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El significado de la calle

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El significado de la calle

Cuando aparecen manifestaciones de calle, éstas han sido precedidas por expresiones mayoritarias de la opinión pública que no han sido escuchadas por el gobernante. La calle es una respuesta ante el descontento; la otra es la sumisión por miedo a la represión. La protesta de calle puede ser pacífica o violenta. Cuando es pacífica y es escuchada, cambian las políticas que generan malestar y el régimen se reestabiliza. Pero, cuando es pacífica y reprimida, tiende a tener un doble efecto: une y motiva a los reprimidos y divide y debilita a los represores. Ejemplos de esto último son las posturas de la Fiscal de la República, las defecciones de algunos militares y el deslinde del Comandante de la Policía Nacional Bolivariana de los Colectivos. Esta dinámica la enseñaron Jesucristo, Budha, Gandhi, Martin Luther King y Nelson Mandela.

 

 

 

En cambio, si la protesta de calle es violenta, los que tienden a dividirse son los manifestantes, porque las mayorías rechazan la violencia. Agredir o saquear  favorece al gobierno y justifican la represión. Las protestas violentas tienden a unificar y fortalecer a quienes las reprimen.

 

 

 

La fórmula planteada por Charles Lindblom para salir de los regímenes autoritarios dice que hay que “imprimirle alto costo a la represión y bajo costo a la salida”. La calle es expresión de “imprimirle alto costo a la represión”. Nos falta una expresión del otro componente: “bajarle el costo a la salida”. El mejor ejemplo de este segundo factor fue el acuerdo de dejar salir a Chávez vía Cuba en 2002, a cambio de su renuncia. Pero, cuando unos exaltados exigieron que lo dejaran en Venezuela para castigarlo, se violó la fórmula y Chávez se quedó.

 

 

 

Hoy la pregunta obligatoria es ¿quiénes están negociado, bien la salida a bajo costo, bien el cambio drástico de las políticas que nos han arruinado? Alguien tiene que negociar sin ser llamado traidor, pero recordando que toda negociación es un juego dialéctico entre ofrecer y presionar, entre dar y recibir. Por eso, uno de los errores garrafales de la oposición en 2016 fue abandonar la calle para sentarse a dialogar.

 

 

José Antonio Gil Yepes

@jagilyepes

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