres descarta una causal, otros voceros oficiales y el propio Presidente ofrecen aspectos que lo contradicen.

 

El público se ha vuelto diestro en seguir a los acuciosos periodistas de sucesos, quienes como una suerte clan hurgan entre los investigadores, cotejan los testimonios, rebuscan en las contradicciones y generalmente terminan desmontando descabelladas versiones oficiales.

 

Pero en el nuevo escenario comunicacional, esas versiones no son publicadas en su totalidad en los medios formales por lo que sus versiones hay que completarlas con lo que publican en sus cuentas personales de las redes sociales.

 

Pero ha pasado que la función anestésica que se deriva de estos crímenes puede ser interrumpida por un imprevisto. Así ocurrió con un reportero impertinente durante la cadena de Maduro, quien luego de unos 30 minutos de articulada exposición sobre el carácter político del crimen de Serra, le preguntaron qué iba a hacer Venezuela con la caída de los precios del petróleo.

 

Así pues, tal vez no solo el Presidente sufrió un sacudón sobre la realidad económica del país, sino seguramente los miles de televidentes que seguían con máximo interés la trama del momento.

 

El público debió salir del éxtasis momentáneo para recordar que aún no ha conseguido jabón para lavar y que la quincena se le quedó a medio camino.

 

El Presidente tuvo una contundente respuesta: «el precio del petróleo tocará un piso y luego rebotará». Así que nadie debe preocuparse por la economía que el Gobierno tiene planes para enfrentar cualquier caída.

 

En estos días el diputado Soto Rojas atajaba las dudas económicas que regresaron a la mente de la población asegurando que los venezolanos podían dormir tranquilos porque podrán comerse sus hallacas en diciembre. Habló de la exitosa gestión económica del gobierno revolucionario y de las grandes reservas petroleras y mineras. Así que recomendaba no hacer caso de las alarmas de los economistas y mejor ocuparse de los verdaderos problemas como lo son las conspiraciones.

 

Francisco Olivares

Twitter: @folivares10

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