Reinventar la historia de la ex SIDE
El Gobierno actúa frente al desmadre de la ex SIDE como si quisiera reescribir la historia y omitir los escándalos del servicio de inteligencia civil. También, como si no hubiese sido el principal responsable de haber convertido a Antonio Stiuso en el hombre más fuerte de la ex SIDE.
Ahora dice que descubrió que Nisman y Stiuso investigaron poco o nada o investigaron mal el atentado contra la AMIA cometido en 1994. Cristina Kirchner como senadora declaró en el juicio oral por el atentado de la AMIA y luego propició la destitución del ex juez Galeano y la renuncia de los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. Luego su esposo bendijo el nombramiento de Nisman –que era el suplente de Mullen y Barbaccia– por parte del procurador general de la Nación y le presentó a Stiuso como su principal asesor de inteligencia para investigar el atentado. Le pidieron que investigara la pista siria que impulsaba Cristina y en menos de un año por falta de pruebas, Nisman volvió a la pista iraní que habían iniciado sus antecesores.
Por otra parte, el kirchnerismo, a través de Gils Carbó, reivindicó a Gustavo Beliz, ex ministro de Justicia, luego de permitir que fuera perseguido judicialmente y con maniobras de inteligencia durante diez años lo que lo obligó a irse a un exilio voluntario a Washington y retirarse de la política. ¿Cuál fue el pecado de Beliz? Paralelamente al cambio del juez y los fiscales de la AMIA, Beliz estaba limpiando a la Policía Federal y descubrió que Stiuso le manipulaba el servicio de inteligencia policial. En una reunión en Olivos, el ministro le advirtió: “Vos podés sentir que si pinchás teléfonos para tener información sos más poderoso, pero vas a ser esclavo de quien los pincha”. Con Cristina participando de la reunión, Kirchner le contestó: “Dejá, de eso me encargo yo”. ¿El resultado?: Stiuso siguió creciendo dentro de la SIDE y Beliz empezó a sufrir a ese poder de sombras y miedos, como otras decenas de jueces, dirigentes opositores y periodistas.
De la mano de ese poder oculto, los tribunales fueron invadidos por abogados pagados por la SIDE para preguntar y presionar en las causas por corrupción que preocupaban al Gobierno. Una vez, Servini de Cubría descubrió que le habían plantado micrófonos ocultos en su despacho, luego los miembros del tribunal oral federal que absolvió a Beliz en la denuncia de Stiuso por mostrar su foto en TV encontró fotos de sus familias en la web, más tarde los WhatsApp de Rafecas llegaron misteriosamente a los abogados de Boudou y así otros casos. Pero al Gobierno, hasta ahora, no se dio cuenta. Más aún, un conocido estudio jurídico de la mañana la noche pasó a defender a los más importantes funcionarios y sus socios se llenaron de plata. ¿Le habrán pagado los funcionarios de su bolsillo o habrán cobrado con fondos de la SIDE? Mucho se podrá decir para reescribir la historia de la SIDE, pero estos son hechos y Nisman está muerto.
Daniel Santoro
Editor de la sección política de Clarín especializado en casos de corrupción
